El Rey

Capitulo 39 (El Final)

Samanta

A pasado casi un mes desde que me fui de la casa de Dastian, no me ha llamado ni mandado mensaje. Lo aria yo pero no tengo su número, esto me pone triste pero bueno, creo que no le gustó la idea de que me venga y creo que lo toma de este modo.

-Hija, ¿ya estas lista? – miro a mi madre

-Sí, ya termine de vestirme, no me voy a maquillar. –

-Te ves hermosa hija.- me dice al verme con mi vestido de gala- tu padre está orgulloso de ti, lo sabes –

-Sí, lo sé, gracias mama por estar en este momento conmigo. Eres la única que me ayudo a llegar hasta aquí –

-Eso sabes que no es así, Dastian también te ayudo. –

-Sí, pero no está aquí ahora, solo tu – ella me coloca su mano en mi mejilla, del modo que lo hace me recuerda a Dastian

-Ya volverá- le sonrió – por cierto ya está el auto afuera, tenemos que irnos o sino se hará más tarde- afirmo con la cabeza

Subimos al auto y nos vamos a la cuidad donde me voy a egresar, nunca más volví a esta ciudad, ni para buscar las cosas que me faltan sacar de la casa de Dastian. Ahora vuelvo por mi título. Estoy contento de poder, al fin, tener mi diploma de profesión medica.

Al bajar, mi madre se va a los asientos, yo a mi lugar con mis compañeros. A lo lejos veo a Dimitri con un hermoso bebé en brazos, una mujer más joven lo acompaña. Sonrió al verlo feliz, pese que yo sería esa mujer que estaría a su lado, pero todo cambio cuando Dastian apareció en mi vida y me cambio todo

-Hola Samanta, te ves bellísima –

-Tú también Dimitri, eres un galán apuesto – él me besa la mejilla con mucho cariño -Es hermosa tu familia, lo lamento mucho por tu hermano –

-Está bien, ahora yo cuido de ellos, me junte con ella y cuido del pequeño Os como si fuera mi hijo. Creo que lo que necesita Os es una familia- le sonrió

-Dimitri…- lo miro a los ojos – yo lamento darte atrevidamente ese beso cuando estábamos solos en la habitación, quiero que sepas que ahora para mí esto es vergonzoso –

-Espera Sam, ¿recuerdas eso? – asiento con la cabeza

-Sí, y no quiero perder un amigo por lo que eres, yo también soy como tú, o algo parecido. Veras, mi abuela me regalo una piedra diamante parecida a esta, yo descubrí, después de su muerte, que podía sanar con ella. No soy una hechicera como tú, pero creo que estas piedras si tienen poder y que no todos la pueden usar, creo que las piedras elijen a quien revelarse. Yo solo soy una portadora, no soy mágica ni nada de eso –

-Pero…pero…yo pensé que no recordabas nada de eso-

-Sé que el golpe que me dio Harry fue muy duro pero, recuerdo aun cosas, algo borrosas pero las recuerdo –

-Vaya, Dastian lo hizo así, está bien. Tu secreto está guardado conmigo –

-El tuyo también – le sonrió

Miro a la nueva pareja de Dimitri y está sentado en los asientos guardados para la familia, miro a mi madre y ella está en su asiento pero a su lado está el asiento vacío, se supone que allí estaría mi padre, pero bueno, me conformo con ver a mi madre feliz por mí

-Chicos a sus lugares- dice la secretaria – serán llamados por apellidos, primero va Alvares y después Benítez, así con cada uno, suerte chicos y felicidades – sonreímos todos

La directora empieza hablar, dice unas palabras para empezar con la entrega de títulos, primero sale mi compañera Alvares, mientras ella recibe todo, yo me preparo. Miro a Dimitri y el me hace seña de buena suerte.

-Ahora – dice la directora- la alumna con mejor promedios y reconocida como esforzada y valiente, la señorita Benítez Samanta – salgo detrás del telón y camino hacia la directora

Todos aplauden, hasta mis compañeros. Tomo los títulos que me dan, me sacan fotos - ¡Que diga algo!- gritan mis compañeros -¡Que diga algo! –

-Ten, tu público quiere oírte – me dice la directora, tomo el micrófono y me pongo nerviosa

-Está bien, estoy algo nerviosa. – Digo- nunca estuve así, ni en mis observaciones y practicas- todos se ríen- pero, quiero agradecer a todos por apoyarme y hacer esto posible para mí. Mis compañeros siempre estuvieron ahí, para sacarse dudas claro – se ríen- pero eso me hizo ver que ellos tenían fe en mí, de que algo sabía. A los maestros y el equipo directivo, ellos les dieron la posibilidad de seguir. Pero mi madre- la miro con una gran sonrisa y lágrimas en sus ojos – fuiste tú quien me ayudo en todo, nunca te rendiste conmigo, siempre me viste como si podía con todo y nuca, per nuca bajaste los brazos por mí. Eres la mejor madre que me pudo dar dios- en eso veo caminar a un hombre, todo vestido de traje, su saco es largo hasta las rodillas y de color gris, sus zapatos son negros, tiene una remera con cuello de tortuga y unos broche de color dorado. Sonrió al verlo, se pone a lado de mi madre- y por ultimo- digo con lágrimas en mis mejillas, el lanzó un beso volador – a Dastian, mi compañero de vida, todo lo logre porque tú estabas al frete y al centro de mí. Gracias- entrego el micrófono y vuelvo a estar detrás de los telones, llaman al que sigue

Camino así mi asiento pero sigo de largo, bajo las escaleras y camino hacia Dastian, lo veo de pie en frente de mí, se escucha los aplausos que dan por los demás egresados. Lo miro con ternura, levanto mi vestido y corro hacia él, me lanzo a sus brazos y él me toma de la cintura, me gira en el aire.

Yo doy carcajadas, me acerca a su rostro yo lo tomo de las mejillas- te extrañe – le digo

-Lo sé, y lo siento. No pude llamarte porque estaba muy ocupado, casi no dormía. Pero siempre pensé en ti –

-Se nota, tienes ojeras – me rio con él – bésame- le digo

-Tus órdenes son deseos para mí – me dice y me besa

- quiero pasar lo que me queda de días contigo – él me mira – sé que te tienes que ir y que te esperan. –

-Pero si quieres me quedo- niego con la cabeza

-No puedo pedirte eso, te necesitan y además, ya para el mes que viene voy a empezar a trabajar como medica especialista. En tus hospitales – le sonrió – disfrutemos juntos –




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