Dastian
Me desvisto todo para entrar a la ducha, termino de asearme y salgo a cambiarme, busco algo de ropa cómoda, me conformo con una remera manga corta de color blanco, un pantalón buzo y zapatillas deportivas, después de todo está ropa es abrigadora.
Me tiro a mi cama para relajarme y descansar algo, estoy agotado. Me quedo unos minutos en mi cama cuando de repente huelo algo rico y delicioso. No es comida ni menos perfume pero algo similar es, es como la esencia de una persona.
-¡Es ella! – grita Elion y se mueve como loco
-¿De qué hablas…?- huelo el perfume que cada vez se hace más fuerte. Su olor es rosa mesclado con césped mojado.
-Es ella, tienes que ir a buscarla, sigue su olor. Ella está en la casa- me levanto de un salto y cuando estoy decidido en ir en su búsqueda me detengo en la puerta
-No- digo- si ella está aquí es porque es una humana y no podemos estar con ella-
-Que dices, no ves que es la chica que tanto esperábamos, ve por ella antes de que se vaya-
-Recuerda lo que dijo nuestro padre, El Rey. No podemos tener a cualquier mujer como nuestra reina y lo sabes muy bien –
-Yo la amo y será mi reina ahora y siempre- dice enfadado Elion- ahora si tú no vas, voy yo –
Elion quiere tomar el control de mi cuerpo pero yo no decido ceder tan fácil a su petición, así que me fusiono en él para no perder el control de mi cuerpo. Caigo de rodillas en el piso, me encorvo y de apoco siento como mis ojos cambian de color a un amarillo claro como si fuera oro, mis músculos crecen un poco más y mi altura también. Levanto la mirada al techo y de mis ojos se desprende un pequeño brillo, que da finalizado la transformación, ahora los dos somos uno pero en mi cuerpo. Me levanto del suelo y siento la ropa que me aprieta un poco pero no me molesta para nada.
Salgo de mi habitación y sigo el olor que está encerrado en la otra habitación del otro pasillo, camino despacio hacia ella, estoy a punto de entrar cuando escucho a Maribel hablar.
-no podemos entrar, adentro esta Maribel y si nos ve así se asustara por el cambio de apariencia, mejor vamos con Ricardo, él debe saber quién es la chica que está allí adentro-
Bajamos las escaleras y veo a Ricardo en la sala de estar con su celular. Camino hacia su dirección, él se percata de mi presencia y me ve. Queda con la boca abierta al verme así.
-¿Qué es lo que te sucedió?- dice sorprendido -¿Por qué esa apariencia?-
-¿Quién es?- pregunto sin responder a sus preguntas
-¿Quién es quién?, no entiendo que sucede, solo vino la chica que te hable sobre el trabajo y tú de repente bajas así como si hubieras encontrado a…- se detiene y su cara de preocupación cambia por una sonrisa- no me digas que ella es…-
Nuestra conversación es interrumpida por el jardinero que entra por la puerta que da al patio
-Señor Alwars…- dice, al acercarse a nosotros, Ricardo rápidamente me toma de los brazos y me tira al sillón dándole la espalda al empleado- la lluvia parece aumentar, creo que debería guardar su vehículo ahora antes de que se moje más-
-Gracias por el aviso, ahora mando al chofer a que lo guarde. Ya puedes irte a casa – le responde Ricardo
-Gracias señor- y se marcha
-No vuelvas a tocarme- le digo enfadado
-Tienes que tranquilizarte, nadie tiene que verte así, ahora dime, como te diste cuenta que… - de repente deja de hablar, veo que mira detrás de mí, estaba por voltearme pero el olor a rosas y césped húmedo aparece e invade mis fosas nasales, golpeándome como olas locas una tras otras y más fuerte cada vez. No volteo porque escucho que habla con Maribel así que me quedo quieto, solo espero que no venga junto con ella.
Veo como Ricardo se levanta y la corteja detrás de mis espaldas, eso no me agrada. Después me la presenta, puedo verla por fin. Es hermosa y preciosa, su belleza sobresale por los poros, la miro de pie a cabeza, tiene puesto unos zapatos con algo de taco, un pantalón jeans y una camisa, su pelo esta suelto y húmedo lo tiene largo hasta la cintura y su color es oscuro, su cara es perfecta con esos labios rosados, sus ojos son verdes claros, sus cejas dan un perfecto contorno a esos bellos y deslumbrantes ojos
Ricardo nos presenta a ambos, quería tocarla pero se ha puesto dura como una tabla, de repente vuelo a miedo y nervios saliendo de ella. ¿Cómo es eso posible? Si solo le dije mi nombre, ese olor bloque su esencia y me enfada. Más me enojo cuando veo que Ricardo la está tocando y coqueteando. Mi cara cambia por completo, me estoy poniendo celoso de que él pueda hacer eso y yo no. Me estaba a punto de ir cuando Ricardo me invita a participar de la reunión.
Sin pensarlo ya estamos en mi despacho, no sé como pero Elion controlo cada acción y lo peor es que Ricardo empezó a oler mis celos, lo sé porque insinúa que ella está prohibida, pero lo hace para que yo me ponga posesivo; es nuestra forma de ser por naturaleza pero no lo conseguirá de mi parte.