~Llamada telefónica*
-Entiendo todo lo que te dijeron por eso tienes que seguir lo que se te pide- del otro lado de la línea habla mi padre
-No es lo que acordamos – le recuerdo
-Las cosas no siempre salen como uno las espera, ahora has lo que se te pidió- lo escucho enojado mientras miro parado por la ventana el día nublado
- Y ¿Qué quieres que pongo en obra? – no me queda de otra que hacer lo que me dice
- Eso te lo dejo a ti. Me tengo que ir –
- De acuerdo, hasta luego –
~fin de la llamada~
Me quedo un rato mirando por la ventana mientras pienso
-Entonces que aremos - Ricardo rompe el silencio que se formó en mi despacho
-Tengo tiempo de pensar, hasta que me den las tierras-
-Bien, ahora por lo visto te quedaras más tiempo-
-No me queda de otra- dijo mientras me siento en mi silla- que tienes en mente-
-Pues…- se inclina en su silla- primero tienes que contratar más gente para que limpien esta enorme casa-
-No, más gente aquí no quiero-
-Lo entiendo pero una sola chica no puede limpiar esto. La vas a matar, no son como nosotros y tú no vas ayudar a limpiar. Por lo menos una chica más contrata.-
No soportaría otro olor a humana en mi casa, pero tampoco puedo exigirle mucho a Maribel – de acuerdo pero cambiaremos los horarios de su trabajos: no quiero todos los días en mi casa a los jardineros, la cocinera puede venir por la mañana hasta la tarde, las chicas de limpieza se pueden turnar, y así con cada uno de los empleados-
-Me encargare de eso- dice mientras se levanta – ahora debo irme, mi chica me espera.-
- Si, no hay drama- me levanto y lo acompaño hasta la puerta de la casa- hasta luego Ricardo-nos chocamos las manos
- hasta luego, Dastian-se despide y se marcha hacia su auto
Ahora tengo que pensar que voy a construir. Genial, todos mis planes fueron derrumbados como si nada, la rabia más grande es que ni protestar pude. No estoy acostumbrado a quedar en el molde, pero no me queda de otra que seguir las órdenes de mi padre. Mientras subo las escaleras sueña mi móvil, miro para ver quién es y contesto
~Llamada telefónica~
-Madre…-
Samanta
Miro cada tanto mi reloj, vuelvo a prestar atención a lo que habla el profesor, anoto lo importante que dice, falta poco para que toco el timbre y poder finalizar la clase.
-Samanta- me llama y levanto la mirada. Miro a todos y por ultimo al maestro- dime ¿Qué es SDR y en quienes se les presenta esta enfermedad? y ¿Qué se debe hacer para mejorar sus condiciones?- todos me miran y esperan mi respuesta
-El SDR neonatal ocurre en bebés cuyos pulmones no se han desarrollado todavía totalmente. La enfermedad es causada principalmente por la falta de una sustancia resbaladiza y protectora, llamada surfactante. ... La mayoría de los casos de SDR se observa en bebés nacidos antes de 37 a 39 semanas. Y para mejorar su condición…-
Riinnn…
Suena el timbre para irnos
-Muy bien señorita Benítez, ya se pueden retirar. Nos vemos mañana –
Todos se levantan mientras ordeno mis cosas, camino hacia la puerta pero la voz de mis compañeros me detiene
-bien Sam… nos impresionaste a todos –
Me rio y me rasco la nuca en modo de disculpa, no me gusta llamar mucho la atención pero cuando un profesor pide respuesta hay que ser seguros e informar bien. Sino descuentan puntos y eso no lo puedo permitir- supongo que estaba inspirada- dijo humildemente – nos vemos chicos-
-Adiós Sam- dicen mientras yo corro por los pasillos, el colectivo está por pasar y no lo puedo perder
Al llegar a la parada me doy cuenta que aún no pasa el colectivo, pues allí se encentra mi compañero, él va al mismo lugar que yo, vivimos ambos en la ciudad vecina de esta. Mi cuidad se llama “Cinco Saltos” y la universidad de medicina está en la cuidad de “Cipolletti” es allí donde yo estudio, el viaje en colectivo dura una hora y esa hora sin mi compañero Dimitri se vuelve aburrido, para mi suerte hoy salió temprano y va a tomar el cole conmigo.
-Hola Sam, llegas a tiempo – dice del otro lado de la calle, yo miro a mi derecha y veo que el cole se acerca, en eso corro para no perderlo
-Llegue… - dijo agitada, subo y me siento con Dimitri
Mientras viajamos, hablábamos de todo, en los exámenes que teníamos últimamente y en nuestros trabajos.
-De acuerdo- dice él – ahora dime ¿Cómo anda tu madre?
-Por el momento bien- la gente siempre peguntan por ella, por la enfermedad que tuvo.
Ella estuvo internada, recuerdo como fue todo lo sucedido; hace 5 años atrás ella se encontraba cocinando para mí, era un fin de semana, por lo tanto no había prisa para comer y tampoco una salida de estudio o trabajo, el día estaba espectacular para nosotras, soleado, caluroso y hermoso. De la nada se escucha como se rompen varios platos y vasos, corro para ver que sucedía y me encuentro con mi madre tumbada en el piso, le sangraba la cabeza. Lo único que pude hacer fue llamar a la ambulancia. Los estudios que le hicieron dieron que tenía un tumor en su cabeza y era benigno, no le daban mucho tiempo, hasta que de la nada se sano. Los nuevos estudios médicos dieron que ya no tenía nada; para todos fue un milagro, para mí no, yo fui la que la curo; con mi collar de piedra de cristal conocida como “amatista”. Esta tiene un poder mágico que yo nomas puedo sacar, esta piedra me la dio mi abuela antes de morir y junto con ella una historia que no creía, pero después comprobé que si era real, cure a mi madre de esa enfermedad. Los médicos dijeron que estuviera atenta porque puede que vuelva ese tumor, yo no lo creo.