Drake
Entre rugidos de los motores, quejas por parte del tráfico y el chirrido de las llantas en movimiento sobre el pavimento, llegamos al castillo de Dark Dynasty para dar por finalizada la carrera. Brandon me ganó porque comenzó la carrera sin mí, cuando lo noté, ya había alcanzado cierta ventaja.
Intercambié unas pocas palabras con el alpha Austin acerca de los vampiros, los híbridos y el embarazo de su esposa. El logró hallar a los dos vampiros exiliados que atacaron a mi gatita en el mercado, los otros dos ya están muertos. Me los entregó intactos, tal como se lo pedí, de esa forma seré yo mismo quien los torture. Como es un interesado, me apoyará con la búsqueda de híbridos en su manada, a cambio de la protección que debo darle a sus lobos, en especial, a su heredero o heredera.
Los ataques a los suyos han cesado. No significa que los vampiros les quieran dar tregua, algo están planeando. En cuanto resuelva los pendientes que tengo -con todo aquel que lastimó a mi reina-, les haré una visita.
-Shh -le digo a los vampiros que me miran con pánico desde el interior del maletero -Silencio o los destriparé aquí mismo.
Me aseguro de cerrarlo bien antes de entrar a mi Lamborghini. Tecleo un mensaje a Brandon para saber dónde está. Cuando llegamos al castillo, él dijo que estaría por los alrededores de la manada, no mencionó un lugar en específico.
Payaso Brandon:
¿Dónde estás? Ya tengo lo que quería. Nos podemos ir.
Espérame junto al castillo. No tardaré.
Espero unos minutos tarareando la canción que le canté en la mañana a Ámbar para calmarla: Demons.
Cuando era pequeño la abuela Inés solía cantármela todas las noches. Ella decía que no debía asustarme cuando las cosas se salieran de mi control, me refiero a asesinar. Todos los dragones lo hacemos. En un principio, me costó aceptarlo pero después ella me consolaba diciendo que todos tenemos un lado oscuro en nuestro corazón, miedos, luchas internas, demonios que por más que ocultemos, siempre saldrán a la luz.
Ámbar ha sido muy fuerte y resiliente hasta el momento. Aprendió a madurar de la peor manera. Solo debe comprender que nunca la voy a juzgar, sus temores también son los míos.
-Majestad -su irritante voz me hace bajar la ventana del auto -Hola, Drake.
-¿Qué quieres, Agatha? -ella entra al auto y se sienta en el puesto de copiloto, la próxima vez le pondré seguro a la puerta -¿Te dije que podías entrar? ¿Me escuchaste decir eso?
-Que mal educado -finge estar ofendida -Buenos días para ti también.
«No sé cómo Gael la soportó tanto tiempo. Es inaguantable»
-Yo pude haber sido tu madre. Tendrías buenos modales, no serías tan grosero.
-Agradezco al cielo y al Infierno por no ser tu hijo.
Sus ojos me escudriñan con fascinación, con las cejas ligeramente levantadas y una sonrisa sutil. No pronuncia palabra, solo me dedica esa mirada profunda que la gente suele poner cuando tiene enfrente la mejor obra de arte de un museo.
-Te pareces tanto a él -murmuró con voz afectuosa -Tus ojos, tu forma de hablar, tu personalidad es... igual a la de Gael. No heredaste nada de Rebecca.
-Ve directo al grano -bramo.
-Me ofende que visites al alpha y a mí me dejes en el olvido. Pensé que éramos amigos -Agatha tiene un poder para joder que cada día me sorprende más -Dime ¿cómo va tu relación de ensueño? ¿Qué se siente saber que la mujer que amas se une a tu enemigo?
-Lamento que debido a tu avanzada edad estés padeciendo demencia.
-Yo lamento que no sepas con quién estuvo Ámbar el día que desapareció. Es triste que te tomen el pelo.
No le preguntaré como supo que mi gatita se esfumó veinticuatro horas. Seguramente Lilith le comentó. Me da igual lo que diga. Es una mujer resentida, se inventa cualquier historia para molestarme.
-Si ya terminaste de escupir veneno, haz el favor de salir de mi auto.
Ella me recuerda a Natalia. Ambas hablan con doble sentido y malas intenciones.
Veo el Bugatti rojo de Brandon estacionarse junto al mío, baja la ventanilla para decir:
-Vámonos.
Miro a Agatha con una ceja arqueada esperando a que salga de mi auto, no me gusta repetir las cosas. Ella me da una mirada de autosuficiencia, como si hubiera cumplido su cometido. Baja de mi Lamborghini pero como soy tan perverso como ella, no puedo quedarme callado.
-Agatha -me mira de reojo -Ya estás vieja. Deja de arrastrarte por un hombre casado y crea tu propia familia.
***
Una de las ventajas de tener una buena secretaria en la empresa que dirijo, es la eficiencia con la que trabaja. Elizabeth tiene acceso a toda la información de las diferentes empresas y compañías con las que colaboramos. En este caso, me facilitó varios datos sobre Júpiter.
Mi móvil suena, uno, dos, tres tonos... hasta que responde.
-Hola. ¿Con quién hablo?
-Hola, soy Drake. Debemos hablar sobre Ámbar.
-Estoy con las chicas ahora. Cuando termine en el colegio te enviaré un mensaje -murmuro un sí y cuelgo la llamada.
***
Luego de tres horas de espera, Júpiter me envía un mensaje con la ubicación de Mylos Bridge. Salí de la empresa inmediatamente para llegar a su encuentro. Necesito saber más sobre Ámbar.
Ambos permanecemos en pie apoyados en barandilla. Observamos nuestros reflejos en las aguas cristalinas que corren bajo el puente, como si no hubiera modo de comunicarnos en este tenso ambiente.
No es la primera vez que le digo adiós a mi orgullo cuando de mi gatita se trata, sin embargo, en esta ocasión la situación me resulta más complicada. No sé cómo dar inicio a una conversación pero no regresaré a casa hasta tener la información que necesito.
-Supongo que quieres saber sobre el pasado de mi morena -utiliza ese mote que detesto -¿Qué quieres saber en particular?
-Ámbar me contó sobre su violación -trago con dificultad.