Samanta
Por una extraña razón llore mucho al ver a Dastian, no me dolía nada solo me dio ganas de abrazarlo y nunca soltarlo.
Me estoy volviendo loca, pensó – realmente lo estoy- me digo a mi misma- Salí con esta lluvia a caminar y me puedo resfriar, solo alcance a tomar un suéter, me olvide de traer paragua, ni siquiera me puse un pantalón y estos zapatos- me lo saco – duelen al caminar por piedras y tierra-
Sacudo los zapatos para sacarle el baro de encima, escucho un ruido entre las plantas. Esto me asusta, me armo de valentía y camino hacia las ligustrinas, me detengo al ver que se zamarrea más fuerte.
De repente un animal salta de allí - ¡Haaa…!- grito como loca, este se sube arriba mío y me lengüetea la cara – hay, por dios, gato loco. Me diste un susto- me lo saco y me siento en el piso- genial, mira lo que hiciste, me envaraste toda. Mi uniforme, me van a matar cuando regrese. Todo por tu culpa, gato malo- este ronronea y mueve su cola feliz, yo lo acaricio- conque el mito de que los gatos temen al agua no era verdad-
De la nada el gato se pone estérico y empieza a carraspear hacia uno de los lados- tranquila, ¿qué es lo que te sucede?- me levanto y tapo su cara, leí en un libro que los gatos presienten cosas y para tranquilizarlos tienes que taparles la cabeza, eso los relaja debido a que sus bigotes son los sensores de alerta.
El gato se relaja pero no deja de gruñir, miro para todos mis lados pero la lluvia no me deja ver bien- tranquilo gatito, yo te llevare a casa- de la nada escucho un rugido muy fuerte, eso me da miedo y sin querer suelto al gato, este corre hasta subir a un árbol; de allí me mira y me maúlla.
Me acerco para bajarlo pero de la nada un animal enorme tira el árbol donde estaba el gato, me caigo de espalda y miro como atrapar al gato- ¡No!- grito, no soporto ver sufrir a los animales. – Déjalo – el animal enorme me mira y camina hacia mí, sus ojos le brillan de un color bordo, se acerca lentamente a mí, como si yo fuera una presa a devorar.
Mi corazón palpita como si hubiera corrido una maratón, mi piel se eriza por el miedo. Entre más se acerca lo veo mejor, tiene unos colmillos muy grande, un rostro que parece de león, orejas grandes arriba de su cabeza y son puntiagudas orejas, bastante pelo en su cabeza, cuello y lomo; sus manos son garras, sus brazos parecen de hombre pero al mismo tiempo de animal como si fuera un tigre o puma, un lomo muy grande y cola que tiene como un pompón al final. Para mí es un león deformado pero no lo creo, estos no son de aquí, a menos que un circo lo trajo y se les escapo la bestia.
Empiezo a moverme para atrás arrastrándome sin hacer movimientos bruscos, hasta que ya lo tengo encima de mí, veo como olfatea mi cuello, cierro los ojos y pienso que me morderá el cuello, pero no lo hace. Miro sus ojos y veo algo en ellos que me llama, me parece haberlos visto antes pero no sé dónde, en eso mi collar nuevo empieza a brillar, su luz rosada nos envuelve a ambos, no entiendo cómo funciona ni cuál es su función. Así que me dejo llevar por lo que hace.
Los lazos empiezan a salir, me envuelven y me empujan hacia él, ciento miedo pero cuando los lazos me tocan el pecho siento que la tristeza que sentí hoy y el miedo se van, por alguna razón me hacen sentir amor por la bestia que está enfrente de mí. Cuando los lazos se acercan a él, los muerde y siento como si me mordieran a mí los brazos- ¡Basta!- grito y me miro las manos, estas me sangran – no lo hagas, me lastimas a mí- lo veo y mis lágrimas salen como cataratas, no sé porque los lazos me empujan hacia él.
Pero me levanto y camino lentamente, a medida que lo hago una voz se escucha- Es él, Eres tu – es lo que dice una y otra vez susurrando entre nosotros. – Tengo miedo – digo en voz alta- no me lastimes, solo quiero ayudarte – le digo y la bestia se pone en cuatro patas, se acuesta de apoco y me mira. Veo en sus ojos que ya no tiene ganas de matarme, extiendo mi mano hacia su lado y agacho la cabeza
Un lazo de color amarillo sale de él y lo envuelve, sube por su cabeza y mi lazo envuelve mi brazo. Cuando lo voy a tocar este deposita su cabeza en mi palma y los lazos se tocan, provocan un estallido de luz muy fuerte, tanto que quedo siega y me desmallo sin saber que me va a pasar. Lo último que veo es a Dastian correr hacia mí, en medio de esa luz.
Dastian
Vi al gato arriba de la copa del árbol, lo derrumbo y trato de atraparlo, pero una voz me grita, me volteo y la veo a Sam, camino hacia ella y la olfateo, es ella. Mis impulsos me decían que la marcara pero al oler miedo no puede, no quiero que me tema.
En un momento su collar brilla, no sé lo que pasa pero las palpitaciones de Sam se normalizan, le doy espacio para no asustarla, los lazos que la envolvían ahora me quieren tocar.
-No, somos intocables- decimos ambos
Los mordemos y un olor a sangre sale, el grito de Sam me hace mirar. De las manos le brota sangre y le corre por todo su brazo, es tanta que su ropa se está ensuciando con sangre. Me detengo al darme cuenta que yo lo hice.
-espero que este bien- es lo único que pido
De repente, de mi emana un lazo. Me envuelve todo, me siento más tranquilo, sube por mi cuello y mueve mi melena, hasta que llega a mi cabeza justo cuando Sam me toca. Veo como los lazos estallan en luz. Al tocarme Sam, me siento más relajado, mi sed de matar no está más, voy dejando de a poco mi cuerpo de bestia, pero mis ojos no vuelven a la normalidad.