No sé cómo otros han llegado aquí pero si tienen dos manos, dos pies, un cerebro y un corazón como el que tengo yo, seguramente usaron la misma ruta.
Sin saberlo de manera consciente a lo largo de nuestra vida somos el instrumento divino que puede tocar los corazones de otros, hay veces dónde me he topado con situaciones en las cuales di todo de mí y terminaron por patearme en el sentido humano de la palabra y eso me llevo a aprender otras lecciones.
La persona que hoy crees que es tu enemigo es el amigo que te hace un favor, el solo es un instrumento, ese ser que crees que te hace daño está ayudando a forjarte. No importa cuánto has dado y cuántas veces te hayas quedado sin recibir, siempre tendrás llena tu copa, el detalle es que no afinamos nuestra percepción para notar lo grande que es nuestra vida y lo que pasa en ella. Y ahora una historia:
-El tigre de la selva, vagaba tranquilamente por sus dominios… El odiaba a los monos que se balanceaban por las ramas de su hábitat, él quería todo para él, era extremadamente territorial. Este tigre tenía una peculiaridad, no comía carne solo le gustaban las frutas pero no podía llegar hasta arriba, solo los monos podían.
Siempre estaba peleando con todos ellos, era una gran contienda siempre. El tigre no dejaba de pelear con los monos nunca, uno de los líderes ya cansado de esta situación, bajo de las ramas y le dijo:
-¿Por qué siempre estás peleando con nosotros? ¿Porque nos persigues? Solo queremos vivir en paz.
El tigre con una sonrisa le respondió:
-Es que cada vez que los persigo, ustedes corren asustados y se balancean por las ramas, cuando hacen eso algunos frutos caen y yo puedo comerlos.
No podemos quedarnos solo con lo que creemos conocer, hay que cultivar una flexibilidad para con la vida y para con toda la existencia. Solo cuando nos adaptamos y nos volvemos moldeables cosas mágicas pueden suceder, aferrarnos al pasado, a viejas ideas a lo que ya fue, solo nos dejara tocados de la mente. La mente siempre quiere viajar a lo que fue. Es su naturaleza, es una viajera empedernida, ella nunca quiere estar tranquila. La vida presenta situaciones de la cuáles no nos podemos zafar pero tenemos inteligencia en la cabeza y en el corazón para poder dominarlas.
Existió alguien que fue un peleador muy exitoso, nadie podía vencerlo, este sujeto había encontrado la forma de combinar diferentes estilos de peleas, era muy flexible. Llegó a grabar películas de mucho éxito en toda la industria del cine. Tenía metas claras pero siempre iba ajustándose en el proceso para conseguirlas, aún muerto sigue siendo una gran leyenda por lo letal que era al aplicar sus técnicas. Este gran guerrero se llamó Bruce Lee.
Solo cuando somos flexibles la vida deja de ser una tragedia para convertirse en una suave brisa que constantemente nos está acariciando con sus locos acontecimientos. Eres flexible cuando no controlas lo que otros intentan hacer, cuando dejas que todo fluya como el agua, cuando dejas de luchar en contra de la marea y te dejas llevar por ella, cuando te permites sentir lo que sea que estás sintiendo en el momento, cuando no niegas tus sombras y las abrazas para luego transformarlas. Si solo nos apegamos a lo que creemos que hacemos bien terminaremos llenos de polvos, aplícalo a todo. Nadie que haya logrado algo grandioso y se haya construido su éxito estuvo rígido en el proceso, siempre fue flexible.