EscenEscenaa: Tintagel, Cornualles. Acantilados. Amanecer.
Ethan, Zara, Alistair, y Elias (que accedió a quedarse para ayudar con la traducción de cualquier texto sumerio remanente) están en un acantilado remoto cerca de Tintagel. Han regresado con el Elixir de los Inmortales y las demás reliquias.
[El Sitio de la Tumba]
La tumba de Arturo no estaba en el castillo mismo, sino en una serie de cuevas profundas y selladas, cuyo acceso solo era conocido por Alistair, según los planos codificados de Merlín.
—La Tumba de Arturo está bajo esa formación rocosa. Merlín la selló como una bóveda geológica —explicó Alistair.
Sin embargo, el sitio estaba comprometido. El Consorcio de los Mil Años había llegado primero.
Zara utilizó sus binoculares de largo alcance. Una gran base de operaciones temporales estaba establecida. Maquinaria pesada, luces potentes, y hombres del Consorcio (los soldados de la Serpiente Doble) armados hasta los dientes, rodeaban la formación rocosa.
—El Dr. Zev no está, pero su segundo al mando, el Comandante Rix, un ex-mercenario, está a cargo. Están utilizando perforadoras de diamante para penetrar el sello geológico —informó Zara.
—Necesitamos entrar sin alertarlos. Si nos descubren, usarán explosivos, y la Armadura de Arturo se perderá para siempre —dijo Ethan.
[El Descenso Fantasma]
Zara sacó un dron de vigilancia avanzado, del tamaño de un plato, con capacidad térmica y acústica.
—Alistair, ¿dónde está el respiradero? Necesito coordenadas precisas.
Alistair consultó sus planos. —Merlín diseñó un respiradero de ventilación natural que se abre al acantilado, a unos 50 \text{ metros} sobre el nivel del mar. Se usaba para equilibrar la presión en la tumba. Es estrecho, pero accesible.
Zara lanzó el dron. El pequeño aparato sobrevoló la zona, mapeando las patrullas del Consorcio y, lo más importante, encontrando el punto ciego de sus sensores térmicos. El dron localizó el estrecho orificio del respiradero.
—Es perfecto. Podemos descender con cuerdas por el respiradero. Es un túnel de 40 \text{ metros} de caída libre, pero nos dejará en la Cámara Exterior de la Tumba, justo antes de la cámara principal donde está la Armadura. El túnel de ventilación está muy lejos de su zona de perforación.
—El plan es claro —dijo Ethan—. Zara y yo descendemos. Alistair y Elias, nos cubren desde arriba. Una vez dentro, debemos neutralizar el sello final de la tumba antes de que Rix rompa la cámara.
[La Preparación]
Ethan y Zara se aseguraron el equipo. Ethan llevaba el Elixir de los Inmortales en un estuche especial, mientras Zara portaba el Cáliz y la Daga de Merlín.
—La única forma de detener la perforación es desde dentro. Merlín siempre dejó una forma de sabotear sus propias trampas —dijo Ethan.
Se acercaron al borde del acantilado, donde el dron había marcado el acceso más seguro al respiradero.
—Cuando descendamos, el Comandante Rix notará nuestra presencia por los sensores de movimiento en algún momento —advirtió Zara—. Necesitamos una distracción.
Escena: Tintagel. Acantilados. Amanecer.
El equipo observaba la base de operaciones del Comandante Rix cerca del respiradero de la Tumba de Arturo. Necesitaban una distracción que obligara al Consorcio a suspender temporalmente sus operaciones de perforación.
[El Incidente de la Marea y el Pánico]
Elias, con su conocimiento sobre geología y geografía costera (adquirido durante su exilio autoimpuesto), consultó las tablas de marea.
—Hay una confluencia de vientos del oeste y una marea viva que creará olas inusualmente grandes en el acantilado bajo, justo al nivel del mar. Sucederá en menos de diez minutos.
—Perfecto —dijo Zara—. Vamos a amplificar ese fenómeno.
Alistair sacó un altavoz direccional de alta potencia.
El sonido fue ensordecedor y terrorífico. Parecía que el acantilado entero se estaba desprendiendo sobre el campamento.
El Comandante Rix, un militar experimentado, reaccionó instantáneamente. El mayor peligro en las operaciones costeras es el colapso geológico.
—¡Evacuen la zona de perforación! ¡Suelten los anclajes! ¡Retiren la maquinaria pesada de la pared! ¡Podría ser un desprendimiento masivo! —gritó Rix por el intercomunicador.
El caos se apoderó de los mercenarios. En la prisa por salvar el equipo multimillonario, los soldados se concentraron en asegurar las perforadoras y los generadores.
[El Descenso de los Fantasmas]
La base de la maquinaria fue evacuada, y la atención se centró en la seguridad.
—¡Ahora es el momento! ¡El respiradero está despejado de vigilancia! —dijo Zara.
Ethan y Zara se dirigieron al punto de acceso. Aseguraron las cuerdas de descenso y se prepararon. Zara llevó la delantera en el descenso por el estrecho conducto de ventilación, con Ethan justo detrás.
La caída libre de 40 \text{ metros} fue un descenso silencioso y rápido. Los muros del respiradero estaban recubiertos de sal y musgo. Abajo, solo se oía el sonido amortiguado de las olas.
Aterrizaron en el suelo de piedra de la Cámara Exterior de la Tumba de Arturo. Era un pasaje húmedo y frío, sin luz.
Editado: 15.12.2025