El sabor de la Navidad

Capítulo 8

Charles
Siento como llora de felicidad en mis brazos y no puedo evitar apretarla contra mi pecho, ¿por qué esta chica es tan misteriosa? ¿Tan inusual? ¿Tan única? Pasan así unos minutos, pero me quedaría junto a ella horas.
-Perdón-se va alejando limpiando las lágrimas de sus ojos, pero entonces veo algo raro
- ¿Tienes lentes de contacto? -gira su rostro para que no la vea e intenta recolocárselos, pero le es imposible -Ven- la giro hacia mi y con cuidado voy quitando esos artefactos innecesarios 
-Estos son innecesarios -digo sonriendo mientras veo sus ojos tan azules como el mismísimo mar 
-Igual que tus piercings -me saca la lengua y yo solo me río -Dámelos, me los volveré a poner -niego con la cabeza inmediatamente 
-Hagamos algo, si tu te quitas los lentes yo me quito los piercings -su sonrisa se extiende y asiente inmediatamente haciendo que me ría a carcajadas hasta que un carraspeo nos hace voltear hacia la puerta para ver a mi mamá sonreír 
- ¿Se puede? -sonrío y asiento mientras ayudo a levantar a Hannah
-Si mamá, claro-tomo la mano de Hannah y al voltear a verla, veo que tiene una recatada sonrisa 
-Es un gusto por fin conocer una novia de mi Charles -abraza brevemente a Hannah y esta le corresponde el gesto, aunque un poco sorprendida, un poco demasiado. 
-El gusto es mío señora-me mira insegura, pero yo sonrío tranquilizándola
-Ohh nada de señora, soy Luciana, y ven vamos a buscarte un vestido para que no pases tanto frío
-Yo, se lo agradezco mucho -mamá me sonrío mientras salían de la habitación y alzó su pulgar en seña de que le había agradado la muchacha, me río sintiendo un estremecimiento en mi estómago demasiado raro, voy al baño de mi habitación y quito mis piercings, lo vale si así podré ver sus ojos cada segundo de esta torturante noche.
Es noche buena, pero la hipocresía es lo que está realmente buena esta noche. Maquillo un poco los huecos de mis piercings para que no se noten demasiado y salgo de la habitación, mi mamá la tratará bien. Con conocer a una novia mía se da por bien servida. Bajo las escaleras sonriendo, sonriendo verdaderamente de repente, Hannah es alguien muy rara, tienen muchos secretos y un pasado muy doloroso, pero…
¿Quién no los tiene? 
24 de diciembre del 2014
-Charles ve detrás- me río
-No me moveré de aquí tío- veo con adoración a ese hombre que es mi héroe, quiero ser idéntico a él cuando sea mayor
-Vamos Charles-asoma su cabeza por la ventanilla del copiloto sonriendo un poco- Tienes 10 años, aun no puedes estar al frente en el coche 
-Un día nada más Tío, no pasará nada 
-Charles, tu hermano Chadd ya es mayor, debe ir al frente
- ¡Solo tiene 18 años! Ocho más que yo nada más-mi tío se ríe a carcajadas 
-Anda ve atrás -bufo frustrado, aunque no puedo hacer otra cosa que bajarme del auto y tomar asiento detrás
-Tranquilo chiquitín -miro a mi hermano sonreír- Ya pronto llegará tu turno -sonrío, y me acomodo en mi asiento mirando la nieve caer
- ¿Qué música quieres escuchar Charles? -pregunta mi tío y yo me lo pienso 
- Mmm… Happy -la canción empieza a sonar y los tres la cantamos a todo pulmón, el auto avanza una hora y siento mis ojos irse cerrando poco a poco pero todo pasa tan de repente que lo único que atino a sentir es el impacto de un camión contra nuestro auto empujándolo hacia atrás como una vala, veo la cabeza de mi tío chocar con fuerza contra la ventanilla haciendo que el cristal se rompa en mil pedazos, veo el cuerpo de mi hermano aplastarse contra el asiento mientras la arquitectura del auto se escacha contra él, todo sucede tan rápido que siento que mi cabeza da vueltas  pero solo yo estoy consciente así que desabrocho mi cinturón con rapidez, por favor, no me dejen, ¡no me pueden dejar! Mi mente gritaba mientras tomaba el celular de mi hermano, puse la contraseña ´´Familia´´ sonreí entre lágrimas, no la había cambiado, aunque dijo que lo haría, estaba cansado de que siempre le cogiera el celular. Mandé nuestra ubicación a todos mis familiares junto a un mensaje de ayuda, alguien tenía que verlo, no podía llamar porque estaban en una maldita fiesta con música por los cielos, con suerte nuestra prima Johannae que siempre estaba conectada lo vería. Miré a mi hermano, no respondía, no parecía ni que respiraba. Miré a mi tío, ¡no se podían morir maldita sea! Llamé al nueve once, nadie bastaba, toda la ayuda era necesaria. 
