El Sauce De Adelaine

CAPÍTULO I

 

PARTE IIII

 

El aire cálido con un aroma a hierba mojada se adhiere a las fosas nasales de Adelaine dejando una mezcla fresca de su alrededor, observa detalladamente como las hojas caídas de aquel sauce llorón son movidas al compás del viento, abriéndole paso a los rayos de luz cálidos que tocan levemente su piel, con la vista al frente abraza su libro y en aquella paz y calma deja que todas sus emociones se tranquilicen. Jacob se acerca a ella con tranquilidad pasmosa, quedando a solo unos pasos de distancia de ella.

-Addy- dice con voz ronca pero quieta.

Ella ve al frente y al escuchar el diminutivo que él le ha puesto desde muy pequeños, pues para él ella siempre seria su dulce y tierna  Addy. Con tranquilidad se gira para quedar así frente a él, sus ojos se topan con su pecho, que es cubierto nada mas por una camisa de lino fina con los dos botones des abotonados, dejando así ver parte de su pecho. Él toma delicadamente el mentón de ella y con delicadeza lo sube para que los ojos verdes de ella lo admiren y cuando lo logra un único pensamiento llega a su cabeza; Y es en lo hermosa que es. La atención entera de Adelaine esta puesta en él, todo a su alrededor desaparece, desaparece hasta el punto de ser inexistente, de ser indiferente, ya que el único que la hace perderse en su mirada es él y en ese celeste que parece un universo, y a la mente de ella llega la pregunta; ¿Desde cuándo no ha sido él? nunca. Eso siempre ha sido así, y para ella eso no cambiaría, ni hoy, ni, mañana. Ante todo siempre será él. Con una sonrisa tierna de Jacob, Addy pierde toda conciencia y su mente solo formula pensamientos impropios, puesto; ¿Que acaso está bien tener tantas ganas de besarle? y al recaer en preguntas así, Addy entiende en lo mal visto que sería eso frente a sus padres, y la culpa la embargaba, porque la lucha era consigo misma, por tener pensamientos y sentimientos contradictorios, ¿Acaso el amor que ella le profesaba a él era el de unos hermanos? No, ella lo sabía perfectamente, pues sus amigas y primas tenían sentimientos similares con chicos de sus edades. Chicos que no eran sus hermanos. Pero Addy, no. A veces ella creía mejor distanciarse de él, para aclararse, pero ella sabía que no podía, ellos eran uno solo, eran como la tira de un hilo, dos extremos de una misma línea. La distancia no era una opción. 

Con delicadeza Jacob toma a  su hermana de las mejillas y las acaricia levemente con las yemas de sus pulgares sintiendo la piel suave y caliente de sus mejillas rosadas, admirando el esplendor de esas esmeraldas verdes con las que tanto sueña, con la dulzura de su Addy.

-Mamá nos espera en casa para merendar-

 Addy dedica a apreciar como de los labios de él salen aquellas palabras suaves de su voz ronca y varonil, sin entender en si el significado de estas. Él al entender que ella no presta mucho interés en sus palabras, la ve a los ojos y a sus rosados labios repetidas veces.

-Vamos, se no hará tarde- la suelta de las mejillas antes de cometer un impulso.

Y cuando él se separa ella vuelve a la realidad al no notar más su presencia, al ya no sentir su calor emanar. Él emprende camino en dirección hacia su casa alejándose de aquel lugar escondido.                                                                                                                                                                               



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En el texto hay: primeramor, sufrimiento y lucha, epoca

Editado: 20.08.2023

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