El sabor de la Navidad

Capítulo 2

Hannah 
Entré a la oficina, y suspiré, me senté en una de las sillas y tomé aire ruidosamente.
Inspiraciónnnn....
¡Inspiración ven a mí por favor!
Miré al techo buscando la dichosa inspiración, al suelo con desesperación y a mis lados para hacer algo y dejar de pensar en lo mala chef que soy en esta bendita fecha. Miré un portafolio lleno de hojas frente a mí, así como había uno frente a cada silla de la mesa, lo tomé, tenía una buena cantidad de hojas, pero se encontraban totalmente en blanco, tomé una pluma, dibujé lo primero que se me vino a la mente, pero al verlo terminado me parecía insuficiente, quise arrancarlo, pero al mirar a mi alrededor noté que no había cesto alguno así que lo taché indudablemente.
Di vuelta a la página, ahora dibujé seis pisos, una tarta de seis pisos sería muy bonita, pero no la clásica de mayor a menor, no, una tarta con una base grande y redonda pero con otra más pequeña en forma cuadrada más alta, encima de esa, otra capa igual de grande que la de la base y así sucesivamente hasta hacer las seis, se vería de ensueño hacer hojas de chocolate que colgaran, miré el dibujo, me gustaba lo que estaba imaginando pero de pronto se me antojó irreal o tal vez ya echo tantas veces que resultaría aburrido. Cambio de página, necesito encontrar esa chispa, esa magia, pero solo hago bocetos vacíos que no llenan mis expectativas. Paso así un buen tiempo hasta que la puerta de la oficina es abierta y por ella entra un chico, aparto la mirada, ¿cuándo llegarán Karla y Mich? 
- ¿Qué se supone que hagamos aquí? -el chico se dirige a mí y sonrío 
- Un casting ¿no lo sabías? -me mira, en su rostro no hay sonrisas ni alegría y eso me recuerda a mí
-Mmm…- se rió -Ya veo…-esta ocasión si veo sus dientes en una perfecta sonrisa, pero sus ojos muestran que no es una sonrisa verdadera, así como tampoco es la mía. 
- No pareces feliz de estar aquí -sus ojos me taladran y eso hace que me tense en mi asiento
- Eso no tiene porque rayos importante -sonrío
- Cierto -miro el bolígrafo en mis manos, dejo que pasee por las hojas haciendo un diseño tras otro, dibujando cosas sin sentido, vacías, y sin nada original.
Miro las hojas, pero no encuentro en ellas eso que las haga especial, no encuentro absolutamente nada. Entonces escucho su voz, me molesta, pero no puedo hacer nada más que soportarlo, dirijo mis ojos hacia él para toparme con su sonrisa socarrona, ¡no sé qué rayos le pasa a este tipo! y su actitud empieza a molestarme, suspiro, o tal vez solo sea yo en esta época del año. Es sorprendente como alguien puede cambiar cuando empieza a revivir recuerdos que deben quedarse enterrados.
¿Recuerdos? Ja… mejor dicho secretos. Todo el mundo los tiene, pero algunos son mejores que otros
- ¿Por qué estás aquí si no te gusta la cocina? -él se rio con fuerza, pero obviamente era una risa forzada
- ¿Y quién te ha dicho que no me gusta?
-No pareces que seas del tipo que cocina- miro su aspecto, tiene piercing y chaqueta de cuero, no parece un chef
- Aaah así que hay algún tipo-ruedo los ojos ignorándolo 
- Mira no me hagas perder el tiempo contigo 
- ¿Por qué eres tan aburrida?
-Eso no tiene porque rayos importarte-le disparé sus propias palabras y el solo rió, me estaba colmando la paciencia y no sabía cómo rayos hacer para que dejara de reír- Además, ni conmigo quieres hablar
- ¿Quién te ha dicho que no quiero hablar contigo?
-Tu solo buscas hacerme enojar -sentía mis oídos calientes, hirviendo de ira, pero el solo rió 
- Tu cara en estos momentos me estás resultando muy graciosa- ignoré su mirada, no quería darle más risas a este payaso. No entiendo qué tanto se tardan Carla y Michael… ¿por qué no decían que se posponía la reunión y ya? Ya deseaba ir a mi casa, pero ese odioso chico se rió de nuevo. Me levanté dispuesta a marcharme, pero su voz salió a flote 
-Perdona, perdona, no te vallas, dejaré de reír- lo miré fijamente y suspiré, no podía perder esta oportunidad, podía ser elegida para trabajar en una empresa como la de Mich o simplemente trabajar con él una ocasión sería un premio. Me senté de nuevo en mi silla y seguí horneando en mi mente, las hojas me parecían pocas para todas las malas ideas que se me ocurrían, no llegaba nunca a nada que tuviera el espíritu de la navidad, ¡santo cielo! ¡¿Qué tan difícil podía ser dibujar un maldito pastel con Papá Noel bajando por la chimenea?! ¡Hacer galleticas con formas de caramelos! ¡originales! ¡¿Qué tan difícil era encontrar la magia de la que todos hablaban?! Alcé mi mano dispuesta a tachar el nuevo pastel, pero una mano tomó la mía y la detuvo, miré hacia atrás sobresaltada, el mismo chico de antes, estaba tan ensimismada que no vi en que momento se levantó de su silla
- Suéltame- el lo hace suavemente sin dejar de mirarme, por primera vez no se ríe y eso me pone nerviosa 
-Tranquila-mira mi hoja con detenimiento y se sienta a mi lado- Si colocaras una columna aquí la estructura del pastel sería perfecta- miré mi diseño, pero aún no concebía en mi mente lo que decía ese chico. Acercó su mano a la mía y yo retrocedí con mi silla, aunque el la tenía agarrada por debajo con fuerza- Solo quiero el bolígrafo-lo tomó sin permiso y dibujó lo que había planteado, me acercó nuevamente a la mesa- ¿Por qué tachas tus diseños? -apreté mi mandíbula- ¿Por qué eres tan exigente contigo misma? - abrí mi boca dispuesta a gritarle, ¿exigente conmigo misma? ¡claro que sí! ¡solo así puedo aspirar a sobrevivir, ¡claro que tengo que ser exigente! Todo debe ser perfecto, si no hay perfección no hay absolutamente nada, nada, si el trabajo no es perfecto, el servicio deja de ser excelente y cuando eso ocurre, el chef que dirige la función es un asco. Sin embargo, nada de eso pudo salir de mi boca, la puerta principal de la sala de juntas se abrió y pasaron por ella varias personas jóvenes, pero también mayores, no pensaba que el casting sería algo tan abierto, todos sonreían esperanzados excepto el chico a mi lado y yo. Por último, llegaron Mich y Karla ¡al fin llegaron! por fin se terminaría mi tortura, ese chico no volteó a mirarme, pero yo miré cada una de sus expresiones, ira y rencor fue lo que vi, no sabía por qué, pero hacia Karla no era. Miré con detenimiento, no porque fuera precisamente chismosa sino simplemente soy demasiado observadora para mi gusto, incluso creo que ese es uno de mis defectos, pero me consuelo pensando, todo el mundo los tiene ¿verdad?
- Bueno chicos estamos aquí para elegir quiénes van a formar parte de un importante equipo de trabajo-Mich hablaba con una leve sonrisa de bienvenida- Es un gusto conocerlos a todos, aunque no todos van a poder quedarse sé que tienen un gran talento- miré a mi jefa y no entendía qué rayos estaba pasando, yo no estaba aquí por una audición, se suponía que ya yo estaba en el equipo, miré a todos lados para encontrarme con su mirada pero no dijo nada sorprendentemente- Bien ahora, la prueba será fácil- miré a Mich para concentrarme, debía pasar esa prueba entonces, si pedían algunos platillos en específico estoy segura de que sabré describirlos, incluso el sabor, me he leídos cientos de libros de cocina, se un poco de la cocina de cada cultura, y sé cómo crear un platillo nuevo, tengo cientos ya creados aunque nunca lo he dicho, sé que puedo pasar esta prueba, tengo conocimientos básicos pero también profundos y técnicos- El cuaderno que está delante de ustedes va a ser el centro de esta prueba, deberán diseñar de todo lo que deseen, ya sea desde el ámbito de la cocina tradicional hasta la cocina de repostería, todo lo que deseen lo podrán plasmar, galletas, pasteles, comida, todo se valorará, espero que tengan inspiración -mi corazón da un salto al oír esa palabra, pero sonrío confiada, no pidió nada de Navidad así que estaré bien- ¿Alguna duda?- un joven levantó la mano y Mich le hizo un gesto para que le hablara
- ¿Después no nos robarán las ideas? -me reí, las ideas eran robadas a diario en este mundo, esta era una oportunidad incalculable aun si nos robaban las ideas, al final, toda empresa en un u otro momento hace eso.
-Por supuesto que no, después de las valoraciones se les regresarán los cuadernos y firmarán un contrato donde especifica que nuestra empresa no podrá tomar sus diseños, para que esté todo constatado, ¿de acuerdo? -todos asintieron -Bien, pueden empezar a la hora que deseen, no importa si se toman tres, cinco, seis horas, aquí se valorará la originalidad, la entrega, los sueños y la magia -sonreí, esta era mi oportunidad, una verdadera oportunidad de demostrar lo que soy-Un pequeño detalle, todo lo antes mencionado debe ser entorno a la fecha más especial de todas -mi sonrisa se apagó, sabía con exactitud las dos palabras que iba a decir a continuación y no deseaba oírlas -¡La Navidad!




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