El Rey Sádico [saga Griegos #3]

Epílogo

Mika

Sentía el sudor recorrer mi cuerpo, Dios era increíble por lo que estaba pasando mi reina.

—Ya falta poco —esas palabras llevó rato de escuchar y Pythia sigue pujando, sin pensarlo me muevo y ¡Santo Dios! Tapó mi boca y veo a la amiga de Willy...la pobre está siendo torturada.

—¡Mika! —Pythia me echa de su lado en minutos y luego me quiere junto a ella, camino hacia ella y es cuando siento como sujeta mi pobre mano para estrujarla como hojas secas.

—Ahhhhhhhhhhh —frunzo el ceño y le dirijo rápidamente la mirada a la doctora.

—Otra vez mi reina, falta poco— ¿es en serio?.

Pythia vuelve a pujar y me mira furiosa.

— ¡Te odio Mika! No te quiero ver —me suelta y yo apresuró el paso para ver que era el falta poco y... ¿esa es una cabeza?, ¡Mierda! tiene toda la razón de odiarme, hasta Willy debe odiarme, su pobre amiga está siendo torturada.

Escuchó a Pythia pujar y la cabeza a salir, la doctora empieza a ayudar... yo estoy que tiemblo.

—Puje mi reina, falta poco— le lanzó una mirada furiosa a la doctora, ese falta poco lo escuchó desde que llegamos, Pythia puja y con la canción del día que me odia.

Vuelve a pujar y veo que el cuerpo del bebé se desliza de la amiga de mi Willy... mi cuerpo está temblando y he decidido que Pythia no volverá a pasar por esto.

—Es una princesa —la doctora es toda dientes, Pythia se ha derrumbado en la cama — Rey, corté el cordón.

Abro más los ojos sorprendido, siento que sudo más y si ¿lastimó a mi hija? Pythia me despelleja vivo.

Tomó lo que se supone es la tijera y con manos temblorosa cortó y sin dejar de ver el rostro de mi hija por si grita de dolor, suelto el aire al darme cuenta que no ha llorado... mi hija está bien, me la entrega... siento que entró una basura en mi ojo por que de pronto están muy húmedos al ver a está personita en mis brazos.

—Mi reina puje— le entregó la bebé a la enfermera y me acercó a la doctora.

—Solo es una bebé— ella me mira.

—Lo sé —sigue instanto a Pythia que puje... ¡mierda! ¿ahora quiere sacarle un órgano?

Veo que va saliendo aquello... y todo se ha puesto oscuro.

— ¿Mika?— abró los ojos y me encuentro con el rostro de burla de  ¿Graco? ¡mierda! mi momento de debilidad lo tuvo que presenciar Graco, me incorporó y veo que estoy en un cuarto del hospital —¿Te sientes mejor o te pongo alcohol en la nariz?

—Estoy bien —no tengo que objetar...— ¿Dónde está Pythia?

— Ya en su habitación con la princesa, menos mal que estábamos aquí por que la pobre quedó sola... al desmayarte— lo miró furioso al ver como se rie de mi situación.

—Supongo no viste como salió Dimitri y esa cosa del cuerpo de Ines —Graco niega—Es como si de la pequeña abertura de una alcancilla saliera una sandía, me siento satisfecho al verlo palidecer.

—Estás exagerando —me cruzó de brazos y niego.

—Es verdad, mi hija es el último hijo que le pondré a Pythia; mi reina no pasará por eso de nuevo— Graco suelta una carcajada.

—Cuestión de tiempo Mika, luego lo olvidas y Pythia andará el ombligo hinchado de nuevo.

—Jamás, mi reina no pasará por eso de nuevo...

Camino decidido al cuarto de Pythia donde estábamos desde que comenzaron los dolores, todos están ahí, conversando con Pythia, ella al verme, extiende su mano.

—Mi amor ¿ya estas mejor? —enarcó una ceja, ya no me odia.

—Lo siento — tomó su mano y besó sus labios —¿Estás bien?— ella asiente.

—Felicidades Mika —Inés se acerca con una gran sonrisa, me abraza.

—Gracias Inés.

—Es una belleza, mi sobrina —contempló a las mujeres que se han vuelto locas con mi hija... y los esposos no les queda de otra que decir si a todo lo que ellas dicen.

—Mika —bajo la mirada y Pythia me sonríe —Te amo.

Me inclinó y la miró a sus ojos.

— ¿Ya no me odias? —Pythia sonríe y niega.

—Todos los hombres pasan por eso en el parto, supongo por el dolor —asiento y besó sus labios.

—La fábrica está cerrada — Pythia enarca una ceja.

—Falta un hermano para Apollo y una hermana para Karissa— niego.

— ¿No te ha dolido?— ella sonríe —Mierda es como si por el ojo de una aguja pasó un elefante — suelta una carcajada.

—Mika, faltan dos hijos más.

—Willy esta molestó y ha dicho que su amiga no pasa por eso.

Pythia levanta una ceja.

—Dile a Willy que él no ordena y que si decide eso, sólo tú mano lo hará desahogarse.

—Pythia no puedes hacernos esto.

—Entonces deja de hablar pendejadas —se cruza de brazos y yo sólo suspiró, soy el rey de Medrea, escuchado por el pueblo... pero en está familia, quien mandaba y decidía era la reina....

Me pasaron a mi hija, cuando Apollo entraba con la intitutriz, mi hijo se acercó y me incliné para que conociera a su hermana.

—Apollo, te presentó a tu hermana Karissa —mi hijo sonrió y besó su mejilla.

Besé a Apollo y a mi hija, me daba cuenta que el mayor tesoro de un hombre no era la riqueza, ni el poder. Era una familia y unos amigos maravillosos...ni modo iba Graco también incluido y sobre todo una mujer que le daba sentido a la vida de uno y que pretendía darme más hijos.

Me acerqué a Pythia y besé sus labios, la amaba; mandona y todo pero era la mujer perfecta para mi.

 

 



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En el texto hay: romances, perdon, amor

Editado: 09.02.2019

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