—Jo, la cena esta lista —escucho a su padre gritar.
Estaba segura que las palabras de Dalton no eran ciertas, dudaba que el viniera a su casa y se sentara en la mesa, esperaba que solo fuera un brabucón hablador, porque realmente no sabía que iba a decirle a su padre.
Mucho menos le aviso que posiblemente el hijo del alfa vendría a cenar con ellos, eso sería incomodo, por algún motivo, se alisto, más de lo debió como bajara bajar y cenar un poco de pasta y pan.
Bajo como si nada, como si no esperara la tormenta de esos ojos oscuros, tampoco informo sobre la falla del auto, su padre tenía demasiados problemas como para alarmarlo sobre el auto, ella se encargaría, además debía buscar un trabajo de medio tiempo, quería ayudarle con algunos gastos, unos sobre todo cuando ella decida dejar el lugar.
Sabía que eso le dolería a su padre, pero una parte de ella, no se sentía a gusto, muchos menos que la hermandad idiota de Dalton, solo unos meses, que más daba aguantar un poco, así que bajo y miro a su padre tarareando una canción.
Se quedó ahí mirándolo, incluso se recargo en el marco sin dejar de verlo, tenía tiempo que no lo miraba de ese ánimo, preguntarle seria entrometida, quería que el solo confiara como antes, después de la partida de su madre, su relación de padre e hija cambio mucho.
Su madre era el alma de esta familia, ella por su parte siempre fue unida, a diferencia de su padre que tenía algunos roces sobre la manera de pensar.
Venir aquí nunca lo deseo, su madre descansaba en el mausoleo de su familia, su padre no pudo hacer nada para traer sus restos, discutir con su tío era como hablar con una piedra, motivo que no pudo más que regresar y suplicar por asilo.
—Jo —dijo el lobo, con un leve susto, pero sin dejar de sonreírle. —Me asustaste ¿Tienes tiempo ahí?
—No mucho, pero si algo, huele delicioso padre, ¿Pasta?
—Así es, con un poco de tocino, esta vez quise variar un poco, lamento que es lo único que se hacer, intento hacer lo mejor para que podamos comer sin enfermarnos.
—Descuida, yo comería si fueran rocas, solo no te esfuerces demasiado, tienes muchas cosas que hacer. —dijo acercándose para poner un poco de condimento a la pasta. —Hubo novedades hoy.
—Todo normal, el alfa tiene muchos compromisos, espera que todo sea a largo plazo, según quiere hacer tratos con la casta Ottos —jordana asintió sin darle importancia —El problema sería su hijo, cree que necesita tomar ya responsabilidades, empezar de una vez.
—¿Dalton? Como alfa —dijo con una risa de incredulidad —Padre, ese tipo dudo que pueda dirigir una escolta, es diferente a su fraternidad con ese grupito, a manejar una manada.
—¿Sigue sin agradarte? Lamento que las cosas sean así, puede que todos crecemos, habrá personas que no nos agrade y otras sí, pero me alegro que Ked este contigo, es un buen muchacho y está interesado en ti —Jordana sonrió, su padre noto un pequeño rubor en sus mejillas. —¿Te gusta?
—Es lindo conmigo, además siempre hemos sido amigos desde siempre —su padre hizo una sonrisa leve en sus labios —Siempre hemos sido nosotros dos, aunque todo puede pasar.
—¿A qué te refieres?
—Solo comento, no quiero ilusionarme, solo terminar las clases y veremos, —abrió la alacena, saco dos platos —Esto ya está —dijo mientras su padre la miraba.
Había un destello de remordiendo, mientras su hija servía la pasta en los platos, pero era lo mejor para todos.
Jordana miro el reloj, suspiro tranquila cuando vio que pasaban cinco minutos de la hora que Dalton vendría, sabía que solo lo hizo para asustarla, cuando enredo la pasta en su tenedor, el sonido del timbre se escuchó, su padre giro su cabeza en dirección a la puerta y frunció el ceño, mirando a su hija.
—¿Esperas alguien? —pregunto a Jordana, pero ella no respondió luego negó.
—No, creo que… No… —otro toque se escuchó.
—Iré a ver.
—No, yo lo hago —se puso de pie con rapidez que su padre, se le hizo extraño verla con prisa.
Jordana sintió el corazón latir con fuerza esperaba que no fuera el, incluso deseo que así fuera, que le iba a decir a su padre, pero más que nada esperaba que fuera Ked, eso ayudaría mucho, giro la perilla y las piernas le temblaron cuando vio esos ojos negros y una sonrisa descarada mostrarse delante de ella.
—Llego tarde —dijo dando un paso.
—A… Adonde crees que vas —dijo saliendo para cerrar la puerta —Pensé que no vendrías, no deberías estar aquí, además ya estamos cenando, y hay un horario que se respeta —dijo como si eso fuera verdad.
—Oh vamos, hasta aquí huele, ¿pasta? —ella rodo los ojos —Lee, pienso que te pongo nerviosa con mi presencia.
—Claro que no, quisieras —cruzo los brazos —Además que le diré a mi padre, lo hablamos, será mejor que te vayas, el hijo del alfa, en la casa del mensajero no es bien visto, hay nobles y nosotros sabemos el nuestro.
—No sabía que te gustaba ser más de la prole —ella apretó los labios.
—Solo evitamos problemas, no como otros —Dalton se rio y eso a ella le pareció extraño, era una risa diferente, siempre había algo siniestro en él. —Como sea no creo que …
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Editado: 12.10.2025