- Emergencias ¿Cómo puedo ayudarle? -escucho la voz de una mujer y suspiro, se parece a la de mi madre 
-Estamos en medio de la nada y un camión enorme ha chocado nuestro auto, mi tío y mi hermano están inconsciente, ellos estaban al frente yo atrás, ninguno reacciona 
-Bien, ¿Cómo te llamas?
-Charles-trago saliva nervioso-Soy Charles
-Bien Charles, ¿puede mantenerse comunicado para obtener su ubicación? 
-Sii, si, si, si, por supuesto-miro la batería del celular, gracias al cielo que Chadd siempre tenía su celular cargado.
- ¿Qué edad tienes?
-Diez años, ¿pasa algo con eso? 
-No quiero que te asustes, pero los autos podrían incendiarse y más si el camión contenía algún combustible de más en su interior 
- ¡¿Y quiere que no me asuste?! -grito frustrado y asustado- ¡No lo sé! -miro paranoico hacia todos lados- No veo nada, solo veo como está aplastando la puerta del lado de mi hermano, es de noche y lo único que veo es nieve
-Bien voy a necesitar tu ayuda si quieres que los dos vivan
- De acuerdo ¿que quiere que haga?
- Quiero que te revises y veas si estás bien y no tienes ninguna herida
- ¿Yo? ¡Yo estoy perfectamente bien! ¡Ellos son los que…! 
-Ya lo sé - ¡¿por qué sonaba tan malditamente calmada en esta situación?! ¡¿no se daba cuenta que estaban al borde de la muerte?! -Pero debes hacerme caso si quieres ayudarlos 
- ¡Bien! ¿Qué hago?
- Mírate los pies, ¿los puedes mover fácilmente?
- ¡El camión no me está escachando a mí!
-Por favor ayúdame así podrás rescatarlos más rápidamente 
- ¡Vale! -levanto los pies y si, los puedo mover, hago varias de las cosas que me pide que haga y cuando se convence de que no tengo ninguna herida por fin me dice algo que sirva 
- ¿Tienes a tu mano alguna linterna, o dos, todas las que puedas encontrar?
- ¡Siii! Mi tío las guarda en la guantera
-Bien, trata de no mover a tu tío 
-De acuerdo-me inclino hacia el frente y por suerte solo debo girar la llave que ya estaba introducida en la guantera, la abro y tomo la única linterna que hay -Solo tengo una
- ¡Excelente! ¡Estás haciendo un gran trabajo! -sonrío, uff, hay esperanzas- Ahora necesito que salgas del auto y veas si hay algún olor a gasolina o petróleo, o si se está incendiando algo por muy pequeño que sea
-Vale, por supuesto
-Llévate el celular contigo -asiento, aunque sé que no me puede ver, salgo del auto con un poco de trabajo por toda la nieve que nos rodea
-Ya estoy afuera, pero no huelo nada- camino hacia la parte de atrás del auto, pero tampoco huele a nada- Solo huele un poco a goma quemada, no hay incendio
-Bien necesito que camines hacia algún pedazo de carretera
- ¿He? Estamos en una carretera
-No Charles, la ambulancia hace un minuto está buscando el choque y no lo han visto, necesito que hagas señas con la linterna en un lugar abierto
-Bien-alumbro hacia todos lados, hay bastantes árboles, pero puedo ver la carretera, miro mi auto y entiendo porque no lo han encontrado, pensé que el camión nos había empujado hacia atrás pero solo nos había desplazado hacia el lado unos cuantos metros, sacándonos de la carretera 
- ¿Charles?
-Mmm, estoy caminando, ya veo la carretera, pero no sé cuantos metros el camión nos desplazó
-De acuerdo-corro lo más rápido que puedo y entonces veo el camión de los bomberos
- ¡Dile que se detengan! lo estoy viendo
-Bien-el camión que había desaparecido casi completamente de mi vista empieza a retroceder- ¿Estás viendo el camión de los bomberos Charles?
-Si, pero que retroceda un poco más y mire a su izquierda 
-De acuerdo-prendí la linterna apuntando al camión de bomberos, retrocedió otro poco y luego dobló en mi dirección, sonreí sintiendo mis lágrimas volver a salir 
- ¿Estás bien Charles? 
-Si, está viniendo hacia mí, ¡muchas gracias!
-No hay de qué pequeñín, has sido muy valiente-escuchaba su voz, pero estaba completamente concentrado en el camión de bomberos, me di la vuelta y corrí los cinco metros que había caminado hacia mi auto pidiéndole a la Navidad que los cuidara, corría con todas mis fuerzas, con todas mis esperanzas puestas en la Navidad, ¡la fecha más especial de todas! Al menos eso decía mi tío siempre, y hoy yo le imploraba desde el corazón.
¡Por favor! ¡No me defraudes Navidad!




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