El Rey

Capitulo 27

Samanta

Estaba lista para escuchar a Dastian sobre la verdad, de que está comprometido, aunque me dolía solo imaginarlo y pensar en eso, me estaba preparando para el dolor más grande que iba a recibir.

Pero debe de recibir ese dolor solo recibí una declaración de ¿Amor?, no podía creer lo que salía de su boca. ¿Acaso está jugando conmigo y yo tonta caigo? No puedo dejar que lo que dice me manipule a su manera, estaba poniendo las cosas en su lugar y no dejare que nada de lo que haga me desconcentre.

Veo como se acerca más a mí mientras se declara, dice cosas locas, que yo soy su reina y que solo le pertenezco a él. Realmente es posesivo, sobre todo cuando dice que no le gusta que este con Dimitri, lo que no se es como sabe él que estuve hoy con Dimitri, creo que se volvió psicópata y me está acosando.

De repente ciento como me toma entre sus brazos y me acerca más a él, siento que ya no existe espacio entre nosotros, veo como se inclina más hacia mi (obvio es alto), pensé que me iba a decir algo en el oído pero no. Cierro mis ojos porque no quiero pensar que me va a besar y termino yo besándolo a él por confusión, de repente siento sus labios sobre los míos.

Definitivamente me está besando, me dejo llevar por ese beso y siento que mi brazo derecho me arde un poco pero no del todo, es más como una calor intensa. No le doy atención e inconscientemente lo abrazo por el cuello.

No sé qué pasa, esto solo me confunde más de lo que estoy. Por lo visto yo le gusto porque solo escuche cosas lindas pero nunca dijo un te quiero o un te amo.

Sam, él no te ama, no puedes pedirle amor porque él ya ama a otra persona, a su prometida. Es lo que mi conciencia me dice, abro los ojos de pronto, lo miro besándome tan apasionadamente. Interrumpo el beso y lo empujo desde el pecho, me suelta y yo caigo al piso, él me mira y luego se acerca a mí para levantarme.

Una vez de pie, me acomodo la ropa y veo de reojo que se acerca a mí, lo único que me sale es darle una cachetada en la mejilla izquierda, él queda anonadado, lo sé porque su cara lo demuestra

-No vuelvas a tocarme sin mi consentimiento- le digo señalándolo- no puedes tocarme como si fuera una chica fácil. Y que quede claro esto no dice nada, ni modifica mi trabajo, yo voy a seguir trabajando en esta casa hasta que termine de deberte todo lo que pagaste por mí-

Él toma de mi mano con la cual lo estaba señalando, me aprieta muy fuerte y me empuja hacia él, no me abraza ni nada pero si estamos cara a cara, el espacio entre nosotros sobra de mas ahora

-Que te quede claro Señorita Samanta Benítez, usted tampoco es quien para poner sobre mí una mano, y no vi, ni sentí resistencia entre lo que paso ase un segundo. Lo deseabas con todo tu ser, lo sé porque pude sentir tu corazón palpitar como locamente por el beso que te di, pero tienes razón. Mejor hagamos como si nunca pasó nada, porque estoy seguro que para la próxima, pase lo que pase, no podrás resistirlo –

-Me estas lastimando la mano – le digo enojada, él me suelta y yo me sobo la muñeca

-Por cierto, no te quiero aquí, te dije que estas despedida Señorita Benítez- se apoya en su escritorio y me mira con los brazos cruzados, pone una sonrisa desafiante y de grandeza – Ahora puedes retirarte- me mueve la mano como si fuera un perro, yo me enfurezco más aun

-¡Te dije que no me voy a ir!- le digo y me asomo más a él- te guste o no me vas a seguir viendo aquí – le sonrió amenazantemente – pagare lo que tu pagaste por mí con mi servicio, y no puedes decir que no, porque si lo llevamos a ley, te tengo que pagar todo lo que hiciste y la única manera es trabajando en esta casa como lo hacía – le afirmo con la cabeza y me doy media vuelta mientras él grita mi nombre

No le doy atención, salgo caminando hacia la escaleras, mientras voy a mi cuarto me encuentro a Ricardo bajando- Sam, ¿ya te vas?- le sonrió

-No, trabajo aquí todavía y le tengo que pagar de algún modo lo que se gastó en mi- veo como la señora Naga baja las escalera acompañada de Armando, ellos me sonríen y me saludan con un beso en la mejilla- ya es tarde pero mañana empiezo bien temprano, con permiso- la señora Naga afirma con su cabeza y yo me marcho mientras Dastian corre detrás de mi

Pero es detenido por la mano de su madre, me miran subir las escaleras y me desaparezco entre los pasillos.

Entro en mi cuarto y suelto todo el aire que tenía guardado en mi estómago, me dejo caer al piso y la espalda contra la puerta- No puedo creer lo que hice allí abajo, me enfrente al señor Dastian- me digo a mi misma, mientras pongo mi mano en el pecho para calmar mi agitación- lo que digo ese tonto es verdad, estaba dejándome llevar por sus encantos y mi corazón me delato- me hago presión en el pecho – pero no entiendo, como sintió mi corazón si solo haciendo presión puedes sentirlo, algo raro tiene este hombre –

Me levanto, como puedo debido que de los nervios mis piernas no responden bien, me tiemplan y no se afirman bien. Camino como puedo al baño y tomo mi piedra curativa. Me siento en la cama y la miro detalladamente.




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