El Renacer del Fénix

Capítulo 12 “Novios falsos”

Ámbar

—¿Qué pasaría si respondo que a todas tus preguntas?—continúa entreteniéndose con mi labio inferior como si fuera el mejor juguete del mundo.

—¿Entonces lo estás aceptando?

—¿Aceptando qué?— quito su mano de mis labios con rudeza, el sonríe.

—¿Crees que estoy jugando, Drake? Dime qué sabes sobre mí. ¿Por qué tú y esa mujer hablaron de mi pérdida de memoria?

—No sabía que padeces de Alzheimer.

—Tu humor es tan absurdo como el de Brandon— intento bajar de la mesa pero me lo impide haciendo presión con sus manos en mi cintura.

—Quédate quieta— acaricia mi rostro con su pulgar, coloca un mechón de cabello tras mi oreja —No me compares con Brandon, él es un payaso, yo no soy así.

—¿Ah no? Pues déjame decirte que estás demostrando lo contrario.

«Deja de reír imbécil, me derrito ante esa sonrisa»

—Dime lo que sabes, por favor. Esto es muy importante para mí.

—Que tierna eres. Te contaré un par de cosas...— toma el dichoso vaso de whisky y bebe el poco líquido que contiene —Pero eso no será ahora. Mañana me acompañarás a una reunión importante en la empresa.

—¿Qué te hace pensar que haré lo que me dices? —le dedico una mirada retadora.

—Quieres respuestas y yo las tengo, así que harás lo que te diga— se acerca a mi oído y susurra— Eso no es todo.

—Pues dime ¿qué más debo hacer para que me cuentes qué me está pasando?— grito histéricamente— Hablo en serio Drake, haré cualquier cosa solo dime la verdad.

—Cualquier cosa... Me gusta como suena eso.

Inesperadamente une sus carnosos labios a los míos en un rudo beso. Explora mi boca con su lengua como si deseara conocer cada estructura que la conforma, succiona mis labios con fiereza haciendo que pierda el aliento. Me besa con maestría, desesperación, con cada movimiento perfectamente sincronizado, como si hubiera anhelado este momento durante mucho tiempo. Disfruto la inesperada situación que me hace vibrar. Acaricio su cabello con mis manos para intentar mantener el control, mi respiración es entrecortada, mi ritmo cardíaco se ha acelerado, un fuego intenso arde en mi interior ante tanta pasión. El mundo parece detenerse en un instante, no existe nada ni nadie más, solo nosotros.

Abandona mis labios lentamente. Me duele que se haya terminado el beso, deseo sentir de nuevo esa marea de sensaciones que albergó en mí durante pocos segundos. Siento que algo quiebra en mi corazón al observar como se distancia de mí.

—Ya hice lo que querías, ahora empieza a hablar.

—Sabes lo que debes hacer— ya empezamos con las sonrisitas otra vez— Si mañana todo sale bien te contaré lo que deseas saber.

***

Estoy enojada. Es sábado en la mañana, los rayos del Sol penetran en la habitación a través de las ventanas. No recuerdo cuánto tiempo llevo despierta solo sé que no dormí muy bien sabiendo que hoy saldría con Drake. No será una cita literalmente, solo lo acompañaría a una reunión en la empresa a hacer sabe Dios qué, estaré rodeada de desconocidos en un lugar del que no tengo la menor idea y para rematar lo tendré a él cerca para recordarme el maravilloso beso que me dió ayer en la tarde. La forma posesiva en la que tomó mis labios, su mirada, la manera imponente con la que mantuvo unidos nuestros cuerpos. Tan solo pronunciar su nombre hace que mis nervios estén a flor de piel.

De igual modo mi mal humor se mantendrá intacto durante todo el día, o eso espero. Estoy agotada, debo tener unas horribles ojeras en el rostro, nada que un buen maquillaje no pueda disimular. Desde que Drake tomó la decisión de arrastrarme con él a su centro de trabajo, no he parado de estudiar. Leí varios libros sobre ingeniería en informática, programas de robótica, fundamentos de sistemas digitales; literalmente todo lo relacionado con las startups de inteligencia artificial. No deseo que me pillen desprevenida sin saber del tema. El conocimiento nunca está demás.

Visto un hermoso traje de falda de negocios color blanco con botones dorados. La falda es corta, sexy y ajustada a mi cuerpo.

Bajo las escaleras para llegar a la cocina a por algo de comer. Amo la despensa de los D'Angelo, es nutritiva y muy variada. Me preparo unas arepas con jamón y queso fresco, además de un poco de jugo de naranja.

—Deliciosa, simplemente deliciosa— me susurra al oído esa imponente e inconfundible voz.

El enorme cuerpo de Drake está tras de mí, cualquier mal movimiento que haga en esta posición puede ser malinterpretado. Me volteo lentamente intentando calmar la tensión que causa en mí.

—Gracias, soy consciente de lo apetecible que es mi cuerpo —digo con altanería.

«¿pero qué me pasa? esta no soy yo»

— Tú también luces muy bien con tu traje para un funeral. ¿Nos podemos ir ya?

—Aún no. Quedó algo por aclararte— me detalla como depredador a su presa.

La comisura de boca se curva en una media sonrisa excesivamente sensual, sus ojos relucen producto del deseo. Coloca sus manos en la isla de la cocina haciendo imposible cualquier tipo de movimiento en mi defensa. No me dejará escapar, acorralarme se ha vuelto su hobbie. Su mirada me cautiva, su altura intimidante me hace sentir pequeña. Ese majestuoso cuerpo atrae el mío con un magnetismo inexplicable, es más fuerte que yo, un poder sobrehumano me incita a probar sus dulces labios.

Estampo un ardiente beso en su boca, nuestras lenguas se entrelazan, los fornidos brazos que antes eran mi cárcel ahora rodean mi frágil cuerpo en un apretón para nada delicado. Una de sus manos acaricia la parte baja de mi espalda mientras la otra presiona mi trasero con brusquedad. Disfruto el ardiente beso deleitandome con las facciones varoniles de su rostro. Su expresión facial muestra serenidad, está sonrojado, se ve tierno. Siento que un volcán está apunto de estallar en mi zona íntima, mi respiración se acelera. Mis piernas, mis piernas se debilitan, mi entrepierna se humedece. Siento que caeré ante sus encantos...




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