El Rey

Capítulo 4

El pequeño tic que tengo,  me despierta. Mi mano derecha recibe una pequeña descarga eléctrica, eso provoca mi tic.

Voy abriendo de apoco mis ojos y veo que no estoy en mi cama, me he quedado dormida en los brazos de mi madre, eso es lo único que recuerdo de anoche. Pero al despertar ella no estaba, extiendo mi  mano en el lugar donde estaba, lo acarició. Me doy cuenta que se despertó muy temprano porque su lugar esta frío.

Me estiro provocando que los huesos suenen, me pongo de rodillas en la cama y me tiro para atrás, mis piernas suenan junto con mi espalda. Al terminar de estirarme me levantó y camino hacia la puerta, saco mi cabeza y miro al pasillo, no sé porque lo hago son acostumbres raras que tengo desde que era niña, al salir cierro la puerta y camino hasta llegar al otro lado del pasillo donde está mi cuarto. Al entrar encuentro todo como lo dejé, mis zapatos están alado de la puerta, mi traje está en la cama, mis cosas de la escuela en la silla. Tomó todo y lo guardo en el closet, mi ropa y zapatos las pongo en el armario y en su lugar sacó un jeans, una polera con cuello de  tortuga y unas zapatillas. Me visto y voy al baño a lavarme la cara y peinarme, me veo al espejo me ató el pelo en una cola alta, me sonrió a mí misma, veo mi cuello y al no ver el collar lo busco con la mano, lo encuentro oculto debajo de la polera, no lo sacó.

Término de arreglarme y bajo a la cocina, encuentro a mi madre haciendo el desayuno. La abrazo por la espalda mientras está calentando el agua para el té.

- Buenos días mamá-

- Buenos días tesoro mío - se gira entre mis brazos y me mira, deposita un beso en mi frente y me abraza - no te oí al despertar -

Me siento en el desayunador- soy sigilosa como ninja - le sonrió y ella me giña el ojo

- shh... No queremos que se enteren los vecinos- me río por lo que dejó- ¿A qué hora trabajas hoy?-

- Las gemelas hoy no tienen clases así que me esperan a las diez- dijo mientras tomo una tostada y la untó con manteca

- Yo me voy en veinte minutos así que te puedo esperar a que termines - se saca el delantal y lo deja en la mesada

- mmm... No es necesario, puedo ir sola. Tú ve tranquila-

-Desacuerdo- se acerca a mí y me da un beso en la mejilla- nos vemos a la tarde -

- Si. Yo cocinó hoy- le acompaño a la puerta

- ten cuidado y cuídate - me da una caricia y se marcha

Término el desayunó y subo para lavarme los dientes, tomo mi saco del armario, la bufanda y guantes. Bajo, tomo las llaves y cierro al marcharme, el día esta nublado y chispea un poco, parece no mojar pero al caminar hasta la parada se nota que si moja la lluvia fina que cae del cielo. 

Me gusta mojarme pero no puedo ir así al trabajo por lo tanto tomo el cole. En menos de una hora ya estoy en la entrada de la casa de las gemelas que cuido. Toco para que me abran

- ¡Hola!-Gritan las niñas al verme - te extrañamos- me abrazan 

-Hola pequeñas, ¿cómo están?- las abrazo

-Bien, mientras tu no estabas hicimos una casita en nuestro cuarto- dice Cindy, tiene el cabello corto hasta los hombros

-¡Sí!- grita Candy, la de cabello largo y flequillo- está hecha de sabanas, los átomos con una soja. Mira...vamos- me llevan tirando de mis brazos

Pasamos toda la mañana jugando con sus muñecos y juguetes. Estas niñas que cuidó son muy adorables, incluso me he encariñado mucho con  ellas, son como mis sobrinos.

En fin, al ser las doces les preparó la comida y justo en ese momento llegan sus padres. Todo está listo para que coman y yo lista para irme. 

-Gracias Samanta - dice Judy la madre de las niñas y la amiga de mi madre, es por ella que tengo este trabajo. Además Judy es doctora, fue ella quien nos ayudó cunando mi mamá estuvo internada, también me ayudo a entrar a la escuela de medicina y que me den esa beca que nos ayudara bastante en casa.

-No es nada, es un justo ayudar un poco - le sonrió

-Está bien, te llevaremos a tu casa, la lluvia empeoró un poco - dice 

 

Iba a tomar mis cosas cuando de repente suena mi móvil, lo sacó del bolsillo y miro quien puede ser. Me sorprendo al ver que es la jefa de mi madre. Qué raro, pensé, debe ser que mi madre salió del trabajo y se olvidó algo en su casa y me avisa para que lo pase a buscar, contesto tranquila pero no era lo que pensé; mi tranquilidad se evapora tan rápido cuando escucho –“ Tu madre está en el hospital”- . Todos mis sentidos se bloquean, no puedo imaginar a mi madre devuelta en ese lugar. Dejo caer mi celular a imaginar lo peor, mi jefa me ve pálida, no entiende que es lo que sucede así que toma el móvil del suelo y habla ella.

-De acuerdo, yo me encargo- la escucho decir. Corta la llamada y me abraza, yo no reacciono. Me agarra de los brazos y me dice algo pero no logro escuchar nada. Su esposo me carga y me llevan a su vehículo, me deja allí colocándome el cinturón, a mi lado sube Judy, arranca y nos vamos; en medio del camino puedo recuperar mis oídos y la escucho decir- Todo estará bien Samanta, ya vamos para allá- yo solo miro por la ventana y respiro profundo, veo como las pequeñas gotitas de lluvia golpean la ventanilla.




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