El retorno del príncipe heredero

9.- El mago en las sombras

Merel von Byron sonrió con gesto ufano al recibir las imágenes del gusano de tierra en el segundo nivel del pantano. Su suposición había sido correcta: el tiempo apremia, por lo que el traidor de Asten sugeriría a Sloane usar la matriz transportadora del pantano de Zayxo para llegar a Ayrea más rápido, sin importar lo que pasara no podía permitir que cumplieran su objetivo, no antes de que su plan estuviera completo.

Esta vez él contaba con la ventaja del local: éste era su territorio... solo que nadie lo sabía: era uno de los tantos errores cometidos por el rey Adán que él personalmente se había encargado de tapar. En un inicio se pretendía establecer una base de refinación para materiales mágicos pero uno de los encantamientos salió mal y lo que se terminó creando fue una monstruosidad que devoraba lo que había a su alrededor y no fue hasta que el duque intervino que todo se calmó. Merel lo convirtió en una matriz de transportación y asentó un pantano para protegerlo de intrusiones externas, luego regresó a la capital y se olvidó de él.

Por lo menos hasta que tuvo que volver allí con la cola entre las patas.

La mente de Merel se llenó con recuerdos de su renio antes de su caída, rememorando lo favorecido que había sido desde temprana edad; su familia era la más cercana al rey, sus padres eran los consejeros de la reina y él había nacido con un talento innato para la magia, la cual cultivó y practicó hasta alcanzar un nivel superior al del resto de sus compañeros. Era un prodigio completo. Su habilidad natural llamó la atención del rey Adán y éste lo reclutó de inmediato como miembro de la corte imperial poniéndolo a cargo de la división de hechicería.

La fortuna de los von Byron se vio completada con el nacimiento de su hermana Frarie, el cual coincidió con el nacimiento del príncipe Alék y eso bastó para que se concertara un compromiso entre los recién nacidos. Merel pasó a ser tutor de la Primera Gran Majestad, lo vio crecer y lo vio casarse con Frarie, momento en el que fue nombrado duque hechicero del reino. Estando prácticamente en la cima del territorio, solo podía esperar el momento indicado para actuar según sus propios planes.

Todo iba perfecto hasta que el bastardo de Asten apareció.

Merel lo vio llegar como un advenedizo y lo vio ser coronado como la Segunda Gran Majestad de Ayrea. Lo vio ascender como un príncipe hechicero a pesar de que su base mágica era mediocre. Asten no tenía talento para la magia pero su poder fue creciendo al tener a los mejores tutores que la realeza podía conseguir. Vio a los dos hermanos luchar codo con codo en la guerra ganando innumerables territorios para el reino y Merel, personalmente, capturó a la princesa que los había liderado en la batalla. Sloane di Canabria era el estandarte de su nación y Merel había planeado ultrajarla y torturarla frente a sus súbditos hasta convertirla en su esclava, así rompería con la moral de los prisioneros y apagaría cualquier intento de rebelión.

Quién diría que Asten volvería a entrometerse en sus planes.

Todas sus obscenas aspiraciones se desvanecieron cuando la princesa fue entregada en matrimonio al príncipe Asten, por lo que Merel tuvo que conformarse con envenenarla con un parásito viscoso que viajaría por su torrente sanguíneo hasta acumularse en su corazón provocándole una muerte dolorosa. Lo mejor era que el efecto era lento e indetectable por lo que nadie sabría nunca la causa de su fallecimiento. Claro que no tuvo que esperar mucho ya que la imprudencia de la princesa la condenó a muerte y después de eso el propio Asten se fue por cuenta propia. Todo parecía volver lentamente a su cauce, pero eventualmente una nueva guerra volvería a surgir.

Fue en ese momento que la cara traicionera de Asten se reveló descubriéndose que el segundo príncipe heredero y el rey Devon de Ririe habían estado conspirando en las sombras para derrocar la soberanía de Ayrea sobre Scorchea.

Y la supuestamente fallecida Sloane di Canabria fue la punta de lanza en esta nueva rebelión.

Fue entonces que Merel hizo su movimiento revelando su verdadero deseo: el duque hechicero ansiaba el trono de Ayrea. El rey Adán y el príncipe Alék encontraron la muerte bajo su mano y la de su hermana. Tras obtener la sangre que Asten había mantenido en conservación antes de su partida, Merel se preparó para sellar el reino y reorganizar sus tropas solo para ser burlado nuevamente por ese infeliz bastardo. El hechizo de Asten creó una onda luminosa que pulverizó todo lo que quedaba de la población ayreana, pero quien se llevó el mayor daño fue Merel y para salvarlo su hermana Frarie separó su alma de su cuerpo condenándolo a vegetar en un limbo del que le tomó ocho años salir.

En esos ocho años, Merel aprendió el arte prohibido de la magia mortuoria, encontrando una forma de volver a su cuerpo, y luego de retomar su maltrecha forma física descubrió que Frarie se había vuelto en su contra, por lo que la sacrificó y usó su cuerpo para refinar un arma de carne que concentraría el poder de los fallecidos en toda Ayrea; usando su alma para abrir una brecha por la que pudo escapar del aislamiento, dirigiéndose al pantano en Zayxo para restaurarse lo más posible.

Ahora que estaba cerca de cumplir su objetivo no podía dejar que Asten y Sloane interfirieran otra vez. Iba a eliminarlos de una vez por todas en este pantano.

 



#9127 en Fantasía
#1987 en Magia

En el texto hay: fantasia, fantasia magia sobrenatural

Editado: 29.07.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.