Pythia
—¡Mika!—me lancé a sus brazos, él me estrechó entre sus brazos.
— Pythia—me separó de sus brazos y reparó en mi rostro— ¿Qué mierda?— llevó sus dedos a mi mejilla — ¿Qué pasó?
— Mika, ahorita lo que importa es Altaír—lo tomé de la mano y nos acercamos a él, Mika frunció el ceño y abrió su camisa, hasta ese momento noté que habían guardias, se acercaron a Altaír y lo cargaron — ¿No es peligroso sacarlo?
Mika me miró y negó. No discutí y me dejé llevar por mi esposo.
Llegamos a esa sala donde pasó todo, cerré los puños con fuerza al ver a Kosmos que lo tenían de rodillas y con los brazos hacia atrás, sin pensarlo me acerqué y le deje ir un golpe con el puño cerrado.
— ¡Maldito! Querías matar a mi hijo de cuatro años —él me miró con rabia, pero no podía hacer nada.
—Llama al médico real y que asistan inmediatamente a Altaír— la guardia real lo subió rápidamente al ala de invitados del palacio.
Iba a seguirlos, pero entraron varios hombres mayores, pero no tantos, todos vestían iguales, me llamo la atención que sus vestiduras llevaba la bandera de Medrea.
Mika se puso tensó y me atrajo hacia su cuerpo.
— Ezio —el líder de los ancianos lo saludó con una inclinación de cabeza.
—Rey Mika — Ezio me miró— Reina— el resto de ancianos nos saludaron —Dada está rebelión es tiempo de tocar este tema, por años hemos soportado tu mala fama, pero no había ninguna prueba de lo que tú habías hecho...—Mika lo interrumpió furioso.
—Y no hay ninguna puta prueba por que todo sólo ha sido rumores.
—Lamento decirte que sí hubo rebelión es por el testimonio de tu víctima — miré con sorpresa al líder del consejo.
— ¿Víctima? — me solté de Mika y me acerqué al líder— ¡Muéstramela! — él se puso rojo de rabia—Puedes ser el líder de ancianos, pero soy tu reina y quiero ver a la famosa víctima.
Ezio nos respondió sólo hizo señas a la guardia que los custodiaba a ellos, sentí crecer la rabia al ver a la famosa víctima.
—Ella es la pobre mujer que fue sometida a tantas bajezas de parte del rey, no podemos tener un líder que se aprovecha de su cargo y lastima... —no escuché la mierda que dijo el viejo porque estaba centrada en la supuesta víctima, sin pensarlo la tomé del cabello, escuché su gritó, su cabello largo lo enrolle en mi mano para no darle oportunidad de liberarse, ella gritaba y pedía socorro.
La guardia no sabía qué hacer, ante todo era su reina.
—¡Suéltela! — miré al anciano con furia.
—Está zorra, no es ninguna víctima, vino a mi palacio bajo un nombre falso contratada por está basura —miré a Kosmos —E intentó por todos los medios seducir a Mika, pero no lo logró porque mi esposo me es fiel —Ezio negaba.
—Imposible, está pobre niña ha sufrido...
— ¡Mika!— mi esposo se me acercó —¿En esté palacio hay cámaras?
Mi esposo asintió.
—Haz traer al encargado de monitorear las cámaras — sin que Mika dijera algo, un miembro de la guardia real salió apresurado.
Los gritos de Yalena no cesaban y entre más lo hacía más fuerte la sujetaba.
—Vas a pagar tu traición Yalena, mentiste a Medrea y acusaste al rey de un crimen que no hizo.
Kosmos me miraba con rabia, al ver como tenía sujeta a Yalena.
Ezio quiso acercarse,, pero la guardia real no lo permitió.
—¡Alto! Nadie toca a la reina
— Ezio apretó los puños.
—Una reina jamás hace daño.
—Una reina común no hace eso, pero yo no soy común y si voy a defender Medrea lo haré —lo miré directo a los ojos —Usted no me es confiable y como reina puedo dictar nuevas leyes respaldadas por el único rey de Medrea y la primera será quitarlo a usted del consejo.
Sus ojos me taladraron.
—No lo podrá hacer — sujeté más fuerte a Yalena.
—Claro que si — Yalena gritaba más —Sólo esperó una palabra de la boca de está perra y veremos.
— ¿Una palabra? ¿Cree que esta pobre jovencita pedirá clemencia?
Sonreí.
—Ls aseguro que no espero esa palabra, en cuanto la escuché la suelto— la apreté más fuerte, sabía que ella debía sentir dolor en su cuero cabelludo, no era grato para mí la crueldad, pero la supuesta Yalena iba a cantar lo que yo estaba segura pasaba ahí.
Editado: 09.02.2019