Los meses para Bastián fueron una total tortura su compromiso estaba próximo a celebrarse, con la princesa Carmín, que si bien era hermosa, nada comparado con su bella ninfa del bosque, aquella mujer que con solo una sonrisa y unas gemas violetas que le cautivaron el corazón relevando a la razón, Carmín era fría y superficial, era una princesa rosada con el corazón más negro que la misma noche y el firmamento estrellado, pero una alianza era lo que se necesitaba. Tras el arresto de su tía, en parte los ataques habían cesado, pero su enemigo aún aguardaba wienel bajara la guardia y sin dudar atacaría una vez más, ella era la informante del castillo, dio valiosa información así como tampoco dudaba que tuviera cómplices dentro del mismo, una cosa era segura, debía cortar la mala hierba desde la raíz y solo una alianza le traería la paz a su pueblo que tanto buscaban.
El invierno había llegado y con ello el frío azotaba con fuerza en el exterior, pero también dentro del corazón de un pobre hombre que agonizsba por haber perdido a la mujer que amaba, su alma gemela, su amiga y su mujer, sin ella, era estar vacío, lo único que lo confirmaba era saber que ella seguiría con vida, pero odiaba la idea de que ella fuera de alguien más, que otro hombre llegará y la enamorará, relegando así lo que hubo entre los dos a un simple recuerdo, que se desbaneceria con el tiempo.
Pero... Cuan equivocado estaba el rey, por qué aquella mujer, su ninfa del bosque jamás lo olvidaría, su amor había sido gravado con fuego en la piel de cada uno, en aquella única entrega, sus cuerpos fueron uno y sus almas se sellaron para pertenecer solo al otro, dueño de esa otra mitad.
Su amor fue tan real como aquel niño que el desconocía, pero que sin duda amaría si supiera de él, lo amaría de la misma manera en que lo ama su madre.
Por un momento, Bastian lo pensó, pensó en que ahora, cuando se casará con la princesa Carmín, su obligación sería engendrar un heredero, un heredero, que no sería hijo del amor, si no de la obligación, eso hacia que su corazón doliera, un hijo debía ser concebido con amor, más no por obligación, que triste vida llevaría, habría dado lo que fuera por qué Camille estuviera ahí, ella era su fortaleza y su fuerza, pero también era su paz y su calma en la adversidad, si ella fuera la madre de sus hijos sería el hombre más feliz del universo, tendría todo en la vida, tenia en su corazón tenía a su creador ycreador del universo, su Dios, tendría a la mujer de su vida, y un hermoso hijo fruto del amor, o tal vez no uno, si no varios.
Ajena a todo lo acontecido a su alrededor, Camille pasaba sus días, en el bosque, sus idas al pueblo se habían acabado, hasta la siguiente primavera en que sus flores comenzarán a florecer. El invierno había llegado, y con ello ilusión de ver a su bebé nacer la mantenía con la ilusión y y la fortaleza para afrontar todo, aunque su corazón seguía dolido recordando aquel amor que dio vida a la razón más importante de su existencia, se daba ánimos de que nunca más estaría sola.
Nunca pensó en buscar a Bastián, en algún momento si pensó en aventurarse e ir al castillo entre las montañas, pero eso era más allá de donde estaba el pueblo, y quién le creería a ella, una joven plebeya y campesina que ella era el amor del rey. Nadie la tomaría en serio. Al contrario podrían hecharla al calabozo.
Su hijo era su fuerza de cada día, nunca se arrepentiría del haber conocido a su rey.
No supo en qué momento, pero perdió la noción del tiempo, y al percatarse de ello, ya era demasiado tarde, estaba muy alejada del camino cerca de su casa, ¡Había perdido el sendero! Esa área no la conocía, ¿Pues cuánto había caminado? Al parecer mucho, y los pequeños compos que oaneas caían hace un ratito, ahorita eran más frecuentes, todas sus alarmas se encendieron, eso se estaba transformando en una tormenta con cada minuto que pasaba.
Había salido a recoger unas ramas para mantener su cabañira calentita y seguir tejiendo la ropa de su bebé, pero ahora se encontraba, sola y perdida en medio del bosque, trato de no entrar en pánico, pero era imposible. Siguió caminando, a ver si dislumbraba el pueblo, peor no, y la tormenta empeoraba, tras unos minutos más, experimento un dolor agudo, que la hizo doblarse por la mitad sujetando si vientre, cayendo al piso, el dolor se extendió por todo su cuerpo, y su miedo aumento más, ¡Era una contracción! ¡Estaba comenzando el trabajo de parto!
Ahora el miedo era más real, estaba perdida, sola en medio del bosque y d runs tormenta sin un refugio para traer a su hijo al mundo....
En medio de todo, solo pudo levantar una plegaria al cielo, esperando que Dios la escuchará y le ayudará a traer a su hijo al mundo sano y salvo
-Por favor, Dios del cielo, no me desampares, ni a mí ni a mí hijo, en esta noche helada, clamó a tu nombre pidiendo misericordia, que mi hijo nazca bien y sano, que un alma bondadosa nos ayude te lo pido padre mío.
Hola!!!!
Quiero agradecer a tod@s los que se han podido pasar por mi historia, la verdad soy algo nueva en esto, pero espero les guste y puedan seguir la lectura 😃
También quería decirles que este es un pequeño cuento, por lo que hay muy poca interacción entre los personajes desde el inicio la comencé a escribir así.
Y estamos a un solo capitulo del final 😃 😱🥹
Espero y puedan apoyarme y darle amor a mi pequeño cuento, y si me pudieran apoyar con lo siguiente
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Gracias y disfruten la lectura 😊