El rey de las nubes

La señal de una vida juntos

A solo unos cuantos pasos de haber entrado al castillo, percibí cómo bajaba la temperatura drásticamente. Bueno, no hablo de que me hubiese congelado, pero era un hecho que se sentía mucho más fresco que afuera.

No había mucho que mirar, pensé que se trataría de un lugar mucho más interesante pero simplemente era un castillo viejo con decoraciones aledañas a la época. Al menos hasta que llegué a la cámara principal, donde me reuní nuevamente con Fabián.

En el centro había una roca, que lucía pulida y bien conservada, en la que se situaba una placa amarillenta con más información sobre la historia de la guerra del país y el significado del castillo. Quise leer pero Fabián me lo explicó él mismo:

—Este castillo se encuentra aquí desde el siglo XVIII. Fue el epicentro de conflictos durante muchísimos años; lo han tratado de destruir, saquear, conquistar, y pare de contar. En esta placa se cuenta un poco sobre su historia, aunque no es tanta como me esperaba, y están algunos nombres aquí...

—Esos son los gobernantes que han ocupado el castillo en la antigüedad —añadió un muchacho que llevaba un uniforme negro, entendí que se trataba de un guía o algo así—. Existieron una gran variedad, dado que incluso se instauraron a la fuerza unos cuantos, como el francés Pierre Cuvier o el británico Humphrey Banks; aunque luego de tantas guerras, el país fue capaz de ganar su independencia finalmente.

A medida que hablaba con nosotros, me había acercado a mirar a detalle la placa y, cuando terminó, le pregunté por qué no se hablaba más sobre su historia.

»Muchos documentos fueron destruidos a lo largo del tiempo y solo se tiene poca información recabada. Es una lástima ya que debe existir una historia rica sobre este sitio. Por eso hace apenas veinte años se decidió abrir el lugar al público luego de tanto tiempo de mantenerse en «remodelación», si es que me entienden.

—Ya veo —asentí. Miré a Fabián y este aún observaba con detenimiento los nombres plasmados en la placa.

Un grupo numeroso de personas caminaron a nuestro lado para dirigirse al ala este del castillo, cuando el guía nos dijo: «Si tienen alguna otra duda, consulten de nuevo a uno de nosotros y les ayudaremos». Le di las gracias y se marchó junto la multitud para serle de guía a ellos.

Fabián me tomó del hombro y me acercó a él. No paraba de repetir que lo había encontrado, el nombre que no esperaba encontrar y me lo dijo con emoción a la par que lo señalaba con el dedo sobre la placa: «Lorenzo Torrealba».

—¿Quién es ese? —pregunté confundido.

Fabián sacó de la mochila una pequeña agenda que no le había visto antes. Estaba muy desgastada y algunas hojas amarillentas y arrugadas cayeron al suelo. Las levanté y estaban escritas de una forma muy poco comprensible, era letra de alguien quien no sabía escribir correctamente.

—Es posible que haya sido parte de mi familia, Elvis.

—¿Qué? —no pude evitar soltar una pequeña risa burlesca—. Eso es casi imposible, ¿por qué piensas eso? ¿Solo por tener tu mismo apellido?

—Sé que parece casi improbable pero puede que sea verdad —tomó las hojas de mis manos y las juntó al final del librito. Lo cerró de un tajo y me lo dio—. Esto era de mi padre Samuel, que a su vez era de mi abuelo, e incluyen notas de su abuelo, y las del suyo. Lo he tenido guardado desde siempre, en un cajón al lado de mi cama en casa.

—Casi no puedo leer esto, ¿me lo resumes?

—No puedo recordar mucho pero mi padre me contó que en la familia hubo un rey de verdad alguna vez.

«¿De verdad? ¿Esto tendrá que ver con su juego del rey de las nubes?», pensé.

»Me habló de que su abuelo le relataba historias contadas por su abuelo y por mucha gente historiadora que se reunía en eventos. Me mostró fotos en blanco y negro de este castillo y de cómo era un sitio especial porque un Torrealba alguna vez lo pisó. Este cuaderno era suyo y están anotaciones, dibujos y otras cosas sobre la historia de Lorenzo Torrealba.

—Vale, esto es increíble. Literalmente, o sea, es muy difícil de creer —aunque me mantenía escéptico, verlo tan asombrado por sus teorías me hacían obligar a creerle al menos un poquito—. Bueno, ¿y qué sabes de Lorenzo? ¿Cuál es su historia?

—Se sabe que venía de una familia para nada especial, lo cual llegó a impactar a muchos que alguien como él llegara a gobernar. Pero se dice que hubo una masacre para llegar a tal nivel, no sé más detalles sobre eso. También se sabe que proveyó a su familia con las riquezas que se le fueron dadas, y nunca se casó, pero que tuvo muchos hijos.

—¿Por qué nunca se casó?

—No estoy seguro. 

Una llamarada enorme nos distrajo de la conversación. Esta provenía de una habitación al fondo y decidimos ir a ver de qué se trataba. Llegamos a una cámara con una gran antorcha en el centro, la gente a su alrededor comenzó a aplaudir y silbar. Nos habremos perdido un espectáculo o algo, porque de inmediato la gente se esparció hacia otros lugares. Uno de los guías se quedó junto a una mesa que estaba al final con varias reliquias encerradas en cubos de vidrio de gran grosor y me acerqué a él para preguntar qué sucedió.

—Cada ciertas horas, la antorcha se enciende sin necesidad de fuego. Dicen que es el espíritu de un ave fénix que se posa allí para morir y renacer nuevamente.

Muy hermoso, y aunque pretendía preguntar cómo era posible, Fabián no mostró interés alguno y continuó su andanza por los pasillos húmedos y toscos. Le seguí de cerca y este abría todas las puertas que encontraba a su paso. Mayormente eran de habitaciones vacías y pasillos que llevaban a lo desconocido, sin embargo, aun así lucía extasiado por todo lo que alcanzaba a observar.

Habíamos decidido recorrer el lugar lo más que pudiéramos, hasta ver caer la noche. 

Así, permanecimos, junto a unas cuantas personas más, en la terraza. Acostados sobre una sábana que Fabián había llevado en la mochila. Observamos, en silencio, las estrellas de aquel cielo despejado. Podía sentir una sensación mágica; creo que todos quienes estábamos allí nos dimos cuenta. Hasta que Fabián rompió ese silencio entre nosotros.



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En el texto hay: juvenil, romance, lgbt

Editado: 22.05.2024

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