Capitulo 32

Dastian

Por alguna razón, mientras bailábamos, Sam olía a tristeza y cuando me doy cuenta estaba llorando, le pregunte porque, solo me dijo que ere de felicidad, que le encanto la música que le dedique y las palabras

Ahora ya son las cinco de la tarde, estamos yendo para mi casa, toda mi familia se está arreglando para la ceremonia de hoy, Sam solo sabe que me darán algo por el honor de hacer este proyecto, pero lo que me darán serán son los anillos de mi madre y padre, eso simboliza la unión de ambas manaras y que al tomarlas yo, seré el siguiente gobernante.

Mi madre me explico por qué Sam debía estar en la ceremonia y por qué mis abuelos de parte de mi padre la aceptaron aunque no la querían. Resulta que Sam, será mi testigo como mi reina y que al estar presente, los dioses la tomaran como la alianza de lo sobre natural con el mundo de lo natural, ella representa también un tipo de alianza con los humanos.

Todo esto es loco, pero bueno quien soy yo para criticar las cosas de los dioses y sus tradiciones, solo quiero que esto termine pronto. Ricardo no tiene un buen presentimiento, su sexto sentido de alerta lo está atormentando.

Lo bueno es que si pasa algo, la familia se podrá defender, excepto Sam. Por eso quiero que pase todo esto para después tener a Sam a salvo

-Llegamos- le digo a mi reina y ella me sonríe, no baja del auto, así que la tomo de la mano- Sam, sé que es mucho todo esto pero pronto terminara y estarás a salvo – ella niega con la cabeza

-No me molesta, es más lo estoy disfrutando- dibuja una sonrisa en su cara – me gusta todo lo de hoy, y disfrutare lo que aún falta para esta noche –

- de acuerdo – bajo y le abro la puerta, entramos juntos. Todos están preparándose para la noche, solo faltan dos horas.

-Hola- dice mi madre – Por fin llegan, vamos Samanta, tenemos que arreglarnos todas la mujeres vamos a estar arriba de lado izquierdo en la sala Este- la toma del brazo – y tú, tienes que estar con los hombres en la sala Oeste – me dice y me señala donde tengo que ir.

Veo como se la llevan y sonrió, detrás de mi aparecen los chicos- Vamos Dastian, tenemos que arreglarnos- me dice Armando- ya están nuestras cosas en tu cuarto, vamos por ellos y cambiémonos – subo y tal como lo dijo mi primo, las cosas de ellos estaban allí, les entrego sus cosas y me esperan a que tome las mias

-Hermano…- me detienen- creo que deberías dejar ese collar, ya sabes, la modista se enojaría si llevas algo que no combine con tu traje –

Lo miro y decido sacármelo por lo que dice Ogüen, no sé porque pero siento que algo que me unía a Sam es quitado, ya no me siento tan emocionado como hace un rato, me ciento yo mismo.

Sin tardar más, guardo el colgante en mi cajón de noche y me marcho.

En el salón donde estamos, nos preparamos, los primeros en vestir la modista son los niños, los más tranquilos son los que pertenece de parte de la familia de mi padre ósea los leones, los más imperativos son los segundos en vestirse, pertenecen a la parte de la familia de mi madre. Creo que los leones son tranquilos porque fueron criados por otras personas, en cambio los pumas no, son creados por sus padres. No está mal criarlos unos mismo pero tradiciones son tradiciones

-Los siguientes- dice la diseñadora y pasan todos mis parientes, menos yo y los chicos, deseo estar solo con mis chicos cuando entre a cambiarme, mis parientes son algo pesados con jodas de que “muñeco hermoso” y esas cosas.

Después de un largo tiempo seguimos nosotros cuatro, al pasar vemos ropa de todo tipo, los trajes y corbatas, zapatos y demás cosas – Bien – dice la chica- veamos, aquí tengo sus trajes pedidos – le entrega uno negro a Ricardo y Armando, otro de azul marino a mi hermano y por último el mío.

Pedí algo especial ya que tengo que representar los colores de la manada de mi madre y de mi padre, elegí una camisa blanca que representa el color de parte de mi padre, negro el pantalón por parte de mi madre y el saco de color rojo; ese es mío, de mi propia marca de manada, el rojo representara el mi emblema y las demás cosas.

-Rara combinación Dastian- dicen los chicos – yo hubiera elegido el color dorado – dice mi hermano

-Ese color lo eligieran mis hijos no yo- digo sonriendo, ellos se ríen

-Esa, muchachos guarden sus trajes para la boda- dice Armando y la diseñadora le pega el hombro por no quedarse quieto – lo siento – le dice

Yo solo rio y termino de arreglarme, la diseñadora me da una corbata y ya estoy listo, salgo de los vestuarios la primera persona que me ve es mi abuela, de parte de mi padre- Pero que guapo has quedado- me dice y me abraza- pero no tan hermosa como tu reina- me sonríe – ten – me entrega un cofre que no veía hace años

-¿Es el cofre que?- ella asiente- pensé que lo había pedido para siempre-

-No, lo tenía guardado. Dijiste que este pequeño baúl se lo darías a la chica de tus sueños, que sería especial- me sonríe – la has encontrado Dastian y debes cumplir con tu palabra- lo abro para ver si adentro esta lo que guarde hace tiempo atrás y hay esta, intacto como el primer día que lo deje allí