Han pasado unos cuantos años desde entonces. Ahora tengo veintisiete, la misma edad que siempre tendrá Fabián.
Pasé por muchos cambios en mi vida. Conseguí terminar mis estudios y graduarme como licenciado en Psicología. Quién diría que escogí esa carrera por puro descarte y terminaría amando todo lo relacionado a ella. Creo que la terapia me ayudó mucho a tomar conciencia de mis pensamientos. La mente humana es muy frágil y todos los eventos de mi vida me afectaron, incluso la llegada de Fabián, desde su encuentro hasta su marcha.
Pude hacer las pases con mi familia. Digo, nunca los odié ni nada, ni siquiera a Oscar, pero supongo que todos nos equivocamos con nuestras actitudes. Espero mejorar nuestros lazos con el tiempo.
Teo y yo nos fuimos del pueblo. Llevamos tiempo buscando hasta que por fin conseguimos un bonito apartamento, un lugar increíble. Vivimos juntos desde entonces y empezamos a centrarnos en nuestros empleos. Decidimos emprender pronto en nuestro propio negocio, nuestro propio consultorio. Es un proyecto interesante que contemplamos mucho y esperamos nos vaya bien.
Siempre que podemos hablamos con Susana. Ella se fue con su novio a otra provincia por cuestiones de trabajo. Pronto nacerá su primer hijo. Nos invitó al baby shower, debemos pensar qué regalarle.
Andrés y Mónica también lograron graduarse, pero ellos sí que no están interesados mucho en ejercer. Disfrutan haciendo otras cosas; ella consiguió un trabajo de modelo y él emprende con su propio negocio de comida.
No sé de Josémanu desde hace años. Desconozco si mis palabras tuvieron algún efecto en él. No usa redes sociales ni tampoco su número de antaño funciona. Solo espero que se encuentre bien. No le tengo rencor.
Javi y Ariana viven en el país del castillo en el lago. Usualmente charlo con él por el chat. Están felices y prosperando. Nos invitaron a Teo y a mí al cumpleaños número dos de su hijo. Mañana partimos. Incluso Teo y yo pensamos en mudarnos allá en un futuro. Le dije que tengo contactos para tramitar nuestros papeles y que la estadía no sería un problema. El tiempo lo dirá.
Ahora mismo estoy en mi cama y no puedo evitar sentirme muy agradecido por la vida que he logrado. La noche brilla con la luz de la luna llena, que proyecta una presencia hermosa y tranquilizadora en mi habitación. Por el rabillo del ojo, veo a Teo, mi leal compañero, mirándome con cariño. Le dirijo una mirada cálida y una sonrisa amable y él me la devuelve con afecto. No puedo evitar una sensación de paz.
Tengo de nuevo ese sueño, como hace años. ¿Será de verdad? Estoy en el lago, bajo un cielo púrpura y rosado cubierto de nubes de algodón. Ahora puedo incluso levantarme. Estoy de pie sobre el agua.
Fabián me llama. Está arriba. La luz detrás él me encandiló. Puedo escalar el aire. Y llegar a él. Tiene una linda corona de hojas verdosas y ramas doradas. Creo que entré a su reino. Veo a muchas personas cubiertas por una manta blanca, pero no les distingo el rostro. Son sus amigos. Todos quienes alguna vez conoció. Sin embargo, puedo sentir la calma, felicidad y pureza del lugar.
Fabián está feliz. Todos lo están. Yo también lo estoy. Me encontré a doña Julieta, bailando con su esposo. Qué dulce. Veo a una mujer de cabello corto y a un chico muy parecido a mí. Una pequeña en silla de ruedas me saluda y un joven con un bastón de rama está a su lado.
Todo es como Fabián siempre lo quiso. Aquí no se vislumbra el dolor, no existen las penas y nadie se siente solo. Todo el mundo está satisfecho con su paso por la vida y su llegada al reino de Fabián. No, él no lo llama su reino. Es el de todos.
Jamás volveré a sentir algo como esto. Todo lo que alguna vez sentí, se lo debo todo a él. Desde el primer momento, amé con locura. Se despidió de mí y no dejé de intentar cumplir su último sueño. Y no, no me arrepiento de nada.
Gracias por todo, gracias a ti. ¡Qué viva el rey de las nubes!