El Renacer del Fénix

Capítulo 24 “Cuentas pendientes”

Drake

—Dame un segundo, por favor —toma aire para continuar —Entonces, la noche que Neila perdió a su bebé, ustedes se la pasaron durmiendo plácidamente porque no se escuchó ningún ruido extraño en la mansión —afirmo con mi cabeza —Neila fue al antiguo castillo que solía ser su hogar, subió a la torre más alta porque allí se suponía que sería su encuentro con Eugin. Hablaron un poco de su amor tóxico hasta que él decidió empujarla y después huir como la gallina que es —estaciono el auto frente al instituto —Por aquellos días Brandon recorría el mundo en busca de alguna cura para la infertilidad de su cuñada, o sea, la mujer de su hermano porque su cuñada favorita siempre seré yo —dice con orgullo, sonrío ya que me impresiona el cariño que le ha tomado a Brandon desde su partida —La última manada que le faltaba visitar era Dark Dynasty. Cuando se dirigía a esta, encontró a Neila inconsciente y desangrándose en el suelo. Supo que era su soulmate debido a su olor así que muy preocupado, la llevó a la manada más cercana, donde la curaron y la atendieron hasta la mañana siguiente.

—Así es. Después recibimos una llamada desde el hospital al que supuestamente la habían trasladado.

—¡Exacto! —dice con entusiasmo —Eugin hizo que alguien los llamara para que perdieran tiempo yendo al lugar equivocado —brama —Quería asegurarse que Neila perdiera a su bebé —afirma con enojo y no puedo evitar que una carcajada escape de mi boca.

—Disculpa, disculpa —logro hablar a penas a causa de la risa —Puedes continuar.

—¿De qué te ríes? ¿Tengo un payaso en la cara? —indaga con molestia —Esto es importante, Drake. Ponte serio.

—Perdona... es que —paro de reír para tomar una bocanada de aire que me permita continuar —Nunca te había visto así. Me sorprendes, gatita —acaricio su rostro cuando la veo arrugar el entrecejo por no comprender a qué me refiero —Cuando no estás riendo por tonterías, estás enojada conmigo, pero cuando no estás en ninguna de esas facetas te me pones seria. Me gusta tu faceta de detective.

—Esto es importante —repite —Claro que tengo que estar seria. Debo enfrentar el problema con madurez.

—Por supuesto.

Desde que despertamos en la mañana no ha parado de hacerme preguntas sobre Brandon y mi hermana, sobre como se conocieron, qué pasó con Eugin, por qué se aprovechó de Neila... Está muy preguntona. Insiste en querer a mi amigo de vuelta y según ella, eso solo lo logrará si sabe todo sobre ese tóxico triángulo amoroso.

—Como te decía, esos sucesos tan trágicos de la noche nos llevan al siguiente punto: Agatha.

—¿Ella qué tiene que ver con la situación?

—Tu padre y ella fueron novios ¿cierto?

—¿Cómo sabes eso? ¿Te lo dijo Neila?

—Eso es lo de menos. Concéntrate —acaricio sus piernas para calmarla, siempre funciona —Primero se hace novia de tu padre, después en la cena familiar, no para de hablar de mí y de mi madre, ahora me dices que Brandon llevó a Neila a Dark Dynasty cuando estaba inconsciente, justo esa es la manada donde vive Agatha.

—Sigo sin comprender.

—Todos los hechos apuntan a Agatha. Además, te recuerdo que la llamada que ustedes recibieron fue gracias a Eugin, quien empujó a tu hermana y se aseguró de hacerlos perder el tiempo en el lugar erróneo, o sea, el hospital.

—Diablos, tienes razón.

«¿Cómo es que no lo pensé antes? Todo este lío da vueltas alrededor de esa wicca»

—Las casualidades no existen —decimos al unísono, es como si tuviéramos una sincronía perfecta que nos hace coincidir incluso en el momento de hablar.

Me gusta que nuestra relación esté mejorando. Amo la conexión que tenemos, nuestra forma única de comunicarnos sin necesidad de palabras. Anhelé este momento, y me alegra saber que no todo es gracias al vínculo que nos une.

Sí, los âme souer se aman desde la primera vez que se ven pero ese lazo solo se fortalece si ambos está en dispuestos a aceptarse tal y como son, si se conocen y con el paso del tiempo aprenden a convivir y a cuidarse mutuamente.

—Son demasiadas coincidencias, sugar —la examino con la mirada, atento a cada gesto o palabra suya.

—De igual modo, recuerda que solo conocemos la versión que ellos nos han contado. Solo Neila, Eugin y Brandon saben lo que ocurrió realmente.

—Insisto, debemos estar atentos a Agatha. Sabrá Dios de lo que es capaz una mujer con el corazón roto.

—Me parece que Neila te ha contado demasiado.

No me sorprende. Mi hermana puede ser peor que una lora. Cuando se deprime comienza a crear teorías y a relacionar sucesos intentando buscar el por qué de su desgracia.

—Ya sabes lo que pienso al respecto, muy fina es la línea que separa el destino de la casualidad.
***

Después de dejar a mi gatita loca en su colegio, me dirijo al barrio de mala muerte en el que antes solía vivir, del cual fue expulsada como si valiera menos que un animal.

Recuerdo cada palabra que utilizó Martín, nuestro chófer, para describir el estado en el que encontró a mi gatita cuando vagaba por las calles de Stratland.

Lucía triste, deprimida, llevaba puesta una playera color fucsia, sucia y desgastada. Al igual que sus jeans, un poco rasgados y mojados supongo que era consecuencia de la lluvia. Con mucho insistencia logré hacer que subiera al auto. Estaba muy apenada por su aspecto. Además, sus maletas estaban empapadas y deterioradas. No creo que la ropa en su interior haya logrado conservarse.

Me alegra muchísimo que mamá y Neila hayan decidido llevarla de compras. Merece mimos. La salida con ellas le subió el ánimo y sirvió para renovar su closet.

Esa mujer ni siquiera le dió la oportunidad de retirarse dignamente de la pensión. Me enfurece la forma en que fue tratada, humillada. Haré que esa señora pague por su irrespeto hacia mi gatita, se arrepentirá de haber sido una de las causantes de sus lágrimas.

Sí, una de ellas. Porque de Leticia —la víbora millonaria— me encargaré luego. Todo a su debido tiempo.




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