El renacer de Elliot

3

††Elliot††

— linda camioneta ruso— le digo al tipo que viene bajando de una camioneta color vino. Trae un ramo de flores para Nora, sin duda sabe cómo hacerle para que ella siga estando a sus pies, arrojo al piso mi cigarro aplastandolo con mi zapato.

— pase por tu casa, Nora me pidió que llevara a su hija a comprarle un móvil ¿ Está ella contigo?— le sonrió de lado, me recargo en la jardinera pensativo

— justo está con su mamá— cruzo los brazos sobre mi pecho sin quitar la vista de la camioneta.

— cuidala — me da una palmada en el hombro, antes de adentrarse al hospital.

Pasan cerca de 2 horas está por anochecer, hasta que veo como Kate y el ruso salen.

— Nora me encargo a Kate, mañana le comprare un lindo regalo ¿ Verdad pequeña? — asiente temerosa 

— me temo que no se podrá, es cumpleaños de la roja y en casa dejamos un pastel que espera— le doy un ligero golpe en el hombro — ¡Es más! estás invitado ruso después de partir el pastel puedes llevarte a Kate— lo piensa un poco, Kate se suelta de su mano y toma la mía.

— muy bien, entonces pasaré primero a mi casa por un  buen whisky digo no es por ofender Elliot se que te va bien en las peleas pero dudo que en tu casa tengas un buen whisky— se encoje de hombros mira una vez más a Kate le sonríe y se aleja.

— no quiero irme con el ruso— sus ojos se llenan de lágrimas me pongo  de cuclillas para quedar a su altura.

— y no lo harás — se limpia las lágrimas emocionada y me abraza.

Partimos el pastel de la roja entre las risas y escándalo de las chicas la roja y Kate, me gusta verlas así de felices sonrientes olvidar un poco de toda la basura que vivimos a diario, de vender su cuerpo a tipos asquerosos de tener que drogarse para no sentir las caricias indeseables, de fingir que disfrutan por una paga miserable. Si puedo salvar por lo menos a una chica más de caer en este infierno lo haré, Kate no será como su madre, y no me refiero a vender su cuerpo, si no a estar cegada por un tipo, que no vale la pena y que te ha robado la voluntad.

— estás muy callado mi rey— me dice una de las chicas acariciando mi brazo, es alta de ojos verdes muy bonita es una de las que más clientes consigue en una noche, le sonrió retiro la traviesa mano que va directo a mi entrepierna, dejando un beso en el dorso de su palida piel—

—¿O eres gay, o no quieres tocarnos por ser putas o definitivamente nos respetas tanto?— me pregunta otra de las chicas al ver que le retiró la mano a la chica de ojos verdes.

— ¿gay Elliot?— sonrie irónica— lo he visto en más de una ocasión vernos el trasero las piernas y las tetas, este macho no tiene nada de gay—

— bueno todo el tiempo vivo rodeado de bellezas, es imposible no mirarlas, pero créanme que la tercera opción chicas— me levanto de la silla— tengo que ir a ver Nora, tal vez mañana la den de alta— todas se emocionan, es especial Kate quien sorprendo mirándose el diminuto busto, cuando se da cuenta que la observó se pone colorada.

— algún día, tendrás unas buenas tetas cariño, aun eres muy pequeña— le dice la roja a Kate quien está toda colorada

Pase toda la noche con Nora, me despedí de ella, fue doloroso pero era necesario, lo que me preocupa era la reacción de Kate.

— ¿ya sabes la noticia?— me pregunta la roja apenas me ve llegar, niego con la cabeza— el ruso tuvo un accidente, se quedó sin frenos y........murió— no veo ningún tipo de sentimientos en ella, nunca le agrado todos sabíamos quien y como era, en varias ocasiones llegó a golpear a las chicas cuando esté se negaba a pagar sus servicios, todos sabíamos la clase de basura que era todos,........menos Nora.

— uno menos— me acomodo la gorra — Nora se fue— suspiro cansado — sabe que la policía está tras ella por la muerte de la chica, no dijo a dónde iría, solo me pidió que me hiciera cargo de Kate— se lleva ambas manos a la boca luego me abraza y comienza a llorar, acaricio su largo cabello rojo, ella está bien.

Kate sigue dormida en casa de la roja, ajena a las desgracias de este día su madre no está y el imbécil que iba a destrozarla está muerto, acaricio su largo y negro cabello con mis manos, ojalá nunca crecieras, ojalá toda tu vida siguieras siendo esa risueña e inocente niña.

— ¿mamá ya salió del hospital?— me pregunta apenas y despierta.

No sé por dónde empezar no sé cómo decirle algo que inevitablemente romperá su corazón.

— Kate— hago una ligera pausa— tu mamá tuvo que huir, la busca la policía— enseguida sus ojos se tornan vidriosos— me pidió que cuidara de ti, ella se fue feliz de saber que estabas en buenas manos, cuando pase un poco todo esto, sabremos de ella— la abrazo con ternura dejando que llore en mi regazo, que saque un poco de su dolor.

Desde la desaparición de Nora esto se volvio una rutina, me despierto preparo el desayuno la llevo a casa de la roja quien le está enseñando a leer y escribir, aún que a veces ella no tiene ánimos de nada, sigue triste pensando en su mamá, después me voy a entrenar y por las noches las peleas en el ring, como siempre llego y Kate cura mis heridas se ha vuelto toda una experta.

— hola pequeña— no me mira esta acostada en el pequeño colchón que ambos compartimos— estás pálida— tocó su frente comprobando que no tenga fiebre— ¿hoy no curaras mis heridas?— niega con la cabeza, empiezo a preocuparme, dejó caer mi pesada maleta.

La tomo del brazo para levantarla, pero sale despavorida directo al baño, entonces comprendo todo, la cama tiene una mancha de sangre y su pijama blanca justo en su trasero está teñida de rojo.

— ¿Kate?— tocó suavemente la puerta está sollozando pero no responde— es normal, lo que te está pasando es completamente normal en las mujeres— coloco mi frente en la puerta.

— vete Elliot, no quiero que mires— su voz es apenas un susurro.



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En el texto hay: sobreproteccion, amor cariño, un amor a distancia

Editado: 17.06.2022

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