Me sentía en una pesadilla, estaba aletargada pues en el carruaje tenía la ropa aún manchada de sangre, como pólvora se corrió la noticia y al entrar al carruaje a la capital había velas que ayudarían a guiar a la alma de regreso a casa, aunque el piso estaba mojado el pueblo estaba haciendo lo posible para mostrar su apoyo.
Bajo en la entrada de mí casa, esta estaba vacía a excepción de Caleb quien estaba en la entrada con un vaso de licor, se dirige hacia mí para intentar hablar.
—No te atrevas a decir que lo sientes, porque en realidad no lo sientes — Le digo al borde de un colapso.
—Vengo a mostrarte mi apoyo — Me dice extendiendo su vaso.
—¿Tu apoyo? — Me río —. Tu apoyo ¿Dices? ¿Como lo hiciste cuando ella estaba viva? ¿Cuándo tu amante le dio una bofetada?
—¿Por qué siempre la metes en esto? — Me pregunta molesto, olía a alcohol fuerte.
—No te preocupes cariño, ya no la voy a meter. Quiero el divorcio — Le digo y el estrella el vaso contra la pared, mientras me toma de la cara para ponerme cerca.
—¿Qué estás diciendo? — Con el rabillo del ojo trato de ubicar algo para defenderme, pero el me sacude para ponerme contra la pared —. Sin mí. Tú no eres nada. Yo te saque de ese prostíbulo a donde perteneces. Yo te hice reina.
—Cuantas veces tendré que decirte que yo soy la emperatriz — Tomo un cenicero y se lo estrello en la cabeza empujándolo contra la pared —. Sin mí. Tu solo eres un rey frustrado. Tu único deber era no descuidarme mantenerme contenta pero no, decidiste cansarme, aprisionarme e incluso traicionarme.
—No me vengas con idioteces tu nunca me respetaste, crees que no me entere que te reuniste con tu amante cuando estábamos recién casados — Me grita a pulmón.
—Tú te acostaste con Lady Jane esa misma noche, si tú lo haces está bien, pero si yo lo hago soy una puta — Lo cuestiono viendo el hilo de sangre caer por su cabeza —. Nos divorciaremos ya sea por mutuo acuerdo o en la corte, ambos sabemos que no te conviene pues sabemos que les hacen a los infieles.
Al subirme a mi habitación, tomo la libreta y comienzo a realizar lo más rápido posible todo para el funeral de mi hermana, no tenía mucho dinero, pero aún podía disponer del dinero de mi esposo, quería que fuera algo inolvidable, precioso y sencillo, me quede toda la noche bebiendo licor, y al amanecer mi casa se llenó de arreglos florales, habían flores de varias casas fuertes mostrándome su apoyo, el sonido de un carruaje se hacía presencia afuera, caballeros mostraban su respeto cuando dejaron abajo el cuerpo de mi hermana, me sentía como dulce de cacahuate comprimido, al mínimo manejo brusco se rompía.
—Es muy pequeño... no se sentirá apretada — Digo mientras me acerco a este, era un ataúd blanco, pequeño, ella se miraba pequeña. Me tiro hacía su ataúd a llorar mientras los caballeros levantan sus espadas, varios nobles están afuera esperando entrar a darme el pésame, pero no quería verlos.
El funeral siguió su curso, y al siguiente mes anunciaron la boda de Riddle con su prima, fue un festejo tan grande que mi perdida quedo tras papelada y cuando menos pensé estaba viviendo nuevamente en Lennox, no tenía suficiente dinero más que el necesario para mantenerme, pues aún estaba en proceso de divorcio, y al parecer el emperador ponía trabas para evitar esto.
Al paso que iba, tendría que vender esta casa e irme a la vieja, al paso que iba tendría que regresar a vender mi cuerpo por unas monedas. Mi cabeza comienza a pesar, pero los pensamientos se miran cortados cuando la mucama entra para indicarme que tengo visita, esperaba que fuera el abogado de Caleb, pues esto del divorcio ya me estaba cansado, para mi sorpresa estaba el rey de Clord, le hago una reverencia, y pido que nos deje solos.
—Reina de Lennox, lamento su perdida — Me dice, pero me río.
—Lady De luca, es mi apellido de soltera. Me estoy divorciando — Eso toma de sorpresa al rey que me entrega un sobre con papeles —. ¿Qué es esto?
—Es una forma rápida de llegar al trono. El emperador está usando el dinero indiscriminadamente para crear una nueva capital — Me dice mientras reviso los papeles. La ciudad se estaba quedando sin agua, pero el solo tratar de remediar este problema costaría alrededor de unos 20 años, sin contar las millones de monedas que se tendrían que utilizar para el mantenimiento, comienzo a leer todos los papeles, y bien podría usarlo a mi favor no se me concedería una audiencia para tratar estos temas —. Lady De Luca, ambos sabemos que la solución más fácil es irnos a guerra.
—No lo sé... Suena peligroso... — Le digo leyendo aún más sobre las cosas que había en esos papel —. El emperador, mato a mi hermana. La mando a matar.
Le digo mientras que del bolsillo de mi vestido saco el papel que el me escribió el rey se queda helado, mientras no cree lo que lee.
—Con más razón. Creo que debes de hacer un movimiento y exponer este papel ante de todos, hazte la víctima, juega sucio — Me dice mientras limpia su reloj —. Yo te apoyare. Puedes contar con mi reino para esto.
Lo invito a cenar, pero este niega con la cabeza y sin esperar mucho llega mi carta de divorcio, oficialmente era una divorciada, y los rumores no pararían de llegar y mañana en la fiesta de té de la princesa turca Mariam, era la única que aún estaba interesada en invitarme a sus eventos, y miro la fecha y me doy cuenta de que quedan 6 meses exactos para la boda de Riddle. No me sentía culpable, pero tampoco me sentía tan bien conmigo misma por las últimas palabras que le dije.