CORREO DOCE

De: El rincón de Disi.

Para: Codeando27_SexyManWithAHugesDick.

Asunto: ¡Hola!

Antes que nada, tengo que confesarte que me duele un poco el orgullo por desbloquearte y escribirte, sin embargo, me moría de ganas de enviar este mensaje. No te emociones, no es por ti, cielo.

No voy a disculparme, por cierto.

Hoy regresé a mi trabajo después de un largo mes y medio de vacaciones, me enfrenté con cosas nuevas y necesito desahogarme, supongo. No te emociones tampoco por esto, en realidad también vengo con otro propósito, pero bueno, empiezo:

1. Mamá me recordó la reunión familiar que será en unos meses (es de las que planea todo con meses de antelación y siempre quiere que TODO le salga perfecto; no la culpo, esta reunión es importante hasta para nuestro pueblo). Me dijo que llevara a un novio, de lo contrario, me va a desheredar. Claro que, no sé qué “no” me va a heredar si yo soy la que les pasa dinero junto a mis cuatro hermanos mayores (sí, soy la peque), por cierto, esto pasó en la noche. Pero lo que sigue pasó por la mañana.

2. El anciano panzón de mi jefe (ex jefe, mierda) vendió la empresa y me dejó con la opción de renunciar o quedarme en mi mismo puesto con el nuevo jefe.

3. Acepté.... Bueno, me vi en la obligación de aceptarlo porque debo pagar cuentas y pues no como aire, ja, ja, ja maldita pobreza.

4. Conocí a nuevos empleados debido a que todo el personal que había huyó, temiendo que el nuevo jefe fuera un viejo mamón, feo y prepotente. Solo Elías y Mariana se quedaron porque ellos tienen puestos geniales más arriba del mío.

6. Conocí también a... (Inserte redoble de tambores, por favor) mi nuevo jefe.

Y AHORA VAMOS A LA RAZÓN POR LA QUE TE DESBLOQUEÉ, CONRADO.

¿Por qué tenías que, precisamente, comprar la puta empresa donde trabajo? ¿POR QUÉ? ¿Por qué no te compraste un puesto de elotes o un carrito de churros si querías ampliar tus ganancias? ¿Por qué una editorial si no tiene nada que ver con tu marco de trabajo?

No estoy enojada, sino más bien me sorprende lo CABRÓN que es que el destino esté empeñado en patearme la cola. Te odio. A ti no, al destino, pero si te sientes aludido, no me quejo porque por casi te andas ganando ese honor.