Samanta
-Lo siento mucho señor, no me di cuenta que estaba aquí a oscuras- le digo al padre de Dastian mientras levanto todo lo que tire por el susto que me dio al darme cuenta que el señor Mark estaba en la habitación y que me miraba mientras limpiaba y tendía la cama
-Entre mientras estaba en el baño limpiando- me mira con seriedad y eso me da miedo- ¿Te falta mucho aun? – creo que mi presencia aquí lo molesta demasiado
-No solo me falta limpiar la alfombra y me marcho –término de levantar la ropa sucia que se me callo
-No déjalo, quiero que te marches ahora-
-Pero necesito limpiar, deme solo un minuto y me marcho enseguida-
-No- grita golpeando su puño en el brazo del sillón, yo salto de miedo –Ahora márchate – lo dice casi gruñendo
-No puedo- digo en voz baja y mirando el piso- usted no entiende señor, a este trabajo le dedico mucho de mí, si no lo hago bien puedo perderlo y no pienso hacerlo. – Me pongo firme, no sé de donde saco las agallas pero lo miro a los ojos – voy a limpiar y solo tardare un minuto, ni más ni menos. Solo le voy a pedir que me deje trabajar tranquila y que se retire si no es molestia – veo como se levanta y camina hacia mí, por una rara razón este está sin remera, me recuerda mucho a Dastian cuando también me sorprendió en su habitación, estos hombres son muy sigiloso.
-Te quiero fuera de mi cuarto para cuando vuelva – me lo dice muy cerca de mi rostro, siento como se me eriza la piel al sentirlo muy enojado. Solo afirmo con la cabeza y veo como se marcha con una remera en sus manos y descalzo, veo en el piso sus huellas húmedas, ¿acaso estuvo mojándose?
Sin más demora limpio lo que me falta y me marcho enseguida, no me quiero cruzar con don gigante y que me mate al verme aun allí. Camino por el pasillo hasta encontrarme con la puerta de la habitación de Dastian. Me acerco y la toco con mi mano, hoy se veía muy alegre jugando con sus hermanos e incluso con Ricardo
-Dastian, tu padre se parece mucho a ti- digo en un susurro
-Supongo que eso es porque soy su hijo- escucho que me responden, me doy vuelta y lo veo detrás de mí, me pongo colorada y doy un paso para atrás, me choco con la puerta, esta al no estar cerrara como se debe, se abre y me caigo dentro de su cuarto.
Lo último que vi fue sus brazos intentando manotearme pero no sirvió, él entra y cierra la puerta mientras yo intento levantarme pero no puedo. -¿Estas bien?- me dice
-No, creo que me lastime el tobillo y la muñeca – pongo cara de dolor
-Déjame ver – me toma en sus brazos y me coloca en su gran cama, toma mi pie y lo mira – esta rojo, te golpeaste muy fuerte, déjame ver tu muñeca – me toca la mano y la revisa- está igual- de repente ciento calor en mi mano y de nuevo aparece la corriente dándonos una descarga a ambos- ¡hey!- grita y me suelta, yo pongo cara de dolor, pues con el golpe y la corriente duele demasiado – Espérame un minuto- se va al baño y vuelve con una vende
Me pone en el pie y mano-No entiendo por qué me das una descarga cada vez que me tocas con…- iba a decir con cariño pero dudo ante eso
-La descarga me la das tu cuando te toco con cariño, si no quieres que te toque solo dímelo pero no hagas eso – me sorprendo al oír la palabra cariño – creo que no podrás seguir trabajando si estás muy herida, creo que deberías descansar en tu cuarto hasta mañana –
-¡No!- le grito y lo agarro de los hombros- solo dame un minuto y me mejorare muy rápido, solo llévame a mi dormitorio y déjame hay-
-Tranquila, no creo que sea bueno que trabajes, descansa que no pasa nada-
-Por favor- lo miro con cara de perrito mojado
-Está bien te llevo, pero si no veo que mejores deberás descansar – yo afirmo con la cabeza y el me vuelve a levantar, solo espero que nadie nos vea porque si no sería vergonzoso
Dastian me lleva, íbamos bien hasta que uno de los hermanos de él nos ve intentando entrar a mi cuarto- Vaya- dice – no pensé que fuera tan seria la cosa- se acerca más a nosotros, Dastian lo mira enojado y gruñe
-Esta lastimada, ahora ábrenos la puerta – su voz se parece al de su padre
Al acercarse mas ve como tengo mi pie- vaya, eso sí que se ve grabe, esta anchado. ¿Qué le hiciste Dastian? – lo golpea en el brazo y después nos abre la puerta. Dastian omite el golpe y me sienta en mi cama
-Estaré bien, solo necesito estar sola un minuto, si no es molestia –
-Vamos primo, la dama necesita privacidad-
-¿Son primos?- les pregunto
-Samanta, no sé si ya se presentaron pero él es Armando mi primo, de parte de mi madre, por eso nos parecemos un poco – muevo la cabeza como entendiendo – bueno te dejamos descansar, si me necesitas solo avísame yo vendré enseguida –
-Si- digo y veo como se marchan
Una vez sola tomo mi collar y cierro mis ojos, me concentro y la luz sale, me envuelve toda y me cura enseguida de los golpes que me di, la hinchazón se va enseguida y deja de doler mi muñeca.
Todo se va menos el dolor y calor de la corriente de mi mano. Luego de un minuto la luz se va apagando y vuelve a la piedra, la miro y esta manchada con negro –Necesito purificarla – me levanto y camino cómodamente al baño, tomo una taza y le coloco agua, la dejo un rato y esta brilla más fuerte, se esta limpiando y por lo visto llevara mucho rato así que la dejo allí.