Y Jacob notaba la tristeza que embargaba a su hermana, él tampoco podía celebrar absolutamente nada, pronto él también se marcharía, el conde de Luxemburgo había pedido su presencia en el Palacio de Luxemburgo. Los movimientos Revolucionarios estaban haciendo estragos en la economía de la corona y por lo tanto los políticos estaban buscando medidas para apaciguar todos esos estragos, temían de un golpe de estado que ya era muy común de ver en algunos países vecinos, James quería que su hijo apoyara y fuese instruido lo máximo posible, y ahora él debía partir por tiempo indefinido mientras que Addy partiría a miles de kilómetros de distancia lejos de él. Ambos estarían lejos uno del otro. Con tristeza en la mirada Adelaine admiro a su hermano quien permanecía de pie al lado de su madre, todos se encontraban en el salón principal luego de una tarde de té. Adelaine decidió salir al jardín trasero, en donde el sol se despedía luego de un caluroso día, con delicadeza tomo una rosa blanca que reposa en uno de los rosales que se encontraban en su jardín, y admiro cada pétalo delicado de textura suave, la acerco para sentir su aroma y cerró los ojos al sentir el aroma tan dulce y delicado de aquella rosa blanca, abrió sus ojos al sentir unas gotas y admiro la fina brisa que descendía del cielo, sonrió y contemplo como el sol aún brillaba con el cielo despejado, y decidió disfrutar de aquella agradable tarde, pero su soledad no duro mucho al ser interceptada y sorprendida por su presencia favorita, Jacob la admiro y la abrazo por detrás envolviéndola en sus brazos necesitados de su calor, Adelaine se sobresaltó pero al saberse en sus brazos simplemente se dejó llevar por su calor.
En ese momento, ahí en el jardín debajo de la suave brisa, ambos permanecieron abrazados, Jacob la soltó y el volteo con lentitud, quedando cara a cara, admiro su hermoso rostro que era iluminado por los tenues rayos de sol de aquella tarde, y admiro aquellos ojos entristecidos.
-No te vayas- suplico Adelaine con ruego.
Jacob admiro el bello rostro de su hermana que era apocado por la tristeza en su mirada, en aquellos preciosos espejos, la tomo del rostro con delicadeza.
-Jamás te voy a dejar- dijo con calma pero con vehemencia.
-Entonces llévame contigo- admiro como sus esmeraldas se cristalizaban y con dolor en el corazón.
-Siempre te llevo conmigo- su mirada penetro los cristales de ella y con delicadeza tomo su mano y la poso en su pecho.
Adelaine pudo sentir los latidos desenfrenados de su corazón, cerró los ojos y las primeras lágrimas se expusieron a la brisa.
-No quiero estar sin ti- dijo con dolor en la voz y las lágrimas en el vació.
Jacob poso sus dedos en las empapadas mejillas de ella, y las seco con delicadeza, la tomo del mentó y sus esmeraldas admiraron a su cielo con un brillo esplendoroso. La admiro.
-Y nunca lo estarás. Esto solo será por un corto tiempo-
Adelaine escuchaba atenta sus palabras y se deleitaba con su voz varonil, contemplo el rostro de él, como si fuera la obra más perfecta, lo más bello jamás antes visto, no dejo ni un solo trozo de piel sin recorrer, si detallar, su corazón martillaba como un loco al igual que el de él. La brisa se intensifico y algunas mariposas salieron de sus escondites en busca de sombra, de protección. Jacob admiro esos espejos que reflejaban su alma. Adelaine tomo la mano de él y la poso en su pecho en donde se sentían los palpitados violentos de ella, y con la vista fija en sus ojos dijo;
-Aquí te llevo-
Jacob sintió los latidos de ella, su cabello se adhería a su frente que era decorada por perlas de gotas de lluvia, sus labios entre abiertos y sus mejillas sonrosadas, era tan bella, delicadamente la tomo del mentón y se acercó lentamente sintiendo su respiración agitada, su aroma a vainilla, aprecio sus labios que parecían exigir atención, admiro sus ojos verdes que tenían un brillo particular y con las terminaciones expuestas, con sed, con agobio, por fin decidió ceder ante aquel elixir, aquella ambrosía que parecía prohibida para ambos. Adelaine admiro esos ojos azules que la veían con anhelación, su respiración era fuerte, y con su cercanía cerro sus ojos y se dejó embargar por su proximidad. Jacob se aproximó a sus labios y delicadamente los rozo, para luego besarles con veneración, con devoción, Adelaine sintió el leve roce tibio de sus labios en contacto con los de él que luego dio paso a un tierno beso que sabía a necesidad y que se daba con devoción.
Aquel fue su beso bajo la lluvia. En donde dos almas se entregaron con la esperanza de volverse a encontrar.
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¿Cuán tragíca creen que será su historia de amor?
¿O al menos creen que lo será?
¿Terminaran juntos?
Yo espero que sí, y no juzgo el amor de ellos, ¿Porqué quienes somos nosotros para decir que el amor debe de ser de cierta forma? ¿O a quién amar? Yo creo que nadie.