Kyrie parpadeó con desconcierto al ver a aquel hombre emerger de las sombras: la figura enjuta y marchita que tenía enfrente no se parecía en absoluto a la imagen que él relacionaba con el nombre Merel von Byron. La persona que había conocido tenía un rostro hermoso, una figura atlética y un porte heroico; mientras que la persona que tenía enfrente era una triste sombre de lo que solía ser, con una piel ennegrecida y flácida, un rostro desfigurado y un cuerpo esquelético, como si la maldad que corroía su interior finalmente se hubiera desbordado corrompiendo su inmaculado exterior.
— Envejeciste mal— dijo al fin.
— ¡Infeliz! — escupió Merel—. ¿Todavía tienes el descaro de burlarte de mí? ¡Esto lo causó tu hechicería!
— Eso te pasó por ambicioso.
Sloane atestiguaba el intercambio de palabras en un sorprendido silencio. Habían pasado diez años desde la última vez que se había cruzado con Merel y eso fue después de la caída de Ayrea, cuando surgió el rumor de un sello mágico que protegería al reino de intrusiones externas, la cual en teoría permitiría a las mermadas tropas al mando de Merel reagruparse para una nueva ofensiva. Un pequeño grupo al mando de Sloane se había internado en las tierras ruinosas de Ayrea con el fin de evitar que el sello fuera activado y terminó enfrentándose al duque en la sala del trono. Lo único que se necesitaba era llegar al trono y verter en una copa la sangre de Asten, que había creado el conjuro.
Sin embargo, el resultado había sido inesperado: el sello resultó tener un hechizo que pulverizó lo que quedaba del ejército de Ayrea y aisló al reino en una cúpula de la que nada entraba y nada salía… había ese momento. Ayrea estaba llena de fantasmas resentidos que saldrían para arrasar con su odio toda Scorchea destruyendo todo lo que se cruzara en su camino despiadadamente.
Y el único que podía poner fin a esa amenaza era Asten.
— Yo tenía razón, el rey jamás debió reconocerte— dijo Merel escupiendo en el suelo—. ¡Tú causaste nuestra ruina!
— Fue el rey quien causó su propia ruina— replicó Kyrie sombríamente.
El joven levantó la mano con la palma extendida lanzando un rayo de energía a Merel, quien lo esquivó elevándose en el aire y materializó un bastón de metal con el que se abalanzó contra Kyrie, fue en ese momento que Sloane se interpuso con la espada en alto bloqueando el ataque, haciendo retroceder a Merel. El hombre esbozó una sonrisa torcida y escupió en el suelo.
— Ya veo, hiciste todo este teatro para reencontrarte con tu ramera— dijo el duque.
“No realmente”, pensó Kyrie, pero no lo externó. Merel era un hombre terco, y cuando una idea se le metía en la cabeza era sencillamente imposible convencerlo de lo contrario. Además, a diferencia de todas las personas en la capital, él nunca consideró a Sloane como una propiedad, por lo que las palabras de Merel fueron doblemente ofensivas para el hechicero. Merel levantó un brazo conjurando una bola de energía oscura que lanzó hacia la pareja, Kyrie se adelantó materializando un látigo con que lanzó una ola energética que desintegró el ataque, el duque volvió a arremeter contra el hechicero y éste usó el látigo para defenderse.
— Vas a venir conmigo ahora—dijo Merel tomando del brazo a Kyrie—. Te guste o no, restaurarás la vieja gloria de Ayrea.
— No hay nada que restaurar, viejo loco— replicó Kyrie.
Merel clavó sus uñas en el brazo de Kyrie con furia y éste aprovechó el breve momento para zafarse de él golpeando su pecho con fuerza, retrocediendo con el impacto; aún así el duque pudo recuperarse lo suficiente como para atacar a ciegas con su bastón, Sloane volvió a intervenir bloqueando el golpe con lo que Merel la atacó de vuelta con la intención de atravesarle el pecho, Sloane hizo un desplazamiento lateral hacia la izquierda para evitar el golpe y dirigió la espada hacia el cuello del hombre, Merel chasqueó los dedos materializando un estilete que usó para bloquear la espada y dio un salto hacia atrás haciendo girar el bastón de metal entre sus dedos para después hacer un desplazamiento hacia adelante arrojando un golpe horizontal que Kyrie desvió con su látigo. Merel volvió a arrojarse contra él usando el estilete y Kyrie alzó la mano libre para conjurar un escudo que detuvo el ataque, usando éste mismo empujó al duque lejos de él y creó un remolino de polvo que aprisionó a su oponente.
Fue en ese momento que Kyrie jaló a Sloane para dirigirse a los caballos, ambos montaron en ellos y se alejaron de allí con celeridad.