DIONICIA
Entre trabajos, mentiras, desvelos y burlas, se me va un mes completo trabajando para Conrado como asistente.
Hoy será mi primer día fuera de la editorial y estoy nerviosa, me encontraré con Conrado en AleAndere y solo puedo pensar que también es la primera vez que estaré sola con él. Hemos trabajado junto a sus hermanos y mis amigos para solucionar las grietas que Moreno intentó tapar con curitas de Hello, Kitty.
Hablando de mis amigos, ellos reaccionaron... Burlándose de mí cuando les conté del invento de nombre.
Les inventé una loca historia, por supuesto. Dije que había tenido una cita con Conrado en una fiesta de unos conocidos hace un par de años y que le vomité encima, y no solo eso, que él me odiaba, pero que todo parecía indicar que, tras darle mi nombre falso, no me recordaba.
—Es gracioso, Silvi —había dicho Mariana, en la vídeo llamada con ellos. Se rieron fuerte.
—Seguro que te echa solo de recordarte.
—¡Ni lo digas, Elías! Por eso ahora deben decirme Elissa o Grey en el trabajo, ¿pueden?
—Claro que podemos, Grey —aceptó Mariana—. También puede que se nos olvide, avisada estás.
—Ya ni digas nada. —Solté todo el aire de mis pulmones y, mientras escuchaba el día de Elías que había cambiado el tema, subí la siguiente entrada del blog. El hermoso póster de bodas de una pareja que me escribió hace días, ahí dejé su testimonio y sus comentarios. Después de eso, le mandé un correo al fake de Conrado, claro que después de desbloquearlo.
—¡Disi acaba de publicar algo, oh, por Dios! —Elías frenó su historia y me asusté. Bueno, ni lo estaba escuchando.
—Oh, mira. —Mariana hizo una mueca de felicidad—. No sabes lo mucho que quisiera saber quién está detrás de tanta palabra tan bonita.
Ambos comenzaron a hablar de los consejos que iban a “comenzar a seguir” para encontrar pareja. Luego se dirigen a mí, preguntándome si la leo.
Obvio, soy yo, cielo, pienso, y me llega una clase de frustración, recordando que nunca he puesto en práctica mis consejos, de hecho, de mí salieron ellos, de todos los errores que cometí con Patricio, de todo lo que me callé por amor. Por ese amor insano.
Cuando Patricio dijo: No hables.
Disi aprendió a decir: ¡Habla! A ti nadie tiene por qué callarte si tienes algo qué decir.
Cuando Patricio dijo: A ti te tiene que gustar.
Disi aprendió a decir: Si no te gusta algo, ¡dilo! Nadie puede obligarte a nada que no quieras, NADIE.
—El amor me llegó de la manera más inesperada gracias a tus consejos. Un día solo tomé mi computadora, busqué en internet algo que me ayudara a sentirme mejor y ahí estabas tú, Disi, me llegó al alma todo lo que decía el primer testimonio y lo entendí todo; me amé yo, principalmente, y eso me ayudó a descubrir que si yo podía amarme, alguien más lo haría, ¡y Tobías es ese alguien! Me hizo ser yo misma. Me hace feliz y sé que yo a él. Por eso, en agradecimiento, le pondremos a nuestro primer hijo (o hija) algo que tenga que ver con las siglas de “Disi”. ¡Eres maravillosa, espero que encuentres el amor pronto! Con cariño, Helene y Tobías. —Mariana terminó de leer y entonces reaccioné. Los recuerdos me turbaron de nuevo—. Es hermoso. Pero lo último me ha sacado una curiosidad... ¿qué significará Disi?
Mis alarmas sonaron, preocupada.
—¿Diana Sandra? —Sugirió Elías—. No, suenan raro, Sandra igual es son Sa, no Si, pero Diana es aceptable.
—Tal vez es Dulce Sabrina. —Mariana pensó. Y me da miedo cuando piensa mucho—. Oh, no, espera, es Dusa. Sigamos con la teoría de Diana.
—¿Y si es hombre?
—¿Dante Sabino?
—Pinche nombre horrible, Mariana. Además es Disi, no Dasa.
—¿Pues qué otro nombre se te ocurre?
—Diego Sisneros. Puede que sea nombre y apellido.
—Cisneros va con C, no S, pendejo. Pero de veras que sigo pensando que es mujer.
—Chicos. —Decidí interrumpir, no quería que siguieran hasta atinar—. Olvidé contarles que Conrado me escribió al correo de Elissa.
Elías se ríe y me pregunta qué me dijo.
—Solo pidió mi número. Dios, no saben, le tuve que cambiar el nombre a mi Whatsapp, qué desastre.
Me subo al ascensor y continúo recordando.
Me queda poco más de mes y medio para la reunión familiar y, afortunadamente, con la buena paga que estoy recibiendo, ya junté el dinero para el pasaje de avión y también un poco más de dinero que ya le mandé ayer a mi madre. Estoy nerviosa.
Otra novedad del mes, es que me la he pasado hablando con Macario.
Sí, perdón, en realidad no es un idiota como lo parecía. Es gracioso, estúpido y divertido. Tan distinto a Conrado, sin embargo, mi teoría sigue tan en pie que me la quitaré de encima cuando conozca a Macario en persona.
Me distraigo con el sonido de mi teléfono. Es una llamada de mamá. Otra en la que sé que me recordará el itinerario. Debo contestar.
—¡Dionicia! —Está alterada, creo que llama por otra razón—. ¿De dónde sacaste tanto dinero?
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Editado: 08.01.2025