El Rey

Capitulo 25

Samanta

Estaba purificando mi piedra y recuperándome de todo lo que pasó, salgo del baño y escuchó que golpean la puerta, por alguna razón estoy nerviosa, camino hacia la puerta y la abro encontrándome a Dastian -¿Puedo?- dice y yo lo dejo pasar. Se sienta en una silla y yo en la cama, lo miró atentamente parece que tiene algo importante que decirme- Sam...Tengo que informarte que ya no podrás trabajar más aquí - me quedo anonadada al escucharlo, no entiendo

-¿Pero por qué?- mientras espero su respuesta pienso cual sería. He trabajado duro y no puedo perder este trabajo como voy hacer para pagar el hospital y mi escuela.

-Sam...Todos dejaran de trabajar, les pagaremos lo que han hecho hasta el día y también el despidió- me alivia escuchar eso pero no del todo, tengo que buscar otro trabajo para poder mantener a mi madre y no me ha dado tiempo de eso 

-Tengo que irme ya, llegó tarde a mi otro trabajo - aunque me sirvió de excusa eso, es verdad- vendré luego por mis cosas- digo seria, él sólo asiente con la cabeza y tomó mis cosas y me marchó 

Salgo corriendo hacia la parada, tomo el primer colé y llegó en cuestión de una hora, al entrar me colocó mi uniforme y me voy a la guardia. Me encuentro con Dimitri y tomamos café para mantenernos despierto durante la jornada laboral. Él me habla pero no me concentró en lo que dice, en mi mente solo están las palabras de Dastian diciéndome que ya no voy a estar más trabajado para él, por una parte me pone triste ya que no podre verlo más. De repente el director entra y me saca de mis pensamientos cuando me habla

-Samanta ¿Qué haces aquí?- lo miró dudosa 

-Vine a trabajar - 

-¿No te dijeron nada?- niego con la cabeza - Samanta ya no trabajas más aquí, tu escuela ya fue pagada y no es necesario que estés aquí. Claro que te pediría que te quedes pero soy consciente que tienes que estudiar más, ya que volvisteis a las carreras profesionales- no entiendo nada de lo que dice, lo miro a Dimitir y  él me habla

- Es verdad Sam, ya volviste conmigo al curso, ahora de nuevo somos compañero- me sonríe, yo sigo sin entender- pensé que te dieron las tareas ya -

-Si...- recuerdo que Dastian me dio unas hojas pero. No las he visto aun

-Ve a casa y estudia, espero verte aquí cuando te recibas o en los nuevos hospitales públicos que se armaran pronto. - se acerca a mí y me abraza- fuiste de gran ayuda Sam, no te rindas y sigue para adelanté- yo afirmó con la cabeza y le sonrió por esas lindas palabras.

Tomo mis cosas y me marchó, aun no puedo creer que volví a mis carreras profesionales, me preguntó si mi madre tendrá algo que ver, y lo averiguaré en seguida, voy a aprovechar que no trabajó esta noche e iré a verla

Golpeo la puerta y la voz de mi madre me dice que pasé, lo hago y al verme mi madre se levanta desde el sillón donde estaba, camina hacia mí con ayuda de un bastón- Hija. Por fin llegaste, te estuve esperando, me pone contenta verte - me besa la frente

-Lo siento tanto, es que estuve mal, salí bajo la lluvia y luego me enferme. Estuve un par de días inconsciente con mucha fiebre- le digo como escusa por no venir a verla

-Me imagine algo así, nunca me dejas si no es por algo gravé- le sonrió y la beso.

-Mamá tengo muchas cosas que contarte, pero lo más lindo es que vi a mi padre- ella me sonríe y pasa su mano por mi mejilla- en resumen me dijo que sea valiente y que...-me mira intrigada - tiene la idea de que alguien, un hombre llego a mi vida y que está contento de que este a salvo de todo, gracias a esa persona. Lo más loco es que no hay nadie y además no necesito a nadie, yo puedo curarme sola- ella toma mis manos y solo me sonríe.

Siempre que hablamos de mi padre ella se conmueve demasiado, sé que lo extraña con todo su corazón, quisiera que estuviera aquí con nosotras pero no puede ser porque cuando falleció yo no podía curar y ni sabía lo de la piedra.

Miro su cuello y veo que la piedra esta con algunas manchas negras, mientras ella me mira con cariño, yo tomo el collar y me dirijo al baño. Desde allí la escucho hablar – Hija, creo que ya es hora que hagas tu vida- frunzo mis segas

-Lo estoy haciendo- le hablo con voz alta para que me escuche

-No, no lo estás haciendo- salgo del baño y camino hacia ella- tu sabes a lo que me refiero, debes de vivir tu vida, hacer lo que vos quieras y como quieras. No vivir para mí, no puedes pasar toda tu vida sanándome y curándome de toda enfermedad – la miro mientras le coloco el collar, y chasque con mi lengua – no me mires así, porque en tu interior sabes que es cierto –

-Solo quero que estés conmigo y que estés bien, no es para tanto – muevo los hombros

-La verdad es que tienes miedo de perderme- me toma de las manos- pero debes saber que esta es la vida, en ella encuentras todo como: salud, amor, personas, etc. Pero también las cosas malas son partes de la vida: la enfermedad, la desilusión, los desamores, enemigos, etc. Así también la muerte- esa última palabra provoco un frio aire en mi pecho, mis ojos se llena de lágrimas, y me esfuerzo para que no salgan y me delaten- sé que has perdido mucho con tan solo un poco. Y ese poco solo resulto ser una persona que era tu todo en este mundo, pero lo que no sabes porque no lo puedes ver: es que esa persona aún sigue a tu lado- mis lágrimas salen de a una, sobre mis mejillas caminan despacio – lo sientes en tu corazón, lo escuchas, lo sueñas, y sobre todo si te sigue enseñando es porque nunca se fue-




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