El renacer de las brujas

El amanecer de la esperanza

El Amanecer de la Esperanza

La noche había sido larga y llena de peligros. Las brujas danzaban en el claro, sus risas resonaban en el aire, mientras los niños, hipnotizados, se acercaban a ellas. Lucas, Marta, Daniel y Clara estaban escondidos tras unos arbustos, observando la escena con el corazón en un puño.

—Debemos actuar ahora —susurró Clara, temblando de nervios—. No podemos dejar que esos niños caigan en sus garras.

El gato negro, agazapado a su lado, asintió. Su mirada estaba fija en las brujas, preparándose para la acción.

—Nain debe cantar —dijo—. Esa es la única manera de romper su hechizo.

Justo en ese momento, Nain, con su voz melodiosa, comenzó a entonar una canción que evocaba la magia de lo antiguo. La música flotaba en el aire, llena de dulzura y melancolía. Las brujas se detuvieron, sus rostros revelando un destello de sorpresa.

—¡No! —gritó la líder, intentando mantener el control—. No dejes que su canto te atrape.

Pero era demasiado tarde. La melodía de Nain llenó el claro, atrayendo a los niños hacia ella. Lucas, con determinación, tomó la mano de Marta.

—¡Vamos! —exclamó—. ¡Es nuestro momento!

Corrieron hacia el grupo de niños, mientras Clara y Daniel los seguían. El gato negro se unió a ellos, guiándolos con rapidez.

—¡Niños, escúchenme! —gritó Lucas—. ¡Sigan la música! ¡Ella los llevará a la seguridad!

Los niños, aún en trance, comenzaron a girar hacia Nain, quienes los llamaban por sus nombres, despertando recuerdos de risas y juegos. A medida que se acercaban, las brujas intentaron retenerlos, pero la magia de la canción comenzaba a desvanecer su poder.

—¡Nain, sigue cantando! —gritó Clara, mientras ayudaba a un grupo de niños a alejarse de la trampa.

La líder de las brujas, enfurecida, alzó su varita. Un destello de luz oscura se disparó hacia Nain, pero el gato negro saltó delante de ella.

—¡No lo permitiré! —rugió, absorbiendo la energía oscura y transformándola en un resplandor de luz. Pero el gato ya no estaba con ellos

El claro brilló con una luz dorada mientras las brujas comenzaban a tambalearse. La magia de Nain se intensificó, y con cada nota, las sombras que las rodeaban se desvanecían.

Finalmente, cuando la primera luz del amanecer comenzó a asomarse en el horizonte, la canción alcanzó su clímax. Un rayo de sol iluminó el claro, y las brujas, aterrorizadas, se dieron cuenta de que su tiempo se había acabado.

—¡No! —gritó la líder, antes de que la luz la envolviera por completo, haciendo que ella y sus hermanas se desvanecieran en el aire.

El claro quedó en silencio, solo interrumpido por el canto de los pájaros que anunciaban el nuevo día. Los niños, ya libres del hechizo, comenzaron a despertar, mirándose entre sí con confusión y alegría.

Lucas, Marta, Daniel y Clara se abrazaron, sintiendo una ola de alivio.

—Lo hicimos… —dijo Marta, con lágrimas de felicidad en los ojos.

Nain que aún estaba en estado de trance, al despertarse y ver al gato muerto grito desesperadamente —¡¡ No!!.....

—Despierta, pequeño gati —dijo—. Has salvado a todos.

En un minuto de silencio, Nain hizo aparecer una luz balca en sus manos y con un hechizo pudo sobrevivir a su hermano. Al ver que el gato despertaba poco a poco,se aplicaron y todos salieron a abrazarlo— nunca te dejare ir— dijo sollozando y abrazándolo fuerte—nunca te dejare sola Nain

Con el sol ascendiendo en el horizonte, un nuevo día comenzó para el pueblo de la 22. Los jóvenes, junto al gato, se sintieron aliviados y esperanzados, sabiendo que la oscuridad de la noche había sido superada por la luz del amanecer.



#1884 en Fantasía
#2542 en Otros
#668 en Relatos cortos

En el texto hay: magia brujas fantasia

Editado: 24.10.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.