El Retorno De Friga La Gatita (novela Cristiana)

Mi hijo, Sicario.

Antes de continuar con este breve relato, les ruego que tomen un minuto de silencio en honor a mi hijo Sicario, el cual no ha podido sobrevivir a la fatídica lucha contra el cáncer gatuno, tuvieron que ponerlo a dormir. Así que, en muestra de solidaridad y respeto hacia mi hijo, un minuto de silencio por su alma, que Dios lo tenga en su gloria. Gracias por su solidaridad.

Como sabrán las personas cultas con un IQ mayor 160, mis dueños creyeron que yo era macho, pero, como verán, resulte ser una sensual y bellisima gata, la cual cometió la misma estupidez que cientos de niñas latinoamericanas: quedar embarazas a una edad temprana; ¡Y tuve a cuatro gatitos! Dos de color naranja y dos tigrillos; ninguno era carey como yo, ¡Imaginense! Llevar a esos engendros del mal por tanto tiempo para que al final los desgraciados se parecieran al papa. Mis hijos eran Garfield; George Hamilton IV, Sicario (Alias Siki) y por último Tuturumisterleko; si, dije eran; Garfield fue adoptado por los dueños de un hotel, allí vivió como rey durante toda su vida, hasta que un conductor desprevenido acabó con la existencia de mi primogénito; George no tuvo la misma suerte, a él lo robaron de nuestro hogar, un día mi ama y yo llegamos, y ya no estaba, jamas lo volvi a ver; Tuturu nació lisiado de los pies y poco tiempo después quedó paralizado cuello para abajo; mí ama y su madre habían ido de campamento dejándome a mí y mis hijos al cuidado de su esposo, lamentablemente mi hijo menor falleció por causas naturales cuando el padre de mi ama fue a trabajar, al llegar, los chulos ya lo estaban devorando.

Y por último, y más reciente: mi hijo Siki ha dejado este mundo.

Es...extraño saber que ya no soy madre, los he perdido a todos, los perdí a a todos en menos de cuatro años, ¡Oh, hijo de mis entrañas! ¡Cuanto añoro tu presencia! ¡Como han caído los inocentes!

El cáncer acabó por destruirle la boca, sus dientes empezaron a caer, por más que intentamos orar y darle medicina nada se pudo hacer, su boca se llenó de gusanos que intentaban comerlo vivo, finalmente la parte inferior de su mandíbula se cayó, no hubo más opción que ponerlo a dormir. Mis dueños ya habían pagado una cirugía de emergencia para salvarlo, pero el doctor dijo que no había nada que hacer y lo pusieron a dormir.

De todas maneras, ¿Qué más se podia hacer? Era lo mejor, terminar su sufrimiento. No pude hacer nada más que agradecerle a Dios por no someter a mi hijo más al dolor, por haberlo llevado al descanso, por haberle dado una familia que estuvo dispuesta a todo por salvarlo, una la cual lo amó y protegió, una familia que invirtió mucho en su recuperación y aunque al final no lo logro murió siendo amado, querido y apreciado. 

Estoy muy consciente de que Jesús no murió en la cruz para salvarnos a nosotros los animales, fue para salvar al humano de la condenación eterna, pero también sé que en el cielo van haber sorpresas, ¿Quién sabe? Quizás en el cielo me este esperando mi hijo y sus hermanos, junto con las demás mascotas de los redimidos, es una muy hermosa ilusión.

Ruego a Dios que mi vida no termine así, no solo por mi, sino por mi dueña, cuya estabilidad emocional depende de mí, no quiero verla sufrir. Oren por mi salud, por favor, se los ruego.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.