El Rey

Epilogo

Llamada telefónica

-Sam, me llamaron para que vaya a limpiar la casa. Pero no puedo, estoy trabajando. Ogüen dice si puedes ir tu- dice Maribel del otro lado del móvil – no te lo pediría si no fuera urgente para mí. Sé que puede ser muy difícil para ti…-

-Está bien, no hay drama. ¿No hay nadie? –

-Gracias, gracias, sos mi ídola. Le diré a la señora Naga que te pague a ti por el trabajo – sonrió – no, no hay nadie. La casa esta vacía –

-De acuerdo – cuelgo la llamada

Al entrar a la casa, veo todo ordenado, pero la tormenta que hubo hace un par de días atrás dijo un poco de desorden.

Subo las escaleras y empiezo a limpiar los cuartos, hasta que llego el de Dastian, suspiro y recuerdo muchas cosas, vividas unos seis meses atrás. No hay mucho que hacer, solo sacar el polvillo de los muebles.

Me acerco a la mesita de luz y veo la carta y el libro que Dastian me dio. Recuerdo que no alcance a guardarla porque Salí corriendo detrás de él.

La tomo y sonrió mientras miro el libro – hay, como es posible que me haya olvidado de ti. Que mala mujer enamorada que fui – bajo con todo los artículos de limpieza y los guardo de nuevo. En mi bolso guardo el libro y la carta

Voy a la cocina, todo lo vivido aquí vuelve a mi memoria. Tomo agua estaba por irme hasta que escucho la puerta abrirse –Hola- dice y yo me alegro, esa voz es…

Corro a ver si es él, pero no detengo en seco al ver que no es él, sino que es otro hombre parecido a él, pero más adulto –Disculpa, tu ¿Quién eres?- me dice

-Hola, soy Benítez Samanta, la que vino a limpiar por última vez esta casa –

-Ha, sí, sí. Te recuerdo. – Yo lo miro intrigada- ósea, no nos hemos visto pero he escuchado de ti antes, la famosa chica de limpieza que ayudo mucho a mi hermanito. Es un gusto conocerte al fin – me dice y extiende la mano, yo se la doy, pesando que iba a estrecharla pero me la besa – soy Ernan, el hermano mayor de Dastian-

-El gusto es mío, en que lo puedo ayudar. Yo me estoy por ir, y no puedo dejarlo solo aquí –

-Está bien, yo iré a la casa de mi otro hermanito. ¿Sabes qué? Me gusta como trabajas, ¿te gustaría trabajar para mí? Vivo en África con mi hermano y familia, me gustaría que trabajes para mí. –

-Lo siento, ya no estoy de limpieza, soy doctora especialista-

-Genial, tenía pensado en ponerte en un puesto de secretaria, pero allí hay un orfanato que hizo Dastian y necesitan de médicos. ¿Te interesa? Creo que con tu capacidad especial nos ayudarías bastante –

-Emm… no lo sé-

-Está bien, lo entiendo, es difícil irse y dejar toda tu familia y cosas. Pero si cambias de parecer- saca de su saco una tarjeta – aquí tienes para llamarme. Nos vemos –

Veo como se marcha, yo tomo mis cosas y me marcho a mi casa

-¿Y qué vas hacer? –

-Nada, ¿Qué quieres que haga? – tomo mi tasa y me voy al sofá

-Ve hija, talvez veas a Dastian y puedan estar juntos-

-Estas soñando mucha mamá- veo como se sienta a mi lado con su taza de café

-Este debe ser el destino que los está tratando de unir, por favor ve- dejo mi taza a un lado

-No puedo, no puedo dejarte – le digo mientras la tomo de las manos – si algo te pasara, me lo lamentaría mucho-

-Ya no estoy sola hija, tengo a mis otros hijos, ellos me visitan cada tanto y más lo aran cuando sepan que te fuiste lejos a trabajar. Por favor, ve, no quiero ser piedra de tropismo para ti. Siempre quisiste ayudar a los demás, ellos te necesitan –

Lo pienso – Lo pesare después, aquí tengo mi trabajo y tengo que seguir esforzándome, me necesitan –

Subo a mi cuarto y me acuesto, miro la tarjeta que me dio. Mi madre entra – Esta bien- le digo ante su mirada – pero si no funciona, me vuelvo de inmediato. Porque tu no conoces a su familia, su padre es…- me quedo callada al recordar esa familia y sonrió, porque a pesar de todo lo malo, me sentí feliz con esa gran familia.- intentarlo de nuevo, eso are, una segunda oportunidad, pero para mí. Quiero salvar vidas y estar con alguien –

Le digo a mi madre, ella entre y me abraza- se que encontraras tu destino allí, algo me dice que tienes que ir – yo asiento con la cabeza – ahora descansa, mañana será un gran día para ti – me besa la frente y yo recuerdo a Dastian.




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