Hay cosas raras en la oscuridad.
Rostros que reconoces sin haberlos visto antes, miradas que comprendes como la propia, sentimientos familiares que te rompen, que te despedazan, extraños presentimientos que te dejan un extraño sabor de boca; pero cuando llegas al fondo, se vuelve peculiarmente seguro.
La oscuridad se vuelve peculiarmente segura en el momento en el que te das cuenta que los monstruos bailan a la luz del día y no solo bailan, también gobiernan.
xx. Eme, pinguin.