El renacer de las brujas

El secreto del gato

El Secreto del Gato

El viento aullaba afuera de la cabaña, y el ambiente se volvía más tenso con cada segundo que pasaba. Los cuatro jóvenes, temblando de miedo, miraban al gato negro que parecía estar a punto de desvelar un oscuro secreto. Clara, ansiosa por saber más, lo acariciaba con suavidad, animándolo a hablar.

—Está bien —comenzó el gato, con un tono sombrío—. Mi madre era una gran hechicera, conocida por su bondad y su habilidad para proteger a los inocentes. Las brujas siempre la miraron con envidia, y una noche, decidieron acabar con ella.

Los ojos de los jóvenes se abrieron con incredulidad. Lucas se acercó un poco más, intrigado.

—¿Qué ocurrió? —preguntó.

—Intentaron atraerla a su trampa. Usaron sus cantos encantadores, como los que mi hermana Nain usa para seducir a los niños —dijo el gato, su voz temblando de rabia—. Cuando mi madre cayó en su hechizo, las brujas la rodearon. Le susccionaron el alma mientras ella luchaba por liberarse. En su último suspiro, logró maldecirlas, pero no sin antes perder su propia esencia.

Clara, con lágrimas en los ojos, preguntó:

—¿Y tú? ¿Qué pasó contigo?

—En el momento en que las brujas la derrotaron, su dolor me alcanzó. Para protegerme, ella invocó una magia antigua que me convirtió en este gato. Así, permanecí con vida, pero también atrapado, condenado a observar cómo las brujas prosperaban a expensas de otros.

Los jóvenes estaban atónitos. El gato continuó:

—Pero no todo está perdido. Las brujas tienen una debilidad. Si logran escuchar el canto de una sirena verdadera, perderán su poder. Es lo que mi madre trató de hacer antes de ser derrotada. La música tiene la capacidad de quebrar sus encantos.

Daniel, que hasta entonces había permanecido en silencio, habló con determinación:

—Entonces necesitamos que Nain cante una canción que las confunda. Tal vez eso nos dé el tiempo necesario para actuar.

El gato asintió lentamente, sus ojos brillando con una mezcla de esperanza y temor.

—Sí, pero deben ser rápidos. Una vez que comiencen a danzar, estarán atrapadas en su propio hechizo. Ustedes deben reunir a los niños y llevarlos a un lugar seguro mientras Nain se prepara para cantar.

Con una renovada determinación, los jóvenes se miraron entre sí, comprendiendo la gravedad de la situación.

—Vamos —dijo Marta, tomando la iniciativa—. No podemos perder más tiempo.

El gato los miró fijamente, su mirada grave pero llena de confianza.

—Recuerden, la música es su única salvación. Ustedes tienen el poder de detenerlas, pero deben actuar con rapidez.

Los cuatro jóvenes se lanzaron hacia la puerta, sus corazones latiendo con fuerza, listos para enfrentar a las brujas y proteger a los inocentes. El destino del pueblo de la 22 dependía de su valentía y de la música que pronto resonaría en la noche.



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En el texto hay: magia brujas fantasia

Editado: 24.10.2024

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