A lo largo del tiempo de la historia del mundo han existido muchísimos seres humanos que han logrado conseguir cosas inimaginables, todos a diario recuerdan sus logros para inspirarse, algunos simplemente aun hoy en día son adorados, tienen homenajes y mucho más.
-¿Cómo es posible que casi todos aun teniendo las mismas características no logremos alcanzar esos niveles de genio creativo, esa habilidad o destreza para romper los límites?
Aquí es donde entra la pereza en acción, todos sabemos que cuando queremos lograr algo, necesitamos constancia, la constancia proviene de la perseverancia y la perseverancia proviene de tener un determinado sentido del carácter y el enfoque, cuando esto está presente decimos:
-Sé que tengo que hacer esto, aunque mi cuerpo no quiera. Aunque tenga toda la oposición de mi mente, no permitiré que exista algún indicio de auto sabotaje, no más. Esto tengo que cumplirlo sí o sí.
Esta es la diferencia entre todos los que logran algo y los que no, los que hacen una diferencia en el mundo y los que no, la ley de atracción, la ley de la creación, la energía para atraer y crear todo eso es real. Pero necesitamos sustentar con acciones lo que queremos porque si no estamos a la altura el universo nos dirá durante nuestra vida:
-Sé que quieres esto, pero solo puedo dártelo si tienes lo necesario y si eres lo suficientemente fuerte.
Nada es entregado por entregar, se necesita un intercambio equivalente, razón tenían los alquimistas que querían hacer el proceso para poder obtener la piedra filosofal. La idea básica es que el trabajo de la alquimia se asemejaba al de la creación misma, se hacía todo un proceso con diferentes materiales para dar paso a la creación de una especie de material diferente, de un color que primero era negro después de un tiempo se volvía blanco, después en amarillo intermedio y finalmente en rojo resplandeciente.
Todos los que no eran iniciados en este conocimiento se maravillaban con la historia y con el proceso en realidad la piedra filosofal no se consigue con algún material solo puede obtenerse en el interior de nosotros.
De esto se trata la verdadera transmutación alquímica, convertir todo aquello que ronda en nuestra mente en algo brillante, algo bello, algo hermoso. Si lo hacemos tendremos el poder para crear maravillas, para realizarlas, podremos obrar milagros. La verdadera piedra filosofal yace en nuestro interior, para crear esta piedra tendremos que estar dispuestos a hacer lo necesario, lo que no quisiéramos hacer. Si estamos realmente dispuestos seguramente llegaremos a algún lugar, quizás no sea fácil, sin embargo el proceso es necesario para forjarnos, lo he repetido una y otra vez pero si no se recalca esto, cuando lo aprenderemos.
La base de un gran aprendizaje está en la repetición y en cada vez que repitas hacerlo mejor que antes, si quieres algo que nunca tuviste, debes hacer algo que nunca hiciste. Solo así y nada más que así los milagros sucederán. Los milagros no son dados por una deidad superior, tú eres el milagro, tú eres la bendición, tú eres el elegido. Eres un ser con millones de años de evolución y eso solo es a nivel físico eso sin contar la experiencia que tienes a nivel espiritual.
El universo siempre está enviando señales, somos un pequeño universo dentro de uno más grande, la conexión nunca se pierde, estamos constantemente enviando y recibiendo como si fuéramos una antena de radio que puede sintonizar con diferentes frecuencias que viajan a través del espacio invisible.
Muchas personas son infelices y desdichadas porque no sintonizan con las frecuencias correctas, siempre están conectados a aquellas cosas que terminan por bajarlos a una frecuencia vibracional más densa, nuestro deber y nuestra labor siempre es mantenernos alertas, existen personas, lugares, cosas, actividades que al hacerlas sin darnos cuenta terminan por succionar toda nuestra luz nada de lo antes mencionado tiene la culpa, son solo elementos dentro de tu experiencia de vida que por tu no tener la suficiente capacidad para alejarlos terminan por aprisionarte.
A veces o casi siempre queremos forzar pero se rompe, otras veces pedimos pero no obtenemos eso que con tanta necesidad deseábamos, no lo podemos poseer. Tenemos que saber escuchar las señales, seguir las luces del diseño perfecto:
-Lo que no fue tiene su motivo, lo que está siendo también lo tiene y lo que será también lo tendrá. Las señales del todo nunca fallan siempre llegan cuando tienen que llegar.