Ámbar
—Papá... Si papá es el rey de los demonios entonces... yo soy...
—La princesa de los demonios... mi princesa
—Tú... ¿Por qué me abandonaste? ¿Por qué nunca te preocupaste por mí? —pregunto a punto de comenzar a llorar al escuchar su voz —¿Dónde estás? Quiero verte. ¿A dónde tengo que ir para conocerte?
—Nos veremos antes de lo que te imaginas. Lo prometo —su voz me inspira confianza —Tu madre te contará su versión de la historia, está resentida conmigo así que me dejará como el villano... aunque tampoco soy un héroe ni un príncipe azul —suspira —Solo soy tu padre. Ten eso en cuenta.
—Vale. Creo en ti —digo en un hilo de voz, creo que algunas lágrimas se han escapado de mis ojos —Si de verdad me estás cuidando a la distancia pues... no dejes de hacerlo.
—Siempre te cuidaré, princesa. El cuervo blanco siempre estará contigo —finaliza nuestra charla cuando la luz al final del túnel desaparece.
Vuelvo a estar rodeada por una inmensa oscuridad, el silencio y varias preguntas en mi cabeza.
Entonces, el cuervo que siempre me está observando a la distancia, el cuervo que ví al salir de la cárcel con Neila, el que estaba en la cafetería y en el campus de la escuela, en la cabaña el día que ocurrió el incendio, en casa de la señora Leticia y en el estacionamiento de la empresa de Drake es... Papá.
Papá sí se ha preocupado por mí, sí ha estado en mi vida solo que no lo había notado.
Abro los ojos lentamente. Ya no siento en mi cuerpo ese fuego tan intenso, aunque la brisa sigue siendo un poco violenta y ahora caen más gotas de lluvia que antes.
—Cariño, te has emocionado —mamá dice al fijarse en mis lágrimas —Lo has logrado, estrellita, te has comunicado con Metatrón.
«Y con papá también me comuniqué. Fue maravilloso»
Todas las señoras comienzan a aplaudir ante las palabras de mamá, todas excepto Mily. Ella solo me fulmina con la mirada.
Continúan cayendo gotas de agua una a una hasta que se forma una lluvia torrencial que nos obliga a refugiarnos con rapidez en nuestras casas. Mamá me explica que cada vez que hacen un ritual de iniciación llueve, según ella es una reacción de sensibilidad de la naturaleza. Es como si estuviera emocionada y llorara de la alegría, así como ella lo hizo cuando me vió después de mucho tiempo.
—Lo hiciste muy bien, cariño. Estoy muy orgullosa de ti — su voz me resulta lejana ya que estoy sumergida en mis pensamientos, papá, solo pienso en él —Cuando pare de llover haremos la meditación nocturna junto a la Triple Diosa.
«Papá... Hablé con él. Aún no me lo creo»
Me gustaría saber qué significado tiene ese charla que tuve con papá. Fue algo mental pero lo sentí tan cerca como si estuviera a mi lado.
—Cariño, ¿me estás escuchando? —mamá logra sacarme de mis pensamientos.
—Sí, sí te escuché.
Salgo del baño después de haberme despojado de la ropa mojada.
—Toma esta toalla, debes secarte, no quiero que te resfríes —me entrega una toalla —¿En qué andabas pensando? —se cruza de brazos.
—En... en mi conexión con Metatrón. ¿Qué significa eso? Ya sabes, la conversación que tuve con...
—Más que una conexión mágica, es la revelación de tu futuro —me cuenta emocionada, al parecer le encanta todo lo relacionado con Metatrón —Como si uno de tus mayores anhelos fuera a cumplirse pronto.
—Entonces ¡voy a conocer a papá! —grito sin contener la alegría que me consume.
—¿Qué? ¿Eso fue lo que viste? —el rostro de mamá cambia de uno emocionado a uno decepcionado.
—Sí, hablé con él. Fue genial —mi voz suena más alta de lo normal —No me lo esperaba. Estoy tan feliz que podría salir y gritarle al mundo que conoceré a papá —no logro controlarme y acabo saltando en la cama como si fuera una niña pequeña.
Mamá me observa con cara larga, me escanea de pies a cabeza una y otra vez como si buscara algún defecto o error en mí.
—Es una gran noticia. ¿No estás feliz por mí? —dejo de saltar y la observo fijamente.
—Ha dejado de llover —Mily nos interrumpe con su cara de póker.
—Ella te odia —habla esa voz rebelde en mi cabeza pero decido ignorarla.
—Vamos al Círculo Mágico para realizar la meditación nocturna —mamá intenta sonreír pero resulta más una mueca.
Mamá sale de la casa dejándome con la intriga. Como ella y papá no se llevan bien, tal vez mi comentario le afectó. O tal vez no me quiere decir nada, de igual modo le preguntaré, tengo derecho a saber sobre él. En los ocho años que estuve viviendo con mamá, ella nunca me habló sobre él. Ni siquiera sabía su nombre. Elijah, significa Dios es mi vida.
«Irónico nombre para un demonio»
—¿Qué pasa, Mily? ¿Dije algo que te incomodó? —le pregunto ya que su intensa mirada me empieza a molestar.
—Mi nombre es Emily, no Mily —dice como si mi mote le causara asco —Mientras estés aquí no menciones a tu padre. A mamá no le gusta hablar sobre Elijah —finaliza antes de salir por la puerta.
Voy a ignorar el hecho que mientras yo no sé nada de mi padre, Emily —como ella prefiere que la llame— parece saber más que su nombre. Mamá me debe muchas explicaciones.
***
El Círculo Mágico es un lugar muy similar a ese espacio en el que hicimos mi ritual de iniciación. La única diferencia entre ese sitio y este es que aquí tenemos un piso pulido y además, una enorme estatua de tres mujeres juntas.
Según lo que me dijo mamá ese símbolo, llamado la Triple Diosa, es muy especial para las wiccas ya que representa las tres etapas de la vida de una mujer. Me identifico con la mujer de la izquierda, ya que es la más joven, representa la luna creciente, la inocencia y los nuevos comienzos. Las otras dos mujeres son la madre y la anciana. Las tres mujeres conforman a la misma persona y a la misma Luna.