El Rey Cruel

3

—Se puede saber que traes con la chica Lee Dalton, crees que no me llega el rumor—Dalton se detuvo en los escalones mientras se acomoda la chaqueta negra. —¿Vas a responderme?

—No comprendo que tanto te molesta, solo son refugiados, se fueron de este lugar y los recibes como si nada, eso habla de cómo eres de alfa padre.

—¿Y tú? Crees que no sé lo que haces con el cirulo de tus amiguitos, crees que te dejare ser alfa. —Dalton no le importaba lo que su padre digiera, después de todo, era su único hijo. —Dalton.

—Ella solo estaba en el lugar equivocado—dijo con una sonrisa que su padre apretó los labios.

—Aléjate de ella, tengo planes con Lee—eso llamo la atención de su padre—El padre de Ked, hablara con el padre de Lee, serán pareja—Dalton no mostro ninguna emoción—Creo que sería una pareja sólida, además ella quiere irse de aquí, si se va, su padre lo hará, y yo necesito que se queden.

—¿Vas ofrecerla a Ked? No puedo creer lo que estoy escuchando ¿Por qué? —su padre no comprendió el interés de su hijo.

—Porque así se hacen los pactos, la chica Lee, tiene un don como el de su madre, sería una pena perderla, me explico, así que deja de jugar con ella, te lo advierto, no arruines mis planes.

—Como siempre lo has hecho, siempre la casta, siempre los demás, yo soy tu hijo, madre está arriba en la cama, delicada desde hace mucho, y tú, solo sonríes a tu maldita secretaria, crees que soy ciego como la miras.

—¡Suficiente Dalton! —el joven lobo solo sonrió con amargura.

—Mejor cuídate padre, no tendrás otro hijo, si madre, muere, y si metes a otra como tu luna, de mi acuérdate lo que es vivir en agonía aquí—dijo saliendo dejado a su padre hecho una furia.

Jordana dudo en bajarse del auto de su padre, no quería alarmarlo, mucho menos contarle lo que paso hace unos días en el contenedor, solo tuvo que decirle que había caigo en un charco por querer dar saltos, tuvo que ser lo suficiente convencional para esa mentira, además Ked, la apoyo.

Lo vio ahí esperándola, asegurando que sería su guardián, tal vez las amanezcas de Dalton solo quedarían con sus amenazas para asustarla.

—Nos vemos después padre—dio un beso en la mejilla y salió del auto.

Saludo con una sonrisa en sus labios, una que algunos notaron sintió la tensión del lugar, Jordana agradecía a Ked, que no le comentara a su padre, aunque este quería decirle de una vez para que hablara con el alfa, aunque no sería por mucho, en unos meses terminarían la universidad, y ella sería su compañera.

Iba a mover los hizo para la noche de luna llena, su padre ya hablo con el alfa, todo estaba asegurado pensó Ked cuando toco su cabello, ante la mirada de Dalton que se encontraba en una buena distancia para ver a los tortolitos darse afecto.

—Tengo clase de física—dijo Jordana—Extrañe un poco las clases, todo esto, en unos meses seremos libres.

—Algunos tendrán pareja antes de terminar el ciclo—comentó el lobo mirándola.

—Sí, pero eso no me preocupa, de hecho, no iré a la noche de luna llena—Ked oculto su malestar ella debía ir.

—Deberías ir, vamos un rato, no creo que estés enlazada con alguien, el año pasado no fuiste y mírame a mí, sigo soltero, tal vez pueda que nosotros, Jordana…

—No lo sé, voy a pensarlo, debo irme te veo en el comedor—dijo ella corriendo a toda prisa.

Apenas pudo llegar a tiempo, tomo nota de todo, aunque también no pasó desapercibido que su lado estaba vacío, Dalton Watson de nuevo había faltado a la clase, aunque eso no le afectaba, no cuando tiene sus méritos ser hijo del alfa. La alarma sonó indicado que la clase había terminado, después de tres horas seguidas, necesitaba comer un poco, y entrar a la síguete.

Llego al comedor, esperando a Ked, lo cual nunca llegó cuando recibió un mensaje avisándole que tendría practica alargándose un poco más, hizo una mueca, así que fue hasta el comedor, y solo sirvo un poco de fruta y agua, camino de nuevo hasta el lugar donde estaba sentada, sintiendo las miradas de todos.

Eso la hizo sentir incomoda, cada bocado le sabia amargo, risas, murmullos y miradas inquisidores hacia su dirección.

—No deberías sentirme mal, después de todo, algunos han pasado por esto—comentó una joven loba sentándose en su lugar.

—¿Y tú eres?

—Callie, una marginada que fue esclava de Johan, pague mi libertad—Jordana no entendía como podía decirlo con esa tranquilidad. —Eres Jordana Lee, todos saben de ti, mas ahora.

—¿Como que más ahora?

—Bueno es solo que, eres una refugiada, el alfa los ha dejado regresar y Dalton te ha marcado.

—Yo pienso que eso es una estupidez, nunca comprenderé eso, porque me marcaría a mí.

—Por diversión, eso hacen cada año, buscan personas con ciertas características—encogió sus hombros robándose una uva de jordana—Pero Dalton tenían mucho que no escoja un conejo.

—¿Conejo? —pregunto incrédula.

—Ellos tiene una forma muy peculiar de jugar, Johan con el ave, América con el cervatillo, Lucas tiene el gato que es Melia, son pareja ahora, al principio la trataba tan mal, demasiado estaba por quedar rota y luego un dia el sostuvo su mano, no la ha soltado, creo que debió ser por la noche de luna llena—sin poder evitarlo Jordana miro hacia donde estaba ellos llegando.




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