Desde lo más alto de la noria podemos observar toda la feria iluminada, como una inmensa iridiscencia de colores parpadeantes. La atracción empieza a coger velocidad cuando nos damos cuenta de que el paisaje cambia a un ambiente más antiguo.
A la segunda vuelta, la única atracción que sigue permaneciendo en este lugar es la nuestra. Intentó abrir el cubículo antes de que empiece la siguiente vuelta, sin éxito.
Vuelve a coger velocidad y ya solo nos toca esperar a desaparecer nosotros también.
La puerta se abre y las luces parpadeantes aparecen de nuevo.