El sacrificio del Dragón

Leyenda 3

Las olas chocaban con entero fervor en el barco que se consiguió Isogai y su hermano Kurokawa. El Mata dragones estaba reacio a perder a su prometido.

 

-Hermano, la bruma a nuestro alrededor no nos está ayudando, probablemente Souishi ya esté..

 

-No lo creo, Kurokawa. Él es demasiado resistente y juro por los dioses que en cuanto le encuentre reanudaremos la ceremonia de casamiento- las palabras, más que salir de lo que pensaba era amor, Kurokawa las podía describir como mera expresión del orgullo de hombre y de Mata dragones.

 

-Isogai...se que estás preocupado por Souishi, pero aún así, debemos planear una mejor manera de salir de aquí. Ni siquiera se pueden ver las estrellas para guiarnos de mejor manera.- Isogai estaba consciente de que su hermano le intentaba convencer de que pararan por hoy.

 

No era nada alejado de las advertencias que Soujin le dio a su futuro yerno tras salir a toda prisa en la búsqueda de su prometido. Las inmersas olas que golpeaban con brusquedad el barco además de la bruma que se hacía cada vez más densa conforme avanzaban. Kurokawa al final dejó de insistir de regresar a Nango y seguir buscando a Souishi.

 

...

 

Cuando desperté, el agua salina entró en mis fosas nasales haciéndome levantarme de inmediato.

 

-Ahg! Maldita agua de mar...!-cerca de dónde me encontraba estaba el dragón, inconsciente. La marea comenzaba a subir conforme la luna se posicionaba en la punta más alta del cielo. Miré a todos lados y solo había más rocas y el mar; que cada que gritaba por auxilio ahogaba mis gritos con el chocar de las mismas.

 

-AUXILIO!!! ALGUIEN!!! AQUÍ ESTOY!!-grité y grité hasta que chispas danzaban en el aire salino; era el dragón, que se convertía de nuevo en Mori.

 

Estaba furioso mi corazón se sentía traicionado en más de una forma; no supe en que momento me acerqué para intentar matarle con mis propias manos.

 

-(Bastardo, es tu maldita culpa que esto te pasara!!)- un chillido me sacó de mi lapsus, era el maldito gato extraño que parecía que iba atacarme- ¡No te acerques maldito intento de gato!

 

Para cuando o dije, dicho anima pasó de largo acercándose a Mori, que comenzaba a hundirse en el mar.

 

-Bien...esto no será mio...el mar, el mar también ha matado personas...-me decía para convencerme de no cometer una estupidez.

 

Las olas comenzaban a golpearle el rostro y yo solo podía pensar en dejarlo tirado ahí hasta que el mar se lo tragara, por otra parte observaba al gato extraño intentar jalarlo a un punto más alto, gruñía y paraba a verme de vez en vez

 

-No te ayudaré, no me convencerás!

 

Al darle la espalda, los lamentos del animal seguían y seguían, ya no pude soportarlo y me acerqué a jalarlo a la orilla.

 

-De todas las cosas...¿me toca ayudar al encargado de tanta miseria en mi pueblo?- decía cuando finalmente lo acerqué a la orilla.

 

Caí al suelo luego del último jalón, pude ver que el animal raro traía consigo una enorme tela; había olvidado que el tipo estaba completamente desnudo.

 

Solo me di a la tarea de ponerlo por encima y jalarlo a una zona más seca.

 

-¿Se...supone que debo agradecerle por salvarme de esa gran caída? ¿Luego de que él fuera quien me secuestrara? Y para colmo, me arrojara a un agujero donde no hay nada más que piedras?!-no entendía de ninguna manera el porqué me quejaba con el mugroso gato que solo pasaba de gruñirme en lo que subíamos lentamente a un área más seca.

 

-Ya verás, ¡haré que te recuperes y te obligaré a que me regreses a casa!

 

...

 

Luego de unos minutos de arrastrarle sobre las rocas, Souishi finalmente pudo encontrar un lugar lo suficientemente seco. Se arrojó al suelo, justo a lado de Mori, pidiendo un momento de descanso.

 

-Por...favor...mata al dragón, ahora que puedes...hazlo-decía entre balbuceo Mori que aún dormía, el peliplata se puso de pie para reafirmar lo sucedido.

 

-No idiota, aún te necesito con vida...yo--pero la impotencia y el miedo aumentaron al ver que el peliazul de algún modo dejó el suelo y su cuerpo se cubrió en llamas.

 

La tela que le acobijaba  fue incinerada casi completa; Souishi dio un brinco del susto y tropezó, solo para observar los ojos brillantes de Mori volver a perderse en sus párpados, cayendo de nuevo en la inconsciencia.

 

-(Aquí ya no me quedaré un minuto más)

 

Bajó de nuevo hacia la costa para probar suerte , gritando, pidiendo ayuda.

 

-¡¿Hay alguien?! Ayudaaaaa!!!...Isogai!!!!...mierda

 

Poco a poco la esperanza de ser salvado se le hacía cada vez más lejana hasta que recordó ver escombros de madera sobre la orilla.

 

Corrió hasta hundirse hasta la rodillas del agua salina; moviendo madera y restos de trampillas para peces pudo notar que había un pequeño bote entre todo eso.

 

Finalmente podía salir de ese horrible lugar y alejarse en definitiva del dragón. Sin embargo...

 

>>BROOOOOOOMM<<

 

Nubes tan negras como la misma noche se avistaban muy cerca y las olas comenzaban a levantarse más alto.




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