Capitulo 2: “Contrastes en movimiento”

El día que Mía Wells llegó a la escuela, todo parecía cambiar de ritmo. No por qué hiciera algo extraordinario, sino por qué su sola presencia era un recordatorio de lo que Alorha Webb no era.

Mía tenía esa energía magnética que hacía que todos se fijarán en ella. Su cabello dorado se movía al paso como si incluso el viento quisiera ser su aliado. Era de esas personas que siempre parecía saber qué decir y cuando decirlo, con una sonrisa tan natural que hacía que cualquiera que quisiera quedarse aunque sea un poco más.

Alorha observó a mía desde su rincón habitual al fondo, en el aula donde nadie se molestaba en sentarse. Era difícil ignorarla. La forma en la que caminaba como si el mundo fuera suyo o el cómo decía ese: “¡Hola!" entusiasta como si fueran amigos de toda la vida. Pero había algo más algo que solo Alorha podía notar: una sombra detrás de esa fachada brillante.

En el descanso, Alorha la vio sentada sola en una de las mesas de la cafetería. A pesar de que los demás se veían interesados en acercarse, nadie lo hacía. Mía fingía no notar la distancia ocupándose en su teléfono o mirando distraídamente por la ventana. Pero Alorha reconocía ese gesto. Era de alguien que por mucho que lo intentara seguiría sintiéndose fuera de lugar.

Para Alorha, era curioso ver como una persona como Mía, tan perfecta en apariencia, también podía quedar al margen. ¿Acaso no era suficiente ser bonita, extrovertida y inteligente? ¿Que hacía falta para permanecer?

Sin darse cuenta, Alorha empezó a prestar más atención en Mía. No por qué quisiera acercarse a ella, sino por qué, en algún nivel, se veía reflejada en su lucha silenciosa. Tal vez, pensó, que el mundo no estaba diseñado para alguien en realidad.

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