Ese muchacho, Elvis, es un poco extraño. Yo genuinamente quiero conocerlo y se lo hice saber, pero solamente quería tener sexo conmigo.
Cuando le hablé a Natalia de él, me dijo que sería una buena oportunidad para hacerlo por los dos, si es que lo encontraba.
Estaba muy nervioso, porque me citó en un motel. Leí en una ocasión con Natalia que el cigarrillo relaja a las personas. Así que compré una caja antes de encontrarme con él, y así mataba dos pájaros de un tiro. O sea, dos sueños cumplidos. Sería un poco estúpido considerarlos sueños si no fuéramos desahuciados.
Cuando lo tuve enfrente, sentí que podíamos hacer mucho más que tener una noche casual. No parecía querer escuchar nada de lo que decía. Y dijo: no te puedes fijar en mí más allá del sexo. Y otras cosas más. Y cuando pedí que me explicara, por qué tenía esas perspectivas tan inusuales, me dijo que no entendería.
Entonces intentó irse al verme tan indeciso, pero me quité la ropa. Se mostró muy interesado ahora. Y cuando estuvimos en la cama, quise conversar con él. Se mostró reacio hasta que me ofreció poder conversar después de hacerlo. Entonces lo hice. Tuve mi primera vez con él. El proceso me hacía doler el abdomen, pero no estuvo nada mal. Me gustó.
Fue una sensación tan única. Algo que nunca pensé que me gustaría tanto. Pensé en las veces que no pude hacerlo con otras personas, y con Elvis no titubeé. Mi motivación principal creo que fue querer conocerlo más a fondo.
Al acabar, le pregunté si hacía esto muy seguido, y él dijo que sí porque le gusta. Sonrió, pero no lo vi muy sincero. Le pregunté por sus padres y sus amigos, no respondió mucho más allá de que sí tiene y los quiere. También por sus estudios y me dijo que cursa la carrera de Psicología en la facultad del pueblo. Y pregunté por sus aficiones, sus metas; cosas así. Me dijo que no le importaba mucho y vivía sobre la marcha. Tenía una particular forma de pensar, creo que era todo lo contrario a mí. No veía la vida como algo importante. Sus metas estaban eclipsadas por su satisfacción momentánea.
Pero también me confesó algo. Quiere que muchas de las cosas en las que cree, no sean verdad. A pesar de eso, tiene miedo de descubrirlo. Sentí su pena. No sé si de verdad estaría atendiendo nuestra conversación o ignoraría todo. Quizás sea mucho más de lo que exprese. Me generaba un interés enorme por saberlo.
Creo que su apariencia fue lo que más me atrajo. Que me recordara tanto a Marcelo y sentir un desánimo tan palpable, lograba que quisiera saber si habría una forma de ayudarle.
Me preguntó si podría verme otra vez. Confieso que sí quiero.
10. Fumar. X (Listo)
11. Tener sexo. X (Listo)
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Ayer, en una corta visita a Natalia, le mostré la foto de Elvis, que tenía en la aplicación. Me dijo que era muy atractivo y que ella también hubiese estado con él. Quizás más de una noche. También estuvo de acuerdo en que le recordaba a Marcelo. Me preguntó que si por eso me gustaba, pero no supe si de verdad esa era la razón.
Entonces me retó volverlo a ver y tener relaciones con él una vez más. Pero ahora, sería para cumplir su parte del deseo. Solo era una excusa para empujarme más al lado oscuro, era obvio.
Me dijo que, además, debería irme a cumplir el reto de emborracharme. Eso sí no quería hacerlo solo. Entonces le pedí a Javi que al día siguiente (hoy), por ser un sábado, ambos tendríamos unas horas libres en la noche, encontrarnos en un sitio donde cumplir ese reto / deseo / sueño.
Estoy saliendo de la casa del último chico a quien le di autoría. Voy a pasar buscando a mi hermano.
Estamos en un estacionamiento. Javi fue a hacer pipí y pronto haremos una fila para entrar en una discoteca nueva en el pueblo. Me estuvo diciendo que ya no sabe cómo esquivar las averiguaciones de nuestra madre sobre mi paradero. La sorpresa no durará mucho. Quiero darle un regalo. Pronto estará listo. Una gran guirnalda que le daré a Javier para que se lo dé a ella, sabrá que fui yo enseguida.
Ya Javi quiere que entremos. Escribiré pronto.
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Oh por Dios. Natalia, me debes una.
9. Emborracharse. X (Listo)
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Son las vacaciones de abril. He reflexionado mucho. Solo, con Natalia y hasta con Javi. He visto en varias ocasiones a Elvis. Y Natalia está de acuerdo en lo que pienso hacer. De hecho, me anima a hacerlo. Luce muy emocionada con todo esto. Piensa que podría llegar a algo más profundo con él.
Sin embargo ya le he explicado más o menos como piensa. Aun así dice que está segura que aceptará. Aun así, correr el riesgo no está de más.
Estoy armado de valor. Por fin iré al pueblo a ver a mi madre y me declararé a alguien por primera vez. Es una combinación un tanto inusual.
Tengo todo planeado. Espero que resulte bien.
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Tengo un nuevo estilo que a Natalia le gusta. Ojalá pudiese estar aquí también, con mamá y Javi. Ahora mismo están sacando mi pastel del horno. Quién diría que sobreviviría más de los veintiséis.
Ya es de noche. Javi me recomendó descargar nuevamente la aplicación. Lo hice. Vi el perfil de Elvis. Le conté todo lo que me dijo Elvis y me dijo que debería actuar más rudo, como si no me importara, justo como él lo pide. No entendí mucho, pero supongo que sabe de lo que habla.
Le mandé una autofoto. No sé qué escribirle. No puede ser nada cursi, sino me bloquearía. ¿Querrá verme? ¿Qué estaría pensando de mí? De verdad quiero seguir hablando con él, pero es como si todo lo que conversamos lo borra de su mente. Es demasiado testarudo. Podría ser el ser humano más odioso que haya conocido o lo mejor que me podría pasar. Quién sabe.
Iré a verlo.
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No sé qué hacer con Elvis.
Estoy con Natalia y no puedo dejar de hablar de él. Se cubrió la cabeza con una almohada. Creo que se siente mal, dice que jamás le pasará algo como eso.