El Sacramento

Capítulo IV

" Solo puedes diferenciar un monstruo cuando te atreves a desenmascarar un desconocido,"
                                    Erich Balckom

        ****

     A las sombras todos son oscuros 
              Pero y si sale a la luz
                            

                     ~~Luna Midnigth~~
  
   Girando la esquina reconocí un sonido tan denso que sus ondas se adentraron a mis oídos como un cuchillo a una tarta, un coche de policía seguido de dos ambulancias.

    ¿A donde irían? — me pregunte intentando recordar que la vida de Aniston corría peligro, si que es que aún tenía vida

     Reconocía aquellos sonidos como nunca cuando en plena fiesta de graduación llamé a la puerta del baño y nadie respondió. Cuando presencié un cadáver entre frente a mi.

       Caía sentada en el suelo  con un par  de moretones en la cara y varios orificios de puñaladas, mientras se encerraba un gran círculo de sangre.

        Aquello era una ambulancia, mejor dicho dos, y un coche blanco y negro de policía.

        Pedimos un helado, chocolate y almendra para el y para mi respectivamente.

        Algo al tomar el helado me perturbó de mi misma, no sentí sabor alguno, quizás haya sido el sabor por lo que pedí otro, pero efectivamente, no sentía ningún sabor, sentía un paladar perdido, no me sentía bien desde la mañana, el frío culminaba en mi cuerpo, a pesar de esta mis manos sudaban y ahora no tenía paladar.

         Vámonos — me dijo Samuel con recelo
        ¿A donde? — interrogué con una leve picardía 
         A la estación policial — me cortó con suspicacia
          ¿Por Sarah Aniston verdad? — me sentí tan culpable que decidí dejar de conversar con el pero algo me preocupó,

          ¿Se dejaría ver en ese momento?

       ****

         Al llegar intérprete que el sentía una leve preparación acerca de que iba a delatar. Me ofreció un papel estrujado y estriado donde captaba el plan

          Vimos el cadáver y llamamos a la autoridad.

       Algo tan sencillo que creí inestable. Decidí ir a por dulces y llamar a Tiara, aquella mujer con un ego tan superior que creí necesario que se enterase, aunque sin pensarlo desde que tomamos el coche hacia el hospital de mis ojos brotaban lágrimas. No me preocupó Samuel.

      Mamá — enuncié cuando aquella mujer contestó la llamada

      — ¡Luna Midnigth! — gritó — ¿Dónde estás?

      — En la estación policial — sin rodeos decidí hablarle — Sarah Aniston ¿Recuerdas?, fue apuñalada en los alrededores de la escuela, tal vez esté aun viva — mis ojos brotaron a llorar

      — Voy directo con tu padre — colgué antes de que terminara

     Me puse ante una situación agridulce de mi vida, la muerte se apoderaba poco a poco de lo que tenía, no era la muerte, era el mismismo Samuel.

     Me fijé en un rostro, dentro de aquellas paredes me encontré con Edward, en la puerta, con un pálido aspecto, me observó de reojo, tal reportó a las autoridades aquel cadáver que observó, había desobedecido mis palabras, sabría que Samuel estaría involucrado, me vería implicada en el crímen, me verían como la mismísima criminal.

     — ¿Que haces con tus martirios? — leyó mi mente aquel "mosntruo"

     — ¿Puedes ver dentro de mi? — despegué en crítica

     — Soy intuitivo — me corrigió

     — En el Sacramento os dan poderes o ¿Que? — me mostré tan grosera con el fin de intimidarle

     — Algo parecido — agregó — cada uno tiene dones distintos que nos entrelazan a nuestras funciones

      — ¿Cuáles funciones? — cuestioné enloquecida

      — Propagar y Matar — expresó en un tono misterioso y firme

  Experimenté un acto de despreció al final, mientras Samuel se desaparecía de mi lado. Primero Julia, pasado Sophie y ahora Aniston — ¿Quién vendra después?¿Edward? — me pregunté

      — Tal vez — coincidió a mis pensamientos nuevamente aquel engendro enano, ya lo odiaba que por mi mente sentí ansias de matarle a el.

      — Por cierto, Julia, — fruncí el ceño al oir ese nombre — ¿no le conocías bien verdad?

      — ¡No hables de ella frente a mi! — exclamé ceñuda

      — Cometimos muchos errores a lo largo de nuestras vidas — señaló filosóficamente — pero no ha ocurrido peor error que desbalancear el Sacramento

     Otra vez aquella palabra, bastaba pronunciarla para que mis nervios quisieran dogollarle con más fuerza, succionarle toda la sangre y verle sufrir, acabar con el, destriparle o quizás decapitarle

     — No hagas nada de eso — añadió — no soy tan malo como parece, se que no sufres por las muertes; lo haces por Edward. Entre ustedes existe una coalición de sentimientos pero...

     — ¿Pero qué?

     — Es Julia — interactuó nuevamente — guarda un secreto oscuro, algo como yo, habita entre nosotros y no se deja ver

     — ¡¡¡Que esta muerta!!! — grité sin importar mi alrededor

   Mi cuerpo estalló emociones, sabía que estaba muerta, nadie lo iba a cambiar, sufrí inesperadamente, a esta edad nadie muere, fue asesinada. Mis padres llegaron cuando tras mi cuello sentí un susurro: nunca murió, Edward sabe también de ella, Acércate a él — pronunció  últimamente con un tono tan certero que me quedé perturbada.

   Ahora lo que faltaba, mis padres, intercambié con ellos algunas palabras de dolor que ni siquiera sentía, era algo ahora más duro contra mi conciencia, era acerca de Julia, mi difunta amiga, conservé el corrido número de teorías que creí. ¿Como no le conocería?. Éramos muy unidas, incluso vivíamos tan cerca, decidí acercarme a Edward, corté con mis padres las conversaciones como más rápido intenté y me dirigí hacia el.

Sin ninguna inconveniencia, le pregunté.



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En el texto hay: misterio y ficcion

Editado: 04.02.2021

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