El Rey

Capitulo 2

Han pasado dos semanas de que llegue, desde entonces he estado todos los días trabajando con Ricardo en los papeles y en lo que quiero hacer aquí, ya me junte con los abogados para que todo se pueda seguir en orden y por lo visto, y por lo que me han dicho, todo va como lo esperábamos. Si es así solo me quedare aquí en esta ciudad un mes y medio, ya me falta poco.

Para mi suerte no me encariñe en lo absoluto con este lugar, solo espero el momento para poder irme de aquí, estoy asqueado de los cambios de clima, un día esta soleado y al otro esta frio y gris como si fuera a llover. El olor a lluvia está en el aire pero no se desata más la tormenta, para colmo el olor que desprende la gente que trabaja en la casa es desagradable, huelen a miedo, nervios, dudas, etc.

Ya no aguanto más, son las 3 de la madrugada y no puedo dormir bien por los ruidos de la tormenta que se está acercando, para colmo todos mis empleados están despierto y andan por ahí en la casa paseándose como si nada.

-¡Es suficiente!- grito mientras me levanto de la cama y me dirijo a la puerta para salir y bajar las escaleras- ¡Todos ustedes! – vuelvo a levantar la voz para que vengan delante de mi presencia y poder así hablarles. Me miran dudosos mientras se acercan más a mí – Quiero que se vayan ahora de mi casa-

-Pero… ¿Por qué señor?- me miran preocupados- ¿hay algo que le incomoda?- se atreve a preguntar Maribel

-claro que sí, es por eso que quiero que se marchen ya- les abro la puerta principal para que se marchen de una vez por todas

-Estamos despedidos…- dice la cocinera, de inmediato veo las caras de preocupación y el olor a tristeza de todos los empleados, invaden mis fosas nasales

-No…- dijo mientras levantan sus miradas y me miran a mí, con asombro- solo váyanse y vuelvan por la mañana. Necesito estar de noche solo, no los necesito aquí, ahora…adiós- dijo mientras camino a mi cuarto de nuevo

La noche se puso ventosa, una brisa fría entra por las puertas de la alcoba, las cortinas se mueven como si se hamacaran. Una vez relajado logro dormirme y es ahí donde empieza de nuevo el sueño que tengo cada noche desde que cumplí los 14, mi mayoría de edad para poder oler las fragancias de mi mujer destinada. También conocida como la edad del desarrollo natural de nuestros leones interiores.

~Sueño~

Estoy en mi forma de León frente a una laguna que es llenada por una catarata, a sus orillas hay rocas una más grande que la otra. Yo me encuentro dentro de la cueva que está detrás de la catarata, del otro lado de la lluvia de agua hay una mujer con un vestido de color blanco, se mete dentro de la laguna, su pelo lacio que llega hasta la cintura, baila al compás de una pequeña brisa de viento, su rostro no lo puedo ver pero a pesar de eso mira hacia el agua que cae, sin saber que ella no está sola sino que yo estoy del otro lado mirando y contemplado su belleza. Estoy por atravesar lo único que nos separa, voy despacio sacando mi pata, ella mira como estoy saliendo, se acerca mas a mi hasta que está en el medio, en lo más profundo de las aguas, su vestido esta todo mojado y en eso…el agua la toma, llevándosela legos de mí, quiero saltar e ir por ella pero en eso que lo intento despierto.

Doy un salto en la cama, me siento en la orilla, estoy todo sudado y agitado. Me paso la mano por la cabeza llevándome todo mi pelo atrás, miro por la ventana y veo que esta por amanecer. Me levanto y camino al baño, una ducha es lo que necesito para que se me pase todo lo frustrado.

Lo del sueño siempre fue así, desde la primera vez que lo tuve no dejo de pensar en su significado, tanto era la preocupación de mis padres por este sueño que me llevaron con una mujer vidente, ella dijo: “El sueño nos dice que encontraras a la mujer pero no la vas a querer al principio pero cuando la conozcas la amaras y veremos si eres capaz de luchar por su amor, porque necesitas dar un salto de amor por ella pero para logarlo tienes que olvidar tus doctrinas y demostrar tu amor por ella. Elegir será tu destino.”

 

El agua de la ducha cae por todo mi cuerpo, mientras pienso en esas palabras. En su momento no entendía por que, ahora si, por una charla con mi padre a solas entendí que no puedo amar, sino que debo cumplir con mis deberes.

-haaa…- suspiro y me preparo para salir

Al bajar las escaleras veo que entran de a uno los empleados, son las nueve de la mañana, en eso entra Ricardo

-Tengo malas noticias- dice al acercarse a mí- ¿por qué todos están recién trabajando?-

- Porque a partir de hoy, no habrá más nadie trabajando de noche. Vamos a mi despacho, Maribel llévanos, a mi despacho, un té para Ricardo y yo- mando y ella solo asiente

Últimamente Ricardo y yo nos estamos llevando bien, diría que el trabajo nos hizo más que socios, encontramos cosas en común y una de ellas es que él también es hombre león.

-Bien, primero quiero que te relajes y no te enojes tanto al punto de que Elion salga y destroce todo a su paso- dice una vez sentado y tomando su té- o aun pero… la bestia –

Lion es el nombre de mi león y la última vez que salió fue porque me enfade por los malditos abogados, uno de ellos se creyó superior a mí, y para demostrar que no era así lo enfrente con mi forma de Elion, fue una pelea de león contra león. Después de esa pelea, que obvio gane yo, los abogados no volvieron a enfrentarme.

-hay…- dijo mientras me siento y me froto la frente – tratare de no hacerlo, ahora solo habla –

-De acuerdo, los abogados me dijeron que iba a llevar más tiempo para poder tomar terreno, resulta que…-

-No lo puedo creer- interrumpo lo que dice Ricardo, me paso ambas manos por la cara

-Por favor, relájate –

-Cuál es el problema, porque no me iré hasta que tome esa tercera parte de terreno-

-Lo sé, es que para tomar terreno debes hablar con el consejo, ellos pueden ayudarnos a que lo podamos tomar sin ningún problema entre los vampiros y los hombres lobos –




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