Estoy decepcionada conmigo misma, me deje llevar por los encantos de Dastian, y talvez yo me imagine cosas que no eran. Estaba dándome un baño, cuando de repente entra el señor Mark, creo que buscaba a su hijo. Yo no hice ruido, no quería que se enterara de que una de sus empleadas estaba habitando el cuarto de su hijo. Eso queda mal.
Estaba por irse cuando le suena su móvil, al principio no quería escuchar nada pero una vez que oí el nombre de una chica y la de Dastian todo cambio, él está comprometido y nunca me lo dijo. No podía creer todo lo que estaba pasando, no sé porque pero hoy mientras estaba con él pensé que en un futuro estaríamos juntos ya que la piedra me dio de entender que él era para mí y yo para él.
Lo que más me duele es que no me lo comento, yo me abría a él de apoco pero él siempre fue cerrado con migo, ahora entiendo porque me trataba como lo hacía, no significo nada para él. No lo culpo pues la culpa es solo mía, yo me pinte un mundo de rosa cuando no era así.
En fin estábamos en la cocina discutiendo de cosas tonta de porque estaba trabajando, es loco Dastian, me quería despedir porque solo cumplía con mi deber como empleada. Lo único que me mantiene en esta casa es mi madre, tengo que trabajar para pagar sus cosas y la escuela. Cuando estaba por decirle las cosas en la cara, porque en algo estoy segura, es que él se cree mi dueño y no lo es.
Uno de los jardineros entra herido en la casa, me sorprendo y me quedo perpleja cuando veo toda esa sangre. Reacciono y pienso en salvar su vida, no nos conocíamos bien pero cada palabra que cursaba con él era agradable y no quería perder a un conocido. Así que lo primero que hago es subir a mi dormitorio y buscar mi piedra “Amatista”: la piedra de la sanidad. Bajo corriendo y paso alado de Dastian, reviso la herida y pido materiales para curarlo, pero después pido llevarlo al despacho de Dastian para poder curarlo con mi piedra.
Dastian y Ricardo lo acomodan en el gran sofá mientras que su hermano me trae todo lo que pedí- necesito estar a solas con él- le digo para que se marchen – voy a curarlo y es muy profunda la herida , es como una operación, no debe haber nadie aquí- todos se marchan menos Dastian- incluso tu- él me mira sorprendido
-Me quedare a ayudarte –
- No te necesito, ahora déjame sola- le digo mientras corto tela y limpio la herida. No lo vi irse pero si escuche la puerta cerrarse, me giro y ya no estaba
Termino de coser y curar la herida – Bien, ahora es tu parte la que viene, por favor, no me dejes sola- digo a la piedra como si esta me pudiera oír, pero últimamente la piedra está funcionando de manera extraña; pensé que ya había aprendido a dominarla pero no es así. Por eso, espero que esta vez funcione bien.
Coloco la piedra en su pecho, me concentro en que todo salgo como yo quiero. La piedra brilla y empieza a envolverlo de a poco, puedo sentir como cuesta en curarlo, me esfuerzo más aun pero la luz empieza a pagarse hasta que deja de brillar, lo miro y su herida sigue igual, reviso su respiración y es débil, se me está acabando el tiempo si no logro salvarlo ahora morirá.- vamos – empiezo a llorar- no quiero que te vayas, tienes que poder Sam, esfuérzate más- me digo a mi misma
Pongo de nuevo la piedra y respiro profundo, esta vez no hago precio sobre la piedra y el pecho, sino que la rodeo con mis manos, siento como lo estoy perdiendo. Pero no pienso en rendirme tan fácilmente, me concentro más y siento como desde mi pecho una energía como eléctrica se dispersa por todo mi cuerpo, empieza a brillar la piedra y se alza en el aire mientras la rodeo. Siento como mis lágrimas flotan al mismo tiempo que la electricidad brilla más, parece como si fueran mis venas iluminándose de un color violeta.
De mis manos salen la corriente y se centra en la piedra flotando, está se dirige al hombre y ciento que una energía malvada lucha contra mi luz, respiro profundo una vez y doy mi aliento a la piedra provocando que de ella salga más energía y termina envolviéndolo completamente con su luz. El hombre parece dar su último respiro débil y justo en ese momento la energía malvada es incinerada por completo y enseguida su piel se restaura junto con sus órganos internos.
Una vez que esta sanado la luz vuelve a la piedra y la energía que corre por mi cuerpo deja de brillar y vuelve a mi interior. La piedra deja de flotar y cae al suelo, yo quedo débil y escucho como respira el hombre, respira una bocanada de aire, como si le faltara por varias horas. Me mira a mi débil tirada en rodillas - ¿Samanta?- yo levanto mi mirada y le sonrió - ¿Qué sucedió?- mira para todos lados y se mira él mismo, se ve lleno de sangre y este trata de levantarse
-No, espera- le digo, tratando de recuperar mis fuerzas- acabo de curarte y no sé como estas, será mejor que permanezca en reposo hasta que te lleven al hospital –
Él me mira sorprendido - ¿Cómo me salvaste? Estaba muy mal y me dolía mucho-
-Una chica tiene sus secretos- en eso que estábamos recuperándonos entran Dastian y Ricardo. Nos miran sorprendidos
-¿Cómo? – escucho que dice Ricardo
-Hay que llevarlo al hospital para que lo revisen y le curen lo que yo no alcance- les digo y ellos toman al hombre y se marchan. Menos Dastian, él me mira aun en el piso, se acerca a mí y se concentra su mirada en mis ojos