Una lluvia de alquitrán caía suavemente en el exterior dando al paisaje un tono más ominoso del que ya poseía. Una niebla malvada se arremolinaba alrededor de de la figura enjuta de Merel von Byron, que llevaba en sus brazos un cuerpo ennegrecido y marchito. Kyrie soltó un respingo al verla, su mirada mostró una sombra de temor al ver aquel cuerpo y susurró:
— Un arma de carne.
— ¡Un arma de carne! — repitió Merel en tono ufano con una expresión triunfal—. ¡Liberaré esto en toda Scorchea y todos sentirán la furia de los muertos de Ayrea en su piel! Pero antes...
Las desfiguradas facciones de Merel se volvieron aún más feas producto de su expresión cargada de demencia mirando a la pareja y dijo:
— Voy a eliminarlos a ustedes.
En ese momento la niebla se dirigió hacia el palacio con un lamento estridente. Kyrie extendió la mano creando una cortina de llamaradas azules, las cuales se extendieron rápidamente a lo largo de la tierra que rodeaba el palacio. La neblina chocó contra la cortina creando un montón de humo conforme se iba carbonizando hasta que finalmente, con un ulular lastimero, la niebla rompió con las llamas azules y éstas se extinguieron.
— Vuelve adentro— dijo Kyrie conjurando una serie de hechizos de protección, retrocediendo hacia el interior del palacio.
Una vez que estuvieron dentro, aislados del peligro que había en el exterior, se dirigieron de regreso a la sala del trono.
— ¿Y ahora qué? — preguntó Sloane—. ¿Cómo evitamos que Merel libere a esa cosa? ¿Y qué es un arma de carne?
— Demasiadas preguntas— dijo Kyrie revisando afanosamente una de las ennegrecidas paredes.
— Necesito saber a qué me enfrento.
— No hay forma de que te enfrentes a eso.
— Yo no estaría tan segura.
Kyrie volteo a escuchar el eco de pisadas acercándose hacia su dirección y vio al duque Merel aproximándose con el cuerpo solo que esta vez lo sujetaba por debajo de las axilas. El hechicero había oído hablar de las armas de carne pero no supo cuál era su naturaleza exacta hasta que uno de sus maestros en la capital se lo explicó: se trataba de una persona muerta cuyo cadáver era abandonado en un sitio donde hubieran ocurrido muertes violentas. Usando un hechizo de dirección energética pueden absorber la energía mortuoria que le rodea hasta levantarse como un resucitado sediento de venganza que solo puede obedecer a su creador.
En esencia, un arma de carne era un monstruo asesino imparable a menos que su creador muriera. Sin duda era algo aterrador.
Merel acercó sus labios al oído de aquella cosa y dijo:
— Hermanita, toma tu justa venganza.
Los ojos del cuerpo, que hasta ese momento habían estado cerrados, se abrieron de golpe revelando dos iris de color púrpura. Sloane dio un respingo al ver aquel cadáver moverse con una rapidez inusitada extendiendo los brazos en dirección a Kyrie, ya que Merel había envenenado la mente de Frarie dirigiendo su odio a la Segunda Majestad de Ayrea, por lo que el cuerpo de la que había sido la primera consorte se lanzó en contra del hechicero con un grito aterrador y su avance fue frenado por Sloane, quien se interpuso con la espada en alto y lanzó una estocada que alejó a Frarie.
— Sea lo que sea que vayas a hacer, hazlo rápido— dijo la princesa entrando en combate.
— No canten victoria tan pronto— dijo Merel elevándose en el aire.
Un miasma negro emergió de sus manos conforme hacia movimientos con sus dedos y con pocos movimientos logró romper las protecciones puestos por Kyrie con lo que el lugar pronto se vio invadido por la neblina del exterior, con un giro de muñeca Merel la manipuló para lanzarla contra Kyrie y éste creó un escudo para repelerla extendiéndolo a lo largo de toda la sala.
— ¿Crees que eso bastará para frenarme? — increpó el duque.
— No, solo estoy ganando tiempo— dijo Kyrie con una sonrisa.
— ¿Qué?
— ¿De qué estás hablando? — preguntó Sloane.
— Ya lo verán. Merel, ¿me estás diciendo en serio que no averiguaste cómo es que el sello se restaura por sí mismo?
Merel frunció el ceño confundido por las palabras de Kyrie, un segundo después reaccionó con furia yendo contra el hechicero.
— ¡Tú! — exclamó—. ¡Rata desgraciada!
Por su parte, Sloane seguía entretenida en su lucha con Frarie... o lo que quedaba de ella tras ser convertida en un objeto mágico maldito. La que había sido la primera esposa consorte se movía como una bestia enjaulada sin importar qué cosas se cruzaran en su camino. Daba lo mismo qué hiciera Sloane, no podía herir de gravedad aquella cosa ya que podía regenerarse a sí misma, era prácticamente invencible.
El pánico se apoderó de Sloane. ¿Cómo iba a derrotarla? No había forma.
Una mano con uñas afiladas salió disparada hacia su rostro. Sloane saltó hacia atrás defendiéndose del ataque con lo que cortó la mano de Frarie llevándose la sorpresa de que no se regeneraba y la confusión la paralizó momentáneamente.
— ¡Es la hora! — exclamó Kyrie soltando una carcajada—. ¡No te detengas!
Sloane volteó a ver a Kyrie y se sorprendió al ver el estado repentinamente deteriorado del hechicero: su ropa estaba desgarrada, su cabello estaba revuelto y su piel tenía un tono violáceo además de estar surcado de heridas negras.
— ¿Qué...?
— ¡No te detengas! — repitió Kyrie—. ¡Paralízala!
Un grito agudo y un rugido antinatural llamaron la atención de ambos en el momento en que Merel y Frarie volvían al ataque; Sloane corrió hacia Frarie haciendo girar la espada en su mano mientras Kyrie se enfrentaba a Merel enarbolando su látigo, lanzando golpes de energía contra su oponente. Al haber perdido una mano los movimientos de Frarie se volvieron más erráticos y salvajes, sin dar oportunidad a un contraataque hasta que Sloane logró cortar su otro brazo y haciendo un desplazamiento lateral logró adelantarse a Frarie cercenando sus piernas, con lo que el cadáver quedó temporalmente inutilizado.