En algun lugar apartado del mundo, oculto entre las montañas, se encontraba un pequeño pueblo llamado Ambrosia, que era gobernado por su joven, apuesto y gallardo rey. Sabio y piadoso, amado por su pueblo y odiado por sus enemigos, que codiciaban las riquezas de su pueblo, bien conocido por ser cauteloso y meticuloso en batalla, el favor de su gente era su gran impulso.
En multiples coaciones habian ingtentado arrebatarloe lo que por derecho real le pertenecia, la familia, habia sido fielmente traiconera, y las invaciones no eran de esperarse, siempre llegaban, y arrebtaba inumerables vidas de ambos lados, pero sus vanos intentos nunca fueron fructiferos, y el rey paidoso y bondadoso en ese proceso salia triunfante.
El pueblo, reia y se recogijaba, contento de tener al rey que tenian, hacian celebraciones dignas de su nombre, las celebraciones eran por todo lo alto y ancho del reino, y el rey dichoso celbraba con ellos, el pueblo era su hijo y hermano.
Pero lo que nadie sabia, es que, a puerta cerrada de su gran e impinente castillo el corazón del rey lloraba, el monarca vivía una vida tan triste, solitaria y vacía, al punto de cuestionar su mera existencia. Pues a la edad de 31 años, no había conocido a doncella alguna que le cautivara el alma y enamorará su corazón,
Una noche de un crudo invierno, en el gran balcón de su alcoba real, levantó hacia el firmamento nocturno una plegaria al creador de los cielos, donde le imploraba al Dios eterno, encontrar el amor verdadero en una bella joven de corazón noble, piadoso y bondadoso, esperando hallar en sus ojos la paz que su alma anhelaba, en sus brazos la tranquilidad que añoraba, y en su cuerpo el nectar de la vid convertido en mujer.
-Oh amado Dios, creador de los cielos y la tierra, permite que este anhelante y herido corazón, conozca lo que es el amor y la redención de una vida de luchas y batallas sin fin, permite Dios del firmamento, que este maltrecho corazón conozca las mieles del amor y con tu bendición y amor ser uno solo por la eternidad.
En sus ojos se reflejaba la infinita trsiteza de lo que su corazón más anhelaba, tanta tristeza que podria quebrantar al soldado mas formidable e inquebrantable de su poderoso ejercito.
Añoraba amar y ser amado