Cierro los ojos en cuanto noto los rayos de sol entrando a través de la rotura del cristal transparente. Me siento atrapado por el cinturón y tan dolorido que apenas puedo respirar, tan solo puedo escuchar las sirenas acercándose más y más mientras siento como voy perdiendo el conocimiento.
―¡Hay que llevárselo, lo estamos perdiendo! ―Me incorporo rápidamente, confundido, sobre todo al ver que me encuentro en frente a un pub y con mi mente algo nublada.
―¿Vas a entrar o te arriesgas a ir en el tuyo? ―Aquella voz se me hizo conocida por lo que no dudo en entrar, pero al sentarme en aquel vehículo puedo ver que algo no va bien. Sobre todo al ver como la persona que me devuelve la mirada a través del retrovisor no soy yo.