El Rey

Capitulo 36

Samanta

Corremos lejos de la casa, unos hombres nos esperaban afuera, estaban vestido de negro. Creo haberlos visto antes pero no sé dónde. Ellos asienten con la cabeza a lo que dice Ricardo, luego se marchan. Miro a mi derecha, hay un lago. Ricardo me toma del brazo – Yo estuve aquí antes- una lagrima se me cae – con mi papá – digo con voz rota.

-Este lugar ya no se usa como antes- me dice Ricardo – lo siento Samanta –

En eso, un recuerdo se me viene a la mente, estoy con un hombre en la cama, él me abraza fuerte, yo levanto mi mirada para verlo. Pero su rostro esta borroso – ahí – digo al tocarme la cabeza, luego otro dolor ardiente aparece en mis brazos y va aumentando hacia mi pecho - ¡Haa! – grito y caigo de espalda, pero Ricardo me sostiene y caemos ambos de rodillas. Mi cuerpo se pone duro y mis manos, junto con mis brazos, también se paralizan y trato de moverme pero mi cuerpo no responde a lo que yo quiero. El dolor deja de fluir y vuelvo a la normalidad pero algo débil me siento. Gateo hacia un árbol y vomito.

-¿Qué te sucede Sam? – pregunta Ricardo

-Samanta perdió la memoria al ser golpeada por Harry, él me obligo a que haga lo posible para que la recupere. Pero había un riesgo, si yo hacía volver su memoria, le abría paso al veneno que lleva dentro de ella. Fácilmente la mataría en segundo. –

-Y ¿Cómo me recuerda?-

-Le cuesta, pero logre que volviera, no del todo. No quise que muriera, no logre que recupere del todo su conocimiento, pero por lo visto su mente quiere recordar a alguien, el tema es que se genera una lucha interna. El veneno contra la memoria, mientras más quiera ella recuperar la memoria, más rápido muere –

Escucho sus conversaciones, pero lo que más escucho es una voz en el aire- Es él, eres tu- dice y siento como algo invisible me empuja de nuevo a la casa

-¿Quién es él?- les pregunto y ellos me miran - ¿Quién es él que vino a salvarme? – Ricardo se acerca a mí

-Dastian, es él que está peleando con Harry y él que vino por ti, no ha descansado ni un momento, solo pensaba en encontrarte, con él has estado estos últimos tiempos. Es él a quien recuerdas y no logras ver – lloro sin saber bien el motivo.

Me levanto y decido seguir la voz y dejarme llevar por ese impulso, corro lo más rápido hacia la casa, de lejos escucho a Ricardo llamarme. Pero no volteo ni vuelvo para atrás, esta vez yo seguiré lo que me llama.

En cuestión de minutos ya estoy en casa de nuevo, la voz me lleva a otro cuarto. Este está muy lindo y decorado de rojo sangre, siento que tengo que buscar algo, busco pero no logro encontrar nada. Escucho como unos hombres se acercan, me escondo detrás de un mueble que hay alado de la puerta, veo como entran rápido los hombre

Me tapo la boca para que no escuche mi respiración acelerada, en eso miro al piso y encuentro mi piedra, me inclino y la toma, veo que están distraídos buscando también algo. Creo que es mi piedra, me asomo a la puerta lo más rápido y logro salir sin que ellos me miren debido que medaban la espalda.

Salgo de la casa y debes de volver por donde vine tomo el otro lado, me encontraran y no quiero poner la vida de ellos en riesgo. Aunque Dimitri es un buen hechicero, pero igual, corro entre ramas y árboles, estos me rasguñan mi vestido largo y desgastado, si pensé que no podía estar peor, pues ya lo está.

La voz aparece de nuevo y me detengo miro por todos lados. Unas ramas se sacuden y sale de la nada, Harry, me mira – Tu- me grita y yo retrocedo pasos hacia atrás - ¿Cómo hiciste para escapar de mis hombre?- me choco con un árbol

-Tus hombres no son nada fuertes, son como tú. Cobarde –

-Y dale con eso, ustedes dos me tienen arto con esa palabra de mierda- me toma del brazo y me aprieta fuerte, grito de dolor pero no por su agarre sino porque ya me duele los brazos por ese tal veneno que dice Dimitri

-Suéltame- le digo mientras lo golpeo

-Tu serás mi carnada para los peces del agua – me toma del cuello y me lleva a un peñasco alto, el agua no se ve profunda pero la caída me rompería todos los huesos. Al pensar en eso me da miedo

De la nada aparece un hombre, muy alto con tatuajes en el cuerpo y brazos, su cabello largo y suelto, sus ojos de color amarillo oro, con muchos músculos. Parece uno de eso modelos de gimnasio.

Su rostro me parece familiar, al tratar de recordar me duele la cabeza y el ardor aparece de nuevo, grito de dolor y me paralizo de nuevo, me pongo dura. Varios recuerdo aparecen en mi cabeza, creo que es de él.

Recuerdo cuando bajaba de unas escaleras y veía a Ricardo parado mirándome y un el mismo hombre que está en frente de mí, estaba sentado en un sillón; yo caminaba hacia él y él se levanta y me saluda. Su rostro se está formando de acuerdo con el recuerdo. Otro recuerdo es cuando me caía y él me agarro y me abrazo, otro cuando me abrazaba para calmar mi miedo de tormenta, otro cuando me tapa con una manta mientras yo miro por la ventana la lluvia, así pasa con cada uno. Su rostro estaba tomando forma pero no del todo, solo aparece esos ojos raros que cambian de color cada tanto.

Harry me empuja, quiere tirarme, yo me agarro fuerte de si brazo. Me empiezo a sentir débil y con mucho frio. Ya veo borroso, pero veo aun a ese tipo, que empieza a caminar hacia nosotros decidido a salvarme, sonrió inconscientemente, pues recuerdo que soñé algo parecido, sé que si caigo él me salvara.

En eso, veo una mujer flotar, la misma mujer encapuchada, parece tener un poder psíquico, porque de la nada se levanta una rama puntiaguda y se la clava al hombre, en el lado izquierdo de su hombro, creo que le dio en el corazón

Me impacto por todo lo que veo, siento que mi mundo se derrumba de a poco al verlo caer de rodillas al piso -¡Dastian!- grito con todas mis fuerzas y extiendo mi mano izquierda hacia él, como si pudiera alcanzarlo. Lloro sin cesar




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