La mañana se hizo presente de nuevo, la ventana aún abierta del cuarto de la habitación ocho del noveno pasillo dejaba entrar los brillantes rayos solares para iluminar lo que antes de irse a dormir, para Wyatt fue oscuridad. Un hilo de aquella luz fue a dar en los ojos cerrados del inglés, quien se levantó tras aquel fulgor que le calentaba los poros.
El dolor había disminuido, y aunque era aún presente y molesto, no limitó a Wyatt en su movilidad como lo había hecho el de hacía unas cuantas horas y se levantó, se cambió de ropa tras una ducha rápida y se fue a desayunar.
A comparación de su lento caminar de esa misma madrugada, podía disimular mejor el quejar de sus músculos para evitar la curiosidad de la gente, pues los únicos que podían saber su situación eran sus amigos, mismos que vio en la mesa de siempre, pero sin guardarle un lugar. Sebástian fue el primero en notar la presencia de Wyatt aproximarse, y haciéndoles ver a las otras que por fin Wyatt había salido de su habitación, le abrieron el acostumbrado espacio entre Sun-Shin y Luna.
—Menos mal que ya estás aquí —le dijo Cha—, ¿Te sientes bien?
—Más o menos —respondió Wyatt mientras Luna le pasaba un sandwich.
—Cuentan los chismes que desapareciste en la madrugada luego de que un rayo sonara en tu cuarto, ¿Nos cuentas sobre eso o no tienes ganas? —inquirió Sebástian luego de tragar el pan que masticaba.
—Pues es muy confuso, solo me desperté en el sitio donde aparece el portal de ida al mundo humano, pero antes de eso no tengo ni idea de lo que pasó, solo que soñé con…
Wyatt se quedó mudo en aquel momento, y tras un suspiro que puso a sus amigos con caras de extrañez y viendo de reojo unos a otros, les contó lo que lo había dejado acongojado desde el día anterior.
—Luna, Cha, ¿Recuerdan a mi abuelo? Sebástian no creo que sepa porque se fue el día que Ashley me llamó.
—Sí —respondieron ambas al unísono mientras Sebástian se limitaba a escuchar y nada más—, no nos digas que…
—¡No está muerto antes que nada! —se apresuró— es solo que Ashley me volvió a llamar ayer y me dijo que mi abuelo estaba en el hospital porque su… no recuerdo su nombre, pero lo que lo tenía enfermo empeoró y lo estaban operando, y me da miedo que algo malo le pase porque yo estoy aquí en sepa Dios qué parte del mundo mientras él está en ese lugar, y si le pasa algo me da pánico no tener la oportunidad de despedirme…
Unas lágrimas se arrastraron por las mejillas de Wyatt con la misma magnitud con la que lo hicieron el día anterior tras la llamada de su hermana, y cuando creyó que aquel misterioso dolor iba a intensificarse como lo hacía siempre que se sentía triste, no lo hizo, y en su lugar sintió los brazos de sus amigos rodearse en él en un abrazo.
—Todo va a estar bien, Wyatt, no le va a ocurrir nada —le aseguró Luna, casi pegados mejilla con mejilla.
—Dijiste que el señor es un terco, así que piensa que también lo va a ser ante la muerte y no se va a dejar llevar —lo animó Cha
la mano de Cha se arrastró delicadamente sobre el rostro de Wyatt, secando las lágrimas que empezaban a reducir su cantidad.
—Soñé que se me había muerto —continuó—, y por más que intentaba no alcanzaba a los que se lo estaban llevando, pero sentí que logré alcanzarlos en el instante en el que estalló un relámpago en mi sueño, me desperté en el bosque y me enteré al regresar que el trueno fue real y que casi infartó a los que duermen a la par mía con el sonido —se rió, y los demás lo acompañaron con sonrisas.
—¿Y te sientes mejor? —preguntó Sebástian— Sun-shin y yo vamos a salir después de comer, ¿Quieres venir con nosotros para distraerte?
—No gracias, ser mal tercio no es mi estilo —sonrió Wyatt secándose los últimos rastros de lágrimas en sus párpados inferiores.
—No es ser mal tercio —explicó Cha—, si necesitas distraerte puedes venir con nosotros y hablarnos de tus problemas.
—No se molesten —insistía Wyatt—, la verdad prefiero quedarme en mi cuarto pensando sobre ello a salir, ¿Me entienden?
El timbre sonó, y todos empezaron a levantarse de las mesas para regresar los platos sucios al lugar asignado.
—Si eso prefieres… —aceptó Sebástian— También pienso que no le va a pasar nada a tu abuelo, ya verás que Ashley te va a llamar diciendo que está mejor y que salieron del hospital.
Al cruzar la puerta del lugar, cada uno separó sus caminos en algún punto, como Luna y Wyatt en el propio umbral o Cha y Sebástian tras caminar por unos pocos pasillos juntos. Sun-Shin se dirigía a su cuarto para ponerse algo un poco mejor y salir con Sebástian, pues la camiseta blanca que llevaba puesta, la cual era muy holgada, junto el pálido short que llegaba hasta sus rodillas no le parecían apropiadas para la ocasión, y al llegar a su habitación cambió todo aquello por una falda cruzada marrón cuadriculada y algo similar a un abrigo color café claro tejido a mano.
Al salir de su habitación, sintió que alguien le tocaba el hombro, y emocionada se volteó para ver a Sebástian.
—Te cambiaste bastante rap…
Sin embargo, al voltear la vista hacia la persona que la había tocado, no era Sebástian, sino Alexandre con una sonrisa amistosa.
—Ey, Cha, ¿Cómo te va?
—Ah, eras tú… —comentó sin ocultar su decepción— Pues me iba bien hasta que apareciste, por suerte voy a salir con mi novio y seguro él me lo va a mejorar —respondió haciendo énfasis en aquel “mi novio”, cosa que provocó una risilla en Alexandre.
—Entiendo, entiendo, te distraes con él, está bien.
—Bueno, supongo que cuando tienes pareja lo normal es distraerte con él y no con cualquier otro